En la enorme sala de reuniones, Wang Zheng no pudo evitar reírse al ver cómo Ye Zisu se encontraba tan inquieta.
—Que risa tan malvada. ¿Acaso estás maquinando algo?
Wang Zheng sonrió inocentemente.
—Nada de eso, es solo que nunca te había visto tan nerviosa. ¿Por qué esa reacción?
—¡Me encanta la voz angelical de Huiyin! Es muy fácil relajarse y quedarse dormido escuchando sus canciones.
—Para mí, solo esa canción 'Sin Temor' tiene cierto estilo. El resto son como canciones de cuna. La habilidad de esa niña no es nada de otro mundo.
Wang Zheng se rio. Había escuchado algunas de las canciones de LinHuiyin. Su voz era realmente muy cautivadora, pero no era algo que escucharía una y otra vez. No tenía nada de especial.
—¡Cuidado! ¡Sus fans te despellejarán vivo si te escucharan!
—Vaya, Que cruel—la miró con ojos lastimeros.
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