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Vendida al destino

Amelia no siempre fue Amelia. En una vida pasada, fue un joven que se dejó llevar por la apatía y la indiferencia, grabando en silencio una atrocidad sin intervenir. Por ello, una organización secreta decidió aplicar un castigo tan severo como simbólico: transformar a los culpables en lo que más despreciaban. Convertido en mujer a través de un oscuro ritual, Amelia se ve atrapada en un cuerpo que nunca pidió y en una mente asediada por nuevos impulsos y emociones inducidos por un antiguo y perverso poder. Vendida a Jason, un CEO tan poderoso como enigmático, Amelia se enfrenta a una contradicción emocional desgarradora. Las nuevas sensaciones y deseos implantados por el ritual la empujan a enamorarse de su dueño, pero su memoria guarda los ecos de quien fue, y la constante lucha interna amenaza con consumirla. En medio de su tormento personal, descubre que Jason, al igual que la líder de la organización, Inmaculada, son discípulos de un maestro anciano y despiadado, un hechicero capaz de alterar el destino de quienes caen bajo su control. Mientras intenta reconstruir su vida y demostrar que no es solo una cara bonita, Amelia se ve envuelta en un complejo juego de poder entre los intereses de Inmaculada y Jason, los conflictos familiares y las demandas del maestro. Las conspiraciones se intensifican cuando el mentor descubre en ella un potencial mágico inexplorado, exigiendo su entrega a cualquier precio. Para ganar tiempo, Jason e Inmaculada recurren a métodos drásticos, convirtiendo a los agresores de Amelia en mujeres bajo el mismo ritual oscuro, con la esperanza de desviar la atención del maestro. En un mundo donde la magia, la manipulación y la lucha por el poder son moneda corriente, Amelia deberá encontrar su verdadera fuerza para sobrevivir y decidir quién quiere ser en un entorno que constantemente la redefine.

Shandor_Moon · Urbano
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96 Chs

022. Unidos en la adversidad

Jason ajustó su reloj y se dirigió al vestíbulo para reunirse con Nuria y Amelia. Era casi la hora del almuerzo y esperaba escuchar sus planes para "Energreen Solutions". Sin embargo, su mente seguía divagando hacia el conflicto inminente con el Grupo Xiting y las implicaciones de su destitución.

Al llegar al vestíbulo, encontró a Nuria y Amelia conversando animadamente. Al verlo, ambas sonrieron y se acercaron.

—Jason, hemos estado discutiendo algunas ideas y estamos emocionadas por compartirlas contigo —dijo Nuria, sus ojos brillando con entusiasmo.

—Sí, creo que hemos encontrado algunas áreas clave donde podemos hacer grandes mejoras —añadió Amelia, intentando no mostrar su nerviosismo.

—Perfecto, discutámoslo durante el almuerzo. He reservado una mesa en un restaurante cercano —respondió Jason, esforzándose por mantener su enfoque en la conversación.

Salieron juntos del edificio y caminaron hacia el restaurante. A pesar del bullicio de la ciudad, Jason no podía sacudirse las preocupaciones que rondaban su mente. Llegaron al restaurante y se acomodaron en una mesa tranquila, lejos del ruido.

—Entonces, cuéntenme más sobre sus planes —dijo Jason, mientras tomaban asiento.

Nuria fue la primera en hablar, desglosando su visión para "Energreen Solutions". Habló sobre la importancia de desarrollar nuevas patentes y mejorar las tecnologías existentes. Amelia añadió detalles sobre cómo planeaba optimizar los recursos financieros y encontrar nuevos proveedores para reducir costos.

Jason asintió y les hizo algunas preguntas, pero sus respuestas fueron automáticas. Su mente seguía volviendo a la reunión con su padre, la destitución y la guerra comercial que se avecinaba. Pensaba en cómo el viaje de Inmaculada para ver al maestro podría influir en sus planes. Sabía que el maestro tenía una influencia considerable y que su apoyo o desaprobación podría cambiar las tornas.

Nuria y Amelia seguían conversando, trazando estrategias y presentando los gráficos y diagramas que habían elaborado. Jason trataba de concentrarse, pero sus pensamientos divagaban.

—Jason, ¿qué opinas? —preguntó Amelia, notando su distracción.

—Ah, sí. Creo que es un enfoque sólido. Me gusta la idea de centrarnos en las patentes y en la eficiencia operativa —respondió Jason, esforzándose por volver al presente.

Nuria lo observó con curiosidad, pero decidió no presionar. —Gracias, Jason. Con tu apoyo, estoy segura de que podemos lograrlo.

—Claro, tienen mi apoyo total —dijo Jason, aunque su mente estaba lejos de allí. Pensaba en cómo su padre había subestimado su capacidad para luchar. Había sido un golpe duro ser destituido, pero también una oportunidad para demostrar su valía y recuperar el control.

El almuerzo transcurrió con Nuria y Amelia discutiendo más detalles sobre sus planes. Jason las escuchaba, pero cada tanto su mirada se perdía en el horizonte, pensando en las piezas del ajedrez que debía mover para asegurar su victoria contra el Grupo Xiting.

Finalmente, cuando terminaron de comer, Jason se aclaró la garganta.

—Gracias por compartir sus planes conmigo. Confío en que harán un trabajo excelente con "Energreen Solutions". Si necesitan algo, no duden en decírmelo.

Nuria y Amelia asintieron, agradecidas por su apoyo.

—Nos aseguraremos de mantenerte al tanto de nuestro progreso —dijo Amelia, sonriendo.

—Perfecto. Ahora, regresemos juntos a la oficina. Tengo algunos asuntos que atender —dijo Jason, levantándose de la mesa y haciéndose cargo de la cuenta.

Salieron del restaurante y caminaron de regreso a la oficina. A medida que se acercaban, Jason sentía el peso de las decisiones que debía tomar.

Al llegar al edificio, Jason se despidió de Amelia y Nuria en el vestíbulo.

—Buena suerte con el trabajo, estaré en mi despacho si necesitan algo —dijo Jason, dirigiéndose a su oficina mientras Amelia y Nuria regresaban a la planta de "Energreen Solutions".

Se sentó en su silla de cuero y miró por la ventana. Sabía que los próximos días serían decisivos. No solo para él, sino también para Amelia, Nuria y todos los que dependían de él. La batalla que se avecinaba no sería fácil, pero estaba decidido a enfrentarse a ella con toda la fuerza y determinación que tenía.

Unas plantas más abajo, en "Energreen Solutions", Nuria y Amelia continuaban entrevistándose con los trabajadores a su cargo. La sala de reuniones había sido adaptada para estas evaluaciones, con una mesa central y varias sillas dispuestas alrededor. Un proyector estaba preparado para mostrar cualquier presentación que los empleados quisieran compartir.

Laura y Roberto, quienes habían sido presentados por la mañana, estaban esperando su turno. La atmósfera era de tensión contenida, cada empleado sabía que la llegada de nuevos líderes podría significar cambios drásticos.

Amelia observaba con atención las interacciones. A pesar de su esfuerzo por entender las complejidades del trabajo de cada uno, se daba cuenta de que el tema de personal debía ser responsabilidad de Nuria. Podía saber de economía, estaba preparada para negociar y cerrar contratos, pero en cuanto a personal científico, todos les parecían iguales. Para ella, eran un grupo de mentes brillantes, pero Nuria tenía la capacidad de discernir entre ellos, identificando habilidades y potencial.

La primera en ser entrevistada fue Laura, la especialista en materiales avanzados. Entró en la sala con una carpeta de informes y una expresión de determinación.

—Buenas tardes, Laura —dijo Nuria, sonriendo—. Cuéntanos sobre tus proyectos actuales y los desafíos que enfrentas.

Laura asintió y comenzó a explicar su trabajo con entusiasmo. Mostró diapositivas de sus investigaciones y explicó cómo estaba desarrollando nuevos materiales para los paneles solares que podrían mejorar significativamente su eficiencia. Amelia tomaba notas, tratando de captar los puntos clave.

—Tu investigación es impresionante, Laura —dijo Nuria, tras escucharla atentamente—. ¿Cómo ves la posibilidad de acelerar estos desarrollos? ¿Qué recursos adicionales necesitarías?

Laura pensó por un momento antes de responder. —Con un equipo más grande y acceso a ciertos equipos de laboratorio que actualmente no tenemos, podríamos avanzar mucho más rápido.

Nuria asintió y tomó notas. Amelia intervino entonces, enfocándose en los costos.

—Laura, ¿podrías proporcionar una estimación aproximada de los costos adicionales y el tiempo que se ahorraría con estos recursos? Necesitamos asegurarnos de que cualquier inversión tenga un retorno claro y justificado.

Laura asintió, reconociendo la importancia de la pregunta. —Por supuesto, prepararé un informe detallado con esos datos y se los enviaré lo antes posible.

A continuación, entró Roberto, el ingeniero principal en el proyecto de aerogeneradores. Su presentación fue técnica y llena de detalles sobre los problemas de estabilidad y ruido que enfrentaban. Nuria y Amelia escucharon con atención, haciendo preguntas específicas para comprender mejor los desafíos.

—Roberto, mencionaste que la estabilidad es un problema crítico —dijo Nuria—. ¿Has considerado soluciones innovadoras, quizás inspiradas en otros campos de la ingeniería?

Roberto asintió, su rostro iluminándose. —Sí, hemos estado explorando algunos enfoques de la industria aeroespacial, pero necesitamos más tiempo y recursos para adaptar esas ideas a nuestros aerogeneradores.

Amelia intervino de nuevo, enfocándose en la viabilidad económica. —¿Podrías preparar un análisis de costos para estas soluciones? Necesitamos evaluar si es viable antes de asignar más recursos.

Roberto asintió y prometió proporcionar el análisis solicitado. Nuria y Amelia intercambiaron una mirada, reconociendo que había potencial en el equipo, pero también muchos desafíos que superar.

La tarde continuó con una serie de entrevistas similares. Cada empleado mostraba sus proyectos, desafíos y necesidades. Amelia atendía a las preguntas de Nuria y las respuestas de los empleados, tomando notas y tratando de absorber toda la información posible. Sin embargo, se hacía cada vez más evidente que, aunque podía entender las necesidades financieras y logísticas, la evaluación técnica debía dejarla en manos de Nuria.

Cuando terminaron las entrevistas, Amelia se sentía agotada pero optimista. Sabía que tenían un equipo talentoso y comprometido, y con la guía de Nuria, podrían transformar "Energreen Solutions".

—Nuria, gracias por liderar estas entrevistas —dijo Amelia, mientras se acomodaban en la sala de reuniones—. Está claro que tenemos un equipo increíble, pero necesitaremos organizar bien los recursos.

Nuria asintió, sonriendo. —Así es, Amelia. Creo que si trabajamos juntas y alineamos nuestros esfuerzos, podemos llevar esta empresa a nuevos niveles de éxito. Confío en tu capacidad para manejar la parte financiera y administrativa. Yo me encargaré de lo técnico.

Amelia asintió, sintiendo un alivio al compartir la carga. —Gracias, Nuria. Juntas, sé que podemos lograrlo.

Mientras se levantaban para regresar a sus oficinas, Amelia sintió una renovada confianza. Sabía que con Nuria a su lado y el equipo adecuado, "Energreen Solutions" tenía un futuro brillante por delante.

Al llegar a su despacho, Amelia se sentó en su escritorio, repasando sus notas. Decidió que su siguiente paso sería revisar los informes financieros y buscar formas de liberar fondos para los proyectos más prometedores. Quería asegurarse de que cada inversión estuviera justificada y alineada con sus objetivos estratégicos.

Hoy había sido un día agotador para Amelia, y aún quedaban diez minutos de trabajo. Deseaba dar por concluida la jornada y, quizás, continuar cuando llegara a casa, pero sabía que si se ponía ahora a revisar los informes financieros, tendría que empezar de nuevo desde el principio. Pensó en Jason y si andaría tan ocupado como ella. No deseaba interrumpirlo, pero si estaba libre, podrían volver a casa juntos y descansar.

Amelia cogió el teléfono y mandó un WhatsApp a Jason:

"¿Te falta mucho? Quiero ponerme a mirar informes financieros, pero si me pongo ahora y nos vamos en breve será tiempo perdido. Preferiría ponerme en casa."

La respuesta tardaba en llegar, por lo que añadió:

"Estoy en mi despacho. Cuando estés listo, ven a buscarme. Me pondré con los informes."

Se centró en los informes, intentando ver cómo podía optimizar los recursos. Nuria también estaba trabajando, pues a las 18:39 le llegó un correo electrónico con los proyectos que podían conseguir resultados más rápidamente y dónde se debería priorizar la inversión. También señalaba de qué proyectos sacar recursos, ya que necesitaban resultados rápidos.

Al percatarse de la hora, revisó su teléfono, pero no había recibido contestación de Jason. Esto le preocupó mucho. Jason no solía tardar en responder a sus mensajes. Si no había respondido podía ser por dos cosas: o estaba muy ocupado o le había pasado algo. Amelia empezó a considerar la posibilidad de entrar en su despacho, pero si estaba reunido solo molestaría. Vio que sus mensajes aparecían como leídos. Se tranquilizó un poco y siguió trabajando, aunque se preguntaba qué podría tenerlo tan ocupado para ni siquiera contestar con un "OK".

No fue hasta las siete y cincuenta cuando Jason apareció en su despacho con cara de agotamiento.

—Nos podemos ir. Perdona el retraso —dijo con voz cansada.

Amelia lo miró un momento. Se le veía abatido. Desconocía cuál podía ser el motivo, pero pensó si debería preguntar o simplemente darle un abrazo. Mientras su portátil se apagaba, se levantó y lo abrazó.

Jason necesitaba el abrazo, pero lo interpretó como necesidad de ella. La abrazó de forma cálida y apoyó su cara contra su cabello.

—¿Algún problema? —preguntó él suavemente.

Amelia levantó la cara ante la pregunta, sus ojos reflejando una mezcla de preocupación y ternura.

—No, estoy súper contenta con todo lo acontecido hoy, pero tú pareces mal. ¿Ha pasado algo?

Jason tragó saliva y meditó sus palabras, no queriendo preocuparla más de lo necesario.

—Tranquila, todo se arreglará. Simplemente he perdido mi puesto en el grupo de la familia. Eso me da más tiempo para dedicarte a ti y a mis empresas.

Amelia sintió un nudo en el estómago al escuchar eso. La idea de Jason perdiendo su puesto en el grupo familiar era impactante. Sabía lo importante que era para él, aunque intentara restarle importancia.

—Lo siento mucho, Jason. Sé cuánto significaba para ti —dijo, abrazándolo más fuerte—. Pero sé que podrás superar esto. Eres increíblemente capaz y sé que harás cosas grandes con tus empresas.

Jason cerró los ojos, disfrutando del consuelo que el abrazo de Amelia le proporcionaba. Aunque la pérdida de su puesto en el grupo familiar era un golpe duro, tenerla a su lado le daba fuerza para seguir adelante. Se separó ligeramente de ella, mirándola a los ojos.

—Gracias, Amelia. No te preocupes. Recuperaré mi puesto. Vamos a casa.

Amelia asintió, sintiendo un renovado sentido de propósito. No sería suave negociando con el Grupo Xiting cuando tuviera que renovar las cuotas de las patentes. Recogió su computadora, tomó su bolso, la mochila del portátil y salió del despacho junto a Jason.

Durante el trayecto en coche, Amelia intentó distraer a Jason, hablando sobre lo maravillosa que parecía Nuria y los planes para revitalizar "Energreen Solutions". Incluso puso una cara malvada para explicar cómo pensaba patear al Grupo Xiting por despedirlo, arrancándole una sonrisa a Jason.

En la cena, Amelia continuó su esfuerzo por mantener la conversación animada. Describía con entusiasmo las ideas innovadoras que habían discutido y la energía positiva que sentía trabajando con Nuria. Jason hacía todo lo posible por concentrarse en la conversación, agradecido por la distracción que Amelia le proporcionaba.

—Creo que Nuria será una gran incorporación para el equipo —dijo Amelia, sonriendo—. Sus ideas para el almacenamiento de hidrógeno son revolucionarias.

Jason asintió, disfrutando de ver a Amelia tan entusiasmada. Sin embargo, su mente seguía volviendo una y otra vez a los problemas con su padre y el Grupo Xiting.

—Y sobre el Grupo Xiting, tengo planes para asegurarme de que paguen lo que deben por las patentes —añadió Amelia, poniendo una cara malvada que hizo reír a Jason.

—Me alegra ver que estás tomando esto con tanto empeño —respondió Jason, con una sonrisa.

La conversación continuó de manera fluida hasta que, al final de la cena, Amelia decidió abordar el tema que tanto la había preocupado.

—Jason, ¿por qué te han cesado? —preguntó, tratando de que su tono fuera suave y mostrando su interés genuino.

Jason, sorprendido por la pregunta, reaccionó inicialmente con brusquedad. —No es asunto tuyo —dijo, notando de inmediato la expresión dolida de Amelia. Al ver su reacción, suavizó su tono—. Lo siento, no quería ofenderte. Te estás esforzando mucho por agradarme, pero no deseo cargarte con más preocupaciones.

Amelia le sostuvo la mirada, sus ojos mostrando preocupación y ternura. —¿No es deber de una novia preocuparse por su novio? Entiendo que no me quieras preocupar, pero por no hablarlo anoche me puse celosa. No es mejor tratarlo y, aunque no pueda hacer nada, no montarme películas en mi cabeza —dijo, poniendo ojos de cachorro degollado que hicieron que Jason riera.

—Tranquila, viene de lo de ayer. Mi padre me amenazó con destituirme si no te despedía y cortaba mi relación contigo. No voy a contarte los adjetivos calificativos dedicados a ti y a mí, pero a grandes rasgos, me ha despedido por insubordinación.

Amelia lo miró con sorpresa y preocupación. —Pero si yo no trabajo para el Grupo Xiting. Me voy a pegar un tiro en el pie, pero no les voy a permitir el acceso a usar nuestras patentes.

Jason sonrió, agradecido por su lealtad. —No seas tonta. Pide un diez por ciento por encima del valor normal. Tienen un proyecto muy importante; si no acceden, pueden perder varios miles de millones de euros.

La determinación en los ojos de Amelia hizo que Jason se sintiera más optimista.

—Lo haré, Jason. No les daré tregua —respondió Amelia con firmeza.