—Estoy en un buen aprieto. Llama a Friya, por favor. Ella también necesita escuchar esto.— dijo Lith.
Después de que Lith terminó de contarles los últimos acontecimientos, Friya estaba en el séptimo cielo.
—¡Tomá! —Señaló a Tista, Quylla y Phloria en este orden—. Os está bien merecido por llamarme la menos habilidosa del grupo. ¡Mi bebé es digno del título de Mago! No puedo esperar para contarles a mamá y papá.
—¿Para conseguirte un buen collar y una correa del mismo color? —Lith dijo con desdén—. No te metí en esto para acaparar toda la gloria, sino para no obligarte a elegir entre tu familia y tu aprendizaje.
—Ayudar a un compañero de discípulo con su proyecto es una cosa, revelar a alguien más las técnicas y martillo de Forjamaster que Faluel te otorgó, es otra.
—¡Oh, mierda! —Friya de repente recordó su pacto de sangre con la Hidra—. Traicionar la confianza de su maestro le costaría la vida a Friya.
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