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Toque de Llama

—Es una amenaza para su existencia. Un dragón de sangre caliente de sangre real, el rey Malachi es tomado como rehén por los humanos que tanto desprecia. Privado de su libertad, está encarcelado en una cueva oscura, su rabia crece con cada día de tortura y humillación. La única luz que ve proviene de una mujer humana, que le ofrece su cuidado. Una mujer que lo hace arder con igual furia y deseo. Una mujer que no tiene lugar en su corazón o en su mente, porque solo un pensamiento lo sostiene. —¡Venganza! —gruñó—. Y aunque su amabilidad suaviza su corazón y su toque inflama su cuerpo, no se librará de su ira. Porque una vez que rompa las cadenas de la esclavitud, quemará todo su mundo. —Ella es la clave para su libertad. La princesa de corazón frío Ravina es una mujer con una misión. Erradicar la raza de dragones de la faz de la tierra. Pero cuando descubre que las mismas criaturas que mataron a sus padres también podrían ser las que secuestraron a su hermana, no tiene más remedio que cambiar sus planes. Para encontrar a su hermana, debe acercarse a la criatura que desprecia. Pero las cosas no siempre salen como se planean y pronto Ravina termina encontrando más de lo que esperaba. Atrapada en una batalla entre humanos y dragones, amor y odio, confianza y traición, Ravina debe tomar cada decisión con cautela. Y con cada paso que da más cerca de la bestia ardiente, corre el riesgo de derretir el hielo que rodea su corazón y ser consumida por las llamas de furia y pasión."

JasmineJosef · Fantasia
Classificações insuficientes
333 Chs

Dolor y más dolor

"Su mirada se desplazó lentamente, sus ojos perforando los suyos con un frío que podría hacer estremecer a uno.

—Espero que sí, Rey Malachi —dijo en tono de reprimenda—. Sostuvo la bala para mostrársela. —Obsidiana moldeada de una manera en la que se desliza alrededor y parece diferente. Podría estar envenenada o cualquier cosa. ¿Adónde fuiste para recibir un disparo así?

—Tenía algunas cosas de las que ocuparme —dijo él.

—Adonde sea que hayas ido, sabías que te encontrarías con humanos. Algo serio podría haber sucedido. Eres el Rey. Debes tener más cuidado. ¿No tienes guardias ni nada?

Dios. Ahora entendía cuando decían que las parejas de cría regañan más que las madres.

—Si tu herida no sana, estás en problemas. Podrían haber puesto algo en esto —olió la bala, inclinándose sobre él la puso en la bandeja.

Intentó sentarse pero ella puso su mano en su estómago para mantenerlo abajo. —Paciencia. No he terminado.

—Hay otra en mi muslo —dijo él.

Capítulo Bloqueado

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