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Capítulo 3: Ojos amatista.

La duquesa se quedó callada, Emmett tenía razón, pero aún así tenía que conseguir que se quedara callado y no armara mucho revuelo para que su plan funcionara.

Ella lo miro con tristeza. Sabía que Emmett la estaba pasando mal, pero lo único que podía hacer ahora era mantener al niño en silencio tanto como pudiera.

Él se sintió desconcertado cuando se dió cuenta de lo que dijo. Los recuerdos de Emmett lo hicieron actuar de esa manera sin poder controlarlo. Se empezaba a preguntar si los recuerdos y pensamientos de el antiguo propietario de este cuerpo se empezaron a interponer entre los suyos.

Acto seguido unas sirvientas los descubrieron.

-Con que la duquesa no puede quedarse quieta...

Ambas sirvientas agarraron del cabello a Sharon y se la llevaron, dejando a Emmett encerrado en esa habitación vieja y malholiente.

No se sorprendió al ver tratar a las sirvientas de esa manera a la duquesa, después de todo el objetivo de captura principal en la novela era Sharon, la triste señora de la gran casa Grey a la cual ni las sirvientas la respetan.

Se intió mal al verla irse siendo arrastrada por esas criadas, pero llegó un pensamiento más urgente a su cabeza, él sería el siguiente, y muy posiblemente su castigo sería mucho peor que el de la duquesa.

Buscó por toda la habitacíon algo, algo que le ayudara a escapar, alguna puerta, un arma... Pero se encontró con lo que esperaba, la nada.

Empezó a hiperventilar imaginandose los muchos escenarios dónde él era castigado con latigazos hasta probocar su muerte, o la antigua tortura que consistía en dejar que una rata se comiera sus... Mejor no pensar en ello.

Sé escucharon voces del otro lado de la puerta: "Ese demonio es un desastre, no hace nada más que causar problemas, el señor es demasiado amable con él"

-Tan cierto hermana, pero aún así no lo entiendo, si lo quiere lo suficiente como para no tirarlo de esta casa o simplemente matarlo, ¿Porqué no nos dice que dejemos de tratarlo como escoría?

-Jaja, que cosas tan graciosas dices hermana, aunque el señor lo trate tan expléndidamente para ser un demonio, no tiene que olvidar lo que es, un asqueroso bastardo de ojos amatista.

Ambas se alejaron después de esa corta charla. Emmett estaba que hechaba humos.

¿Trato expléndido? Si esto es un trato expléndido no me quiero ni imaginal lo que es un trato normal, o incluso malo.

Pasaron las horas hasta que al final vinieron dos sirvientas y se lo llevaron a su jaula a base de empujones y golpes. Si antes se sentía adolorido ahora no sentía ni la punta de su dedo meñiquee.

Lo bueno fue que cuando entró las cucarachas parecían haber desaparecido.

Jiji, bien por él.

Le resultó extraño no encontrarse con ningún tipo de castigo por parte del duque, ya que solo recibió golpes por parte de las sirvientas. Silenciosamente en lo profundo de su corazón le dió gracias a sus suerte por no tener que estar en peores condiciones que en ese momento.

Revisó con cuidado sus piernas, llenas de moratones por las anteriores golpizas.

Si algún día llegara a salir de aquí les tiraría una buena cucaracha a la boca a todas las sirvientas malas de esta mansión, aunque comenzaba a sospechar que todas las sirvientas eran malas.

Casualmente se rascó la ceja izquierda y notó que tenía unas vendas sucias y mal colocadas cubriendo su ojo. Estuvo tan ocupado dando vueltas por la mansión intentando encontrar una forma de salir que no se dió cuenta de que tenía una cicatriz enorme que le cubría desde la ceja hasta el pómulo.

Intentó abrir el ojo pero no veía nada con él. Al intentar tapar su ojo derecho para ver algo con el otro empezó a notar destellos morados por toda la habitación. Esos destellos señalaban unas cucarachas muertas que se encontraban en una esquina.

¿Podría ser que su ojo detectara los cadáveres?