Mundo Shinobi - PGM - 204

Al mismo tiempo que Ooyama se preparaba para salir de la capital de la nación del Hierro. Kain estaba enfrentando a Mu y Onoki junto a un centenar de shinobis en un bosque, al norte de la capital.

Mu había dado la orden de que nadie se acercara porque aún no se habían roto las negociaciones con Kain, pero que todos permanecieran atentos. Kain solo estaba molesto por lo que sucedió en el campamento de Konoha, pero si Mu lo podía tranquilizar y convencer de qué era lo mejor para él, todo terminaría en paz. Hasta el momento, todo se ha mantenido al nivel del taijutsu.

-¡Contrólate!- grito Onoki avanzando a una gran velocidad y deteniéndose delante de Kain. Le lanzó una patada a la cara, pero Kain con la visión dinámica de su sharingan hasta el tercer tomoe, vio cada uno de sus movimientos. Así que igual qué como lo hacía con Hiruzen, Kain saltó y se subió sobre la pierna, quedando en cuclillas y sonriendo de manera burlesca.

-Hasta yo tengo las piernas más largas y solo tengo diez años- dijo Kain, Onoki movió su pierna y Kain saltó. Onoki volvió a lanzar otra patada, Kain apoyo sus manos sobre la pierna y volvió a quedar en cuclillas sobre la pierna de Onoki -eres lento ¿realmente eres la mano derecha del tsuchikage?-

-¡Cállate!- grito Onoki, movió su pierna, saltó hacia atrás y esta vez ataco Mu lanzando una serie de puñetazos a la cara.

Kain fue retrocediendo a medida que esquivaba y preguntaba -¿Esta era la motivación?- de repente se detuvo, levantó su mano izquierda y desvió un puñetazo hacia el lado. Después avanzó llevando su puño derecho hacia adelante y descargó un puñetazo en el pecho de Mu, haciéndolo retroceder.

Mu detuvo su retroceso y extendió sus manos hacia adelante en un postura defensiva -Konoha no te trata como debe ser- dijo -solo es cosa de tiempo para que Tobirama te elimine junto con tu familia-

-Oooohh ¿Entonces los señores momia y enano son mejores?-

-¡¿A quién llamas enano?!- grito Onoki y le lanzó un par de kunais con sellos explosivos.

Por supuesto, Kain con la visión dinámica del sharingan lo vio todo claro y contrarresto el ataque con igual número de kunais. Los metales chocaron y los kunais de Onoki fueron desviados. A los pocos segundos explotaron haciendo caer un árbol y destrozando una enorme roca.

-Menuda motivación- dijo Kain con sus ojos encendidos con un fulgor demoniaco y una gran sonrisa en los labios. Él fue rodeando a Mu y Onoki que estaban en posición de combate, uno al lado del otro.

-Mu-sama- dijo Onoki -deberíamos eliminarlo y dejar de perder el tiempo-

-Mantén la calma Onoki, aun no es momento de luchar- respondió Mu, después miró a Kain sin verlo directamente a los ojos y dijo -tenemos a tu madre-

Al mismo tiempo, los shinobis sobre los árboles a cincuenta metros de ellos prepararon sellos explosivos, armas y jutsus, esperando la reacción de Kain.

Kain se detuvo y se cruzó de brazos mirándolos con altives e indiferencia. Mu mantuvo la calma en todo momento, pero Onoki superpuso esa mirada con la del padre y ardió de furia. Entonces Onoki corrió a toda velocidad, lanzó una patada a la cara, pero Kain solo levantó su mano izquierda y bloqueo el ataque, dejando a Onoki anonadado. Kain ni siquiera se vio perturbado, esos ojos demoniacos aun lo miraban con altives e indiferencia, como si Onoki fuera un gusano.

Onoki retrajo su pie y lanzó puñetazos a la cara, pero Kain solo respondió moviendo su cuello y esquivando los golpes uno detrás de otro. Cuando los golpes iban dirigidos al cuerpo, Kain utilizaba su mano izquierda y los desviaba. De esa manera continuaron hasta que Onoki lanzó un gran puñetazo a la cara y Kain se lo atrapo.

-Deja esto Onoki, ya no es divertido- dijo Kain mirándolo con altives e indiferencia

Onoki jadeaba entre el cansancio y la colera que ardía en su pecho. Entonces saltó hacia atrás, continuo con dos piruetas y cayó de pie. Miró a Kain lleno de resentimiento y dijo -veamos si esto te parece divertido, demonio Uchiha- extendió sus manos hacia adelante y creo un cubo de energía alrededor de Kain.

-¡Onoki, detente!- grito Mu, salto hasta alcanzar a Onoki y puso su mano sobre el hombro. Lo que calmo un poco a Onoki y no continuo con su ataque. Solo dejo a Kain prisionero dentro del cubo de energía.

Kain se cruzó de brazos y los siguió mirando como a insectos.

Por otro lado, Mu avanzó hasta quedar a diez metros de Kain y le dijo -tenemos a tu madre, espero que sea suficiente motivación- pero Kain no respondió y Mu continuo -no es una amenaza, solo una motivación. Konoha no es tu aliado Kain Uchiha, puedes ganar mucho más con nosotros-

-Menuda motivación, Mu. Ante mis ojos no eres diferente de Tobirama- respondió Kain y realizo con sus manos los sellos de Tigre, carnero y serpiente. Después junto su chakra del tipo agua y tierra, modifico su composición y golpeo el suelo. Todos se prepararon para lo peor, pero durante unos segundos todo quedó en silencio. Kain se levantó y volvió a cruzarse de brazos, sonrió para Onoki y este último frunció el ceño. No obstante, de repente se sintió un pequeño temblor en el suelo y emergió una enorme raíz que golpeó el cubo de luz y rompió como si fuera cristal. No obstante, la raíz se siguió moviendo hacia adelante, con dirección a Onoki. Este último estaba estupefacto por la destrucción de su jutsu, pero justo saltó Mu y lo salvo de morir empalado.

-Creo que es momento de ponerme un poco salvaje- dijo Kain, entonces realizo otra seguidilla de sellos: rata, buey, perro, caballo, mono, jabalí y tigre. Junto aire en sus pulmones hasta que dio la impresión de que iban a estallar y grito -katon, Goka Messhitsu-. Entonces Kain soltó el aire de sus pulmones y soplo un poderoso torrente de llamas que arraso con todo a su paso.

Los árboles, rocas y tierra fueron reducidos a cenizas y nada quedó en pie, dejando una enorme franja de fuego con la forma de un abanico y a Kain como su epicentro. Parecía un verdadero demonio, con su cabello blanco, ojos rojos con un fulgor infernal y esa mirada llena de indiferencia mientras las llamas lo iluminaban. No obstante, a pesar de la destrucción, sonrió.

-Vaya, Onoki, Mu. Cada vez me gusta más y más su kekkei genkai. Al punto de que quiero robarlo- dijo Kain mientras mostraba una sonrisa bestial. Entonces llevo sus manos hacia la mochililla en la espalda y saco dos kunais en cada mano. Los lanzó hacia el cielo oscuro y explotaron iluminando los alrededores.

Onoki y Mu estaban volando en el cielo mientras la luz de la explosión mostro sus ojos llenos de disgusto. El monstruo al que trataban de domesticar estaba mucho más allá de sus posibilidades.

-Sabía que eras un animal, Kain Uchiha, ni siquiera te importa tu familia- grito Onoki desde el cielo.

-¿A qué te refieres, Onoki?- preguntó Kain con una sonrisa -yo siempre protejo lo que es mío y castigo a los que tratan de robarme. La muerte de los shinobis que vinieron con ustedes fue culpa suya, no mía. Esto solo fue karma. Ahora, porque no eres un buen insecto y bajas para aplastarte-

-Veamos qué te parece esto- mascullo Onoki y junto sus manos, formando un triángulo con sus dedos índice y pulgar. Al instante siguiente se formó delante de las palmas un cono luminoso apuntando con dirección a Kain.

Kain sonrió y saco otro kunai. Onoki frunció el ceño, Kain lanzó el kunai con un sello explosivo y Onoki levito hacia un lado. El kunai paso de largo y explotó a quince metros por detrás de Onoki. Este último sonrió con superioridad mientras el cono de luz crecía hasta que lanzó un grito de guerra y del cono salió un pilar de luz. Kain abrió los ojos amplios de la impresión, saltó hacia un lado y evitó casi todo el daño, solo perdiendo su tobillo y pie izquierdo.

Onoki se sintió complacido al haberlo herido, pero cuando el fuego de las llamas ilumino la extremidad, se dio cuenta que no había sangre.

Al mismo tiempo, Mu se movió hacia Kain y lanzó un puñetazo a la cabeza para rematarlo en el suelo. Kain se empujó con sus brazos para evitarlo. Rodó, se apoyó en su pie derecho y lleno de aire sus pulmones, pero algo invisible le apretó la garganta y lo elevó en el aire.

Kain boto el aire que había aspirado y miró hacia abajo. No había nada, ni siquiera un rastro de chakra, pero podía ver un aura. Kain sonrió a pesar del potente agarre sobre su garganta y dijo con voz apagada -sabía que los kages eran habilidosos, pero no sabía que tanto-

Entonces, delante de él, Mu se volviendo visible. Él sostenía a Kain de la garganta con una sola mano mientras lo evaluaba y el otro Mu lo miraba desde la distancia.

-Tú no eres el original- dijo el Mu que estaba a la distancia

-Y tú no eres tan inteligente como crees. Mi madre esta fuera de tu alcance- dijo Kain con dificultad mientras el otro Mu le aplastaba la garganta. Kain llevo su mano a la armadura roja y jalo uno de los tirantes. El tirante se rompió y la armadura se abrió develando un interior rojo metálico cubierto de sellos explosivos. La sonrisa de Kain se enancho y continuo -mi regalo, acéptalo-

Al instante siguiente los sellos se encendieron con fuego, Mu lo soltó, dio un saltó al cielo elevándose en el aire y los sellos explotaron en un mar de llamas. El Mu real logro escapar, pero la explosión lo mando a volar por los aires hasta que Onoki lo atajo. El otro, que debió ser un clon, murió en las llamas.

-¿Qué era eso, Mu-sama?- preguntó Onoki, soltando a Mu poco a poco mientras este último empezó a levitar en el aire por su propia cuenta.

-Clon de madera, algo que solo pertenecía al Dios Shinobi- respondió Mu lleno de preguntas en su cabeza.

Por otro lado, igual que en el campamento de Konoha, el campamento de Iwagakure exploto en llamas iluminando el bosque al Oeste de la capital.

Mu y Onoki se voltearon para ver, pero lo único que se distinguía en la distancia era un mar de llamas que no paraba de estallar y extenderse como si fuera un enorme lago de llamas rodeado de un bosque oscuro.

-Vamos, Onoki, hemos subestimado a Kain Uchiha. Debemos ver lo que podemos salvar y cómo podemos continuar- dijo Mu mientras volaba a través del cielo mientras Onoki lo seguía. Mu aumento su velocidad y Onoki hizo lo mismo.

Por otro lado, Kain estaba de pie sobre el techo de un hotel en la capital de Hierro que parecía una pagoda. Con la ayuda de su mangekyo, miraba a Onoki y Mu volar a la distancia, y no podía hacer más que sentirse emocionado -en serio, cada vez que veo su kekkei genkai, tengo ganas de robarlo ¿Cómo sería volar por los cielos?-

Después de un tiempo se volteó hacia la capital de la nación del Hierro, de donde se habían retirado todos los shinobis de Iwa. Solo quedaba uno que otro fiel a Mu, pero con suerte tenían la habilidad de un chunin. Así que no sería ningún problema deshacerse de ellos.