Solo fue un beso en los labios. Fue el mismo beso sorpresivo que ella siempre le daba, como si le hubiera copiado la forma de besar, pero la única diferencia es que él se quedó ahí viéndola y no salió corriendo.
—¿Q-qué fue eso? ¿A-acaba de copiarme?
El beso rápido de Sei era sin dudarlo una copia perfecta del beso de Davi, se sintió completamente distinta ahora que fue él quien se lo dio. Cada vez que ella lo besaba, se sentía acalorada y su corazón latía con fuerza, pero esta vez, el impacto fue a tal nivel que no podía siquiera pensar correctamente. Su rostro se volvió de un rojo brillante, como si toda la sangre del cuerpo se le hubiera acumulado en el rostro.
Estaba impactada hasta la médula. No esperó jamás que él le ganara en su propio juego, al punto de volverse un imitador perfecto.
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