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Mundo Shinobi - Un comienzo difícil - capítulo 5

-Tú sabes que no me gusta para nada esa anciana siniestra- le dijo Mito a Hashirama. Estaban los dos en su habitación matrimonial, acostados en un mismo futón y en medio de la noche. No había ruido en la casa más allá del de las tablas que crujían.

Solo había pasado un día desde que la Naori llego y Mito ya se sentía molesta. Ella podía ver las dobles intenciones en todo lo que la anciana hacía, como acercar el niño a ella y decirle a Naoko que parecían hermanas. Como Kain y Naoko le caían bien, Mito lo acepto, pero le molestaba Naori y su forma engañosa de hacer las cosas. Mito era una mujer transparente y le molestaban las personas manipuladoras. Si no hubiera sido una anciana al final de su vida, le hubiera arreglado ese maldito carácter a puñetazos.

-Lo siento, Mito- dijo Hashirama a su lado, miraba las vigas del techo y pensaba en la familia de su amigo. No había problema con la mujer y el niño, pero la anciana siempre andaba guiando las circunstancias para que él se congraciara con ellos -todo ha sido culpa de mi egoísmo. Te pido que tengas paciencia-

-Yo solo voy a tener paciencia por esa cosita blanca-

Hashirama soltó una risita envejecida y feliz por el apodo que le dio su esposa a Kain. Como único remanente de su amigo, Hashirama pone especial cuidado en él. Si su esposa no quisiera al niño en la casa sería demasiado triste para Hashirama. Al menos, ya que él no pudo conducir a su amigo por el buen camino, espera cuidar de lo que quedo de él. Por otro lado, no sabe si es por la edad o el niño es demasiado divertido, pero se siente muy cercano a él.

Mito lo abrazo por el lado, apoyando su cara en el pecho y cerró los ojos -no te preocupes- dijo -a mí también me gusta Kain y Naoko. Pondré cuidado en ellos-

-"Esto nunca traerá paz al mundo Hashirama"- escucho Hashirama en su mente -"el ciclo de odio solo se ha detenido por un breve momento, pero pronto volverá"-

Esas fueron las últimas palabras de su amigo antes de irse de la aldea. Hashirama considero que aquello era su frustración al ser temido por todo el mundo, pero pensando en cómo se han desarrollado las cosas, a lo mejor era verdad. A los ancianos de los grandes clanes no les gusta cómo se están desarrollando las cosas. Ellos temen por sus posiciones y por sus futuras generaciones. Está vida pacifica estaba acabando con todo su legado shinobi. Hashirama lo encontró extraño, ya que este era el destino que buscaba al crear la aldea. No perpetuar las guerras a una escala mayor. Quería que sus descendientes vivieran en un lugar mejor, que los niños pudieran elegir su futuro. No como él y Madara, que desde niños se les enseño a odiar a otras personas sin ni siquiera haberlas conocido. La vida del guerrero era una cosa gloriosa dentro de su corazón, vivir para competir y mejorar tus habilidades era algo elogiable. Pero si en el proceso perdías tu humanidad ¿De que valía tanta fuerza?

"el ciclo de odio solo se ha detenido por un breve momento, pero pronto volverá"

-¿Que te estresa, Hashirama-sama?- pregunto Mito al notar que el cuerpo de su marido se tensaba como si estuviera hecho de palo. Ella abrió sus ojos y acercó su rostro para mirarlo de cerca.

-Nada, Mito- respondió Hashirama -solo me preocupan ciertas cosas relacionadas con Konoha, pero todo va a estar bien. Si nosotros perseveramos lograremos nuestras metas-

-Yo también lo creo Hashirama-sama, al menos- dijo Mito poniendo una sonrisa coqueta -así te ganaste mi corazón. Un shinobi un tanto tonto fue a la tierra de los Uzumaki buscando una alianza y termino llevándose a la princesa del clan-

Hashirama sonrió y le dio un breve beso en los labios -tú fuiste un hueso duro de roer- dijo -pero no me arrepiento de nada. A lo mejor, algún día podemos liberar tu tierra de esa existencia que tanto daño hizo-

Los ojos de Mito se llenaron de pena y lágrimas. Ella asintió mientras una lágrima bajaba por su mejilla y le dio una triste sonrisa.

Ambos se abrazaron en medio de la noche y cerraron los ojos. En aquella época Mito se había comprometido con Hashirama. Esperaban viajar al continente a mediados del verano, pero tuvieron que adelantar su salida a la primavera por una gran catástrofe que azotó la nación de los Remolinos. Varias naciones se unieron para decir que habían destruido a la nación de los Uzumaki, pero si hubieran enfrentando a quien realmente lo hizo, no hablarían tan a la ligera. Dicha catástrofe fue algo que ni siquiera su marido unido a ella y su padre pudieron hacer frente.

-Como dice Hashirama-sama- pensó Mito antes de dormirse -a lo mejor, algún día, podemos volver a la nación de los Uzumaki y destruir a esa criatura-

-o-

Los meses transcurrieron poco a poco, Kain estaba ganando firmeza en sus piernas, balbuceando sus primeras palabras. Él estaba creciendo saludable y lleno de confianza hasta que un día se topó con una persona que llego de improviso a la casa de Hashirama. Este tenía el cabello gris, una expresión fría e indiferente, al mismo tiempo que se distinguían tres cicatrices en su cara. Una en cada mejilla y la última en el mentón.

En ese momento, Kain andaba dando vueltas alrededor de la casa. Apoyándose en las paredes para no caerse ya que su joven cuerpo apenas podía sostenerlo durante unos minutos antes de cansarse.

El hombre de cabello gris llamado Tobirama Senju, hermano del hokage, miró al niño con un brillo asesino en sus ojos. -Otro Uchiha- murmuro tomando en consideración los delicados rasgos del bebé que se apoyaba en una muralla. Él recordó al padre de la criatura y su corazón se llenó de miedo y resentimiento. Esta pequeña cosa, algún día será un monstruo como su padre. Lo mejor sería librar al mundo de tal sufrimiento en este momento. Estiro su mano con la intención de tomarlo de la pequeña cabeza cubierta de cabellos tan blancos que parecían resplandecer. Al mismo tiempo, el niño elevo su inocente mirada, lo quedo mirando, pero Tobirama no detuvo sus intención hasta que escucho los pasos de alguien acercándose. Por el ritmo y fuerza, Tobirama pudo decir que era su cuñada. Así que detuvo sus movimientos y retrajo su mano. Sin embargo, mantuvo esa mirada cargada de despreció hacia el niño.

-¿Qué haces, Tobirama?- pregunto Mito al mismo tiempo que aparecía desde un pasillo

Tobirama apartó su mirada de Kain y la dirigió a Mito. A pesar de que ella tenía la misma edad que su hermano, unos cincuenta años, ella se veía igual de joven que cuando la conoció. Su cabello rojo aún seguía siendo vibrante y su rostro era tan terso que parecía haberse estancado en sus veinte años.

-Vengo a ver a mi hermano- respondió Tobirama con un rostro serio.

Mito captó los malos sentimientos que emanaban de Tobirama y fue de inmediato hasta Kain para tomarlo en brazos. Lo acurruco contra su pecho y miró a Tobirama a los ojos -no te ha hecho nada- dijo en un tono molesto

Tobirama ladeo la cabeza en un gesto de confusión, ya que no sabía cómo ella había leído sus pensamientos. Hasta el momento se sabía muy poco de los portadores de bestias demoniacas, pero según sus apreciaciones, las bestias le conferían al usuario una forma de sexto sentido que le permitía percibir los sentimientos de los demás. Así que intuyo que no había leído sus pensamientos, sino que los había sentido. Él asintió como llegando a un acuerdo consigo mismo y respondió -por ahora, pero no sabemos que vaya a suceder en el futuro. La fruta no cae muy lejos del árbol-

Mito y Tobirama se quedaron mirando a los ojos durante un breve instante. Kain también miraba a Tobirama desde el seno de Mito y lo analizaba.

-Hashirama-sama no está en estos momentos- continuo Mito -fue a conversar un tema importante con los Hyuga. Volverá a la tarde, así que si quieres conversar con él, ven en ese momento-

Tobirama quedo mirando a Mito, asintió sin emitir palabra y se dio la vuelta para irse.

No obstante, cuando llego a la puerta, Mito le dijo -Tobirama-

Él se volteó para mirarla y espero con un rostro inexpresivo.

-Sí algo le llega a pasar a este niño vas a tener algo más de que preocuparte aparte de esos documentos en tu oficina-

Tobirama negó al escucharla y le dijo -tan irracional como siempre. Espero que tu buena voluntad no te perjudique-

Tobirama se marchó y Mito mantuvo su vista en la espalda hasta que desapareció detrás de la puerta corredera. Entonces ella miró a Kain y lo alzó en el aire para que su vista coincidiera. Kain tenía unos grandes y hermosos ojos azules con un brillo inocente. Ella sonrió y le pregunto -¿cierto que no? Kain nunca se portara mal con la tía ¿Verdad?-

A lo que Kain respondió negando con una sonrisa amable. Estó volvió loca a Mito y apretujo a Kain contra su pecho.

-o-

Ese mismo día en la tarde Tobirama se encontró con su hermano en las oficinas del hokage. Hashirama Senju estaba cubierto de varias pilas de papeles cuando su hermano entro a la oficina. Hashirama lo quedo mirando por un tiempo y luego negó con su cabeza.

-Hermano- dijo Tobirama -esté no es el trabajo que debería hacer el hokage. Tú deberías estar dirigiendo a los escuadrones de shinobis, no metido bajo una pila de papeles-

-Tobirama, de nuevo con lo mismo. Es importante que el hokage sepa lo que pasa en su aldea- respondió Hashirama sin levantar la vista de los papeles.

-En ese caso, tú deberías tener a alguien de confianza para que realice ese tipo de trabajo-

Hashirama soltó un exhalación exasperada y levantó la vista -¿Qué necesitas?- pregunto. Pudo ver la incomodidad en la mirada de su hermano. Muchos pensarían que Tobirama era un cubo de hielo sin emociones, pero eso no era cierto. El problema es que solo los más cercanos podían distinguir esos pequeños cambios en sus expresiones.

-¿Por qué sigues insistiendo en mantener a ese niño en tu casa? gracias a eso, mucha gente a estado hablando mal de ti a tus espaldas-

Hashirama negó divertido y continuo revisando un pergamino -no hay problema con eso, Tobirama- dijo -la gente seguirá hablando a mis espaldas haga lo que haga. Así que déjalos ser. Por otro lado ¿Cómo te fue con mi encargo?-

-Sigo pensando que es una mala idea- respondió Tobirama acercándose con un pergamino en la mano -pero aquí está la información. Los ocho están repartidos en varios lugares del continente. Sus localizaciones están marcadas en el mapa y sus hábitos alimenticios están enumerados al lado de cada ficha. Ten cuidado con ellos, sobre todo cuando se están alimentando, son especialmente violentos-

-M, m, mmm- decía Hashirama asintiendo a cada cosa que decía Tobirama con una gran sonrisa en el rostro. Una vez que recibió el pergamino se olvidó de todas las advertencias de Tobirama y abrió el pergamino. Habían varios dibujos descriptivos de las ocho criaturas: un mapache, un tigre azul, un tortuga rosada, un mono rojo, un caballo blanco, una babosa, una mantis religiosa y un pulpo purpura. Todos animales exóticos por sus mutaciones y colores, sin embargo, cada uno tenía el tamaño de una montaña. Claro, sin contar que cada uno tenía habilidades especiales relacionadas a su naturaleza. Tales como: electricidad, burbujas corrosivas, lava, dominio de la arena y otras muchas más, las cuales estaban enumeradas en el largo pergamino.

-Yo sigo creyendo que es mala idea darles a esas personas las bestias demoniacas- dijo Tobirama

Hashirama levantó la mirada por encima del pergamino y asintió -también lo creo- respondió

-¿Entonces?-

Hashirama tomo una profunda respiración y miró a su hermano a los ojos. El tema de Kain ya lo había incomodado bastante y los constantes cuestionamiento de Tobirama lo estaban molestando todavía más. No obstante, Hashirama decidió responder a la pregunta -Konoha no es tan fuerte como tú crees, Tobirama. Si todas las naciones se unen le darían muchos problemas a la aldea. También debes saberlo a través de tus espías, las otras naciones están nerviosas. Somos los únicos poseedores de un jinchuriki (portador de bestia demoniaca), además de que la bestia de colas que poseemos es la más poderosa de todas las que existen-

-¿Por eso les vas a dar un arma? ¿No temes que la utilicen contra nosotros?-

-Sí lo temo, pero desconozco si hay otra forma de darles seguridad. Tampoco expondré a Mito a más restricciones para que los demás se sientan bien. Ya ha sacrificado bastante solo para vencer a Madara-

-En ese caso, ¿aun insistes en cuidar de ese niño?-

Hashirama le dio un puñetazo al escritorio partiéndolo por la mitad, se puso de pie y le grito en un tono firme -deja tranquilo a Kain, es un niño que no tiene la culpa de lo que hizo su padre. De lo contrario, todos los shinobis deberían pagar por cada muerte que han ocasionado-

Tobirama frunció el ceño y le dijo sin demostrar su enojo -como tu asesor estoy en contra de las dos cosas. El niño crecerá y su sangre maldita lo guiara por el camino equivocado. Lo mismo con las bestias de colas, solo se transformarán en un arma que algún día la utilizaran contra nosotros. Por favor, piénsalo de nuevo-

Hashirama cerró su puño con fuerza haciendo tronar sus huesos mientras que Tobirama se daba la vuelta para salir de la oficina. Al final, Hashirama soltó un suspiro y miró su oficina con todos los documentos desperdigados por el piso. Él perdió todo su enojo y se dedicó a recoger los documentos.