—La señora Alice no abriría la puerta por más fuerte que Islinda golpeara y tuvo que detenerse cuando su drama comenzó a atraer a los vecinos —dijo sin querer volver a vivir con aquel diablo, más bien estaba preocupada por Eli hasta que no pudo más.
—Su madrastra la había echado sin nada en las manos y debía quererla muerta porque no tenía nada consigo o debía estar poniendo a prueba su capacidad de supervivencia en el frío —Islinda se atrevió a bromear.
—Estaba descalza y con solo su camisón de ayer que apenas podía protegerla del frío. ¿A dónde iba a ir desde este momento y esperar hasta que se calmara la ira de la señora Alice?
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