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UN ETERNO FINAL

Un final para el moribundo, un final para los reyes, un final para los soberanos, un final para los humanos, un final para la paz. Todo siempre tiene un fin. Solo el tiempo puede preservar, en todo lo que existe y en todo lo que será. El cambio no importa, el cambio desaparece con el tiempo, solo el final preservara. Pero ¿Qué es el final? Adrián se preguntó, mientras miraba a su alrededor, todo loque conocía se habían vuelto parte de este desolado paisaje. ¿Es esto el final? Se siguió preguntando. “No, este no será mi final” - miro al cielo, el cual era rojo sangre, lo miro tan fervientemente, y cerro sus puños con un gran odio. Sus gritos empezaron a salir. ¡Yo decidiré que final quiero para mi vida! ¡Yo decidiré mi propio destino! – Grito hacia el cielo, diciendo que este no será su fin. El será propicio de su propia vida, de su propio final, de su ultimo suspiro.

Dario_Lidford · História
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86 Chs

CAPITULO 60: HERMANO TUNCHI

Cuando esas palabras salieron de su boca, un estruendo salió de la cocina.

Fue como un rayo acompañado junto a un aura, el cual puso la punta de pelo de todos. El restaurante mismo empezó a temblar, y todos los que podían sentir tal fuerza se asustaron hasta la medula.

"¡Ya viene!"

Esta fuerza superaba por completo a todos los presentes, estaba fuera de la condensación del Qi, todos sintieron una enorme presión en su cuerpo, incluso los más débiles se desmayaron.

Solo Adrián se quedo mirando a Karla, y las expresiones de los demás, anunciaban que estaban esperando este momento.

De un momento a otro, detrás de Karla, la sombra de un gigante apareció, por cada paso que daba, sus facies se volvían mas claras, era un hombre fornido de dos metros de altura, el cual su cabeza podía llegar a tocar el techo.

Vestía con un mandil blanco, y tenia en sus manos la cabeza de una vaca.

Su expresión no mostraba furia ni enojo, simplemente apretando un poco la cabeza de la vaca esta se hizo pedazos.

Su aura descomunal haría que cualquiera por debajo del decimo nivel de la condensación del Qi se desplomara.

Pero para su sorpresa, Adrián seguía estando intacto.

"¿Es el?" – Pregunto Tunchi, su voz era grave pero curiosa.

"¡Si hermano, parece que no tiene nada con que pagar! que lastima" – Dijo Karla, con una expresión de agotamiento.

Aunque en realidad espero que esto pasara.

De pronto su sentido divino paso por Adrián, el cual confirmo que Adrián solo estaba en el cuarto nivel de la condensación del Qi.

"¡Muy bien! ¡Como quieres arreglar esto!" – El aura del Hermano Tunchi hizo erupción, incluso el cielo empezó a opacarse, era una fuerza superior, y era la primera vez que Adrián podía sentir por completo el poder de alguien del Establecimiento de la fundación, aunque no era la primera vez que luchaba con alguien de un nivel superior.

Adrián suspiro, siempre tenia cuidado con las cosas que hacía, pero ahora no había logado controlarse.

Para pagar su error, saco una de sus plantas milenarias.

"Pagare con esto" – Dijo Adrián tranquilamente, no sabia muy bien que valor tenían sus plantas, quizás alguien en este lugar conocía su valor, pero cuando mostro su planta, todos se rieron.

"Una planta del Roció de 100 años, jajajaja"

"Esa costa cuesta máximo 10 monedas espirituales, que se volvió loco"

"Acaso quiere ofender al hermano Tunchi"

Parecía que nadie de aquí podía reconocer o sentir el aura que la flor desprendía.

El hermano Tunchi se sintió ofendido y en su frente su vena se hincho, al ver que todos se rieron Adrián intento explicar.

"Esta es una plan…"

Pero antes de que pudiera dar una explicación.

Por un segundo observo lo que era un puñetazo hacia su pecho.

"¡Como te atreves a ridiculizarme!"

Inmediatamente se cubrió, pero el golpe se estrello contra su pecho, fue como si una montaña le hubiera golpeado, y salió disparado hacia atrás, los brazos con los que soporto tal golpe, se quebraron, pero no se rompieron por completo, atravesó la pared del Restaurante y lanzado hasta los puestos circundantes.

"¿El hermano Tunchi se enojó?"

"Quien fue el idiota que lo desafío, esta vez esta jodido"

Múltiples comentarios salieron de la boca de todas las personas.

Al ver tal destrucción muchos discípulos se acercaron.

Adrián quien logró detenerse, miro su cuerpo, los daños que recibió no eran pocos, pero había logado resistir.

Aunque sus brazos se resquebrajaron, solo fue una parte pequeña, y eso era un golpe de alguien del establecimiento de fundación.

Dentro del Restaurante, Karla miraba felizmente como Adrián salía volando.

"¡El hermano Tunchi es asombroso! ¡Seguro lo destrozaste!"

Todos asintieron a sus palabras, después de todo, nadie en este lugar podría resistir tal golpe. Era algo devastador.

Sin embargo, ante la aprobación de todos, Tunchi miro su brazo, el conocía que Adrián era el discípulo del Maestro Sonu, por lo cual no uso toda su fuerza, aunque con solo una muestra de su poder, ya era suficiente para hacer que seres del cuarto nivel de la condensación del Qi se desmayasen.

Pero cuando miro la mano con la que lo golpeo.

Pudo sentir un entumecimiento, el cual recorrió por todos sus dedos.

Eso nunca había pasado. Una mirada de incredibilidad paso por su rostro, antes de activar su aura.

"No importa quien sea, debe pagar" – Después de decir esas palabras, apretó su puño y salió con un simple paso, llego hacia Adrián en un instante. 

Adrián miro a Tunchi, y el también lo vio, parecía que no lo iba a dejar en paz hasta que pagara toda su cuenta.

Pero mientras los dos seguían su próximo movimiento, en el Restaurante "Mil y un sabores" La planta que Adrián había sacado, había caído de sus manos.

La planta del Rocio de cien años, cayo de un lugar a otro, la gente realmente no pensó nada cuando vio tal planta, después de todo, estas plantas espirituales se podían encontrar en cualquier lado, además contenían poca cantidad de energía natural, y tenían poco uso para sus píldoras.

Aunque eso solo lo conocían por los libros de Vida Natural de la Santa Iglesia de Motzu.

Sin embargo, mientras la planta se deslizaba de un lugar a otro, cayo en una mesa en particular, nadie miraría esta mesa, y tampoco a nadie le importaría darle una mirada.

Después de todo en esta mesa, solo había una chica la cual tenia su mirada pegada a un libro.

Esta chica era joven, tenia el pelo verde recortado, usaba alguna clase de lente, y su mirada parecía un poco vacía cuando miraba a las personas, vestía con un conjunto natural de ropa acogedora. 

La planta del Roció de 100 años, se deslizo hacia su mesa, cayendo en sus manos.

A ella no le importaba nada aparte de estar sumida en sus libros, pero tuvo curiosidad por lo que había caído en sus manos, después de todo, con sentir la textura, sabia que era una planta.

Cuando miro la planta, pudo ver que, en la semilla de esta pequeña planta, tan normal, había una tira dorada.

Cuando observo la mira.

Agarro la planta fuertemente.

"¡Esto es....mi...mil años!"