La actitud de Yun Shishi en el set y en público había sido consistentemente grandiosa. No había sido ni servil ni arrogante con el equipo de producción ni con los asistentes de las celebridades. Como consecuencia, en ese momento crucial, mucha gente se arriesgó voluntariamente a ofender a Yan Bingqing señalándola valientemente como la culpable.
En lo profundo de su corazón, la actriz estaba enfurecida y molesta. Ella levantó su cabeza para observar a la multitud con un siniestro brillo en sus ojos.
Todos se acobardaron por su mirada furiosa. Esas voces llenas de indignación comenzaron a apagarse.
A pesar de sentir una profunda empatía con Yun Shishi por la injusticia que había sufrido, nadie se atrevió a dar un paso al frente y enfrentarse a la actriz.
Yan Bingqing se defendió con vehemencia.
—¡No lo hice! ¡No lo hice a propósito! Hoy no me siento muy bien y por eso causé unas cuantas malas tomas, ¡pero definitivamente no fue a propósito!
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