—¿Quién te dijo que no siento celos?
Al oír esas palabras de parte de Zaki, Hinari quedó atónita. Parpadeó más de tres veces, antes de poder decir una palabra.
—¿Eh...? ¿Eh? ¿Qué... qué has dicho? —tartamudeó Hinari. Estaba intentando confirmar que lo que había oído no fue solamente un producto de su imaginación. Lo miró con ojos enormes, pero la mirada de Zaki seguía siendo profunda e insondable. Sin embargo, esta vez, la manera en que la miraba era mucho más intensa que nunca. Sus ojos eran como un lago azul, encantadoramente tranquilo y claro, pero sin fondo. Ella no podía ver qué exactamente era lo que estaban diciendo esos ojos.
Al mirarlo, el corazón de Hinari comenzó a acelerar cuando él no respondió. Ella podría jurar que había oído aquellas palabras, pero le parecía algo increíble.
¿Qué está tramando este tipo? ¿Habla en serio? ¿Está probándome?
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