Kain estaba en su habitación acompañado del viejo Orochi y Kiyomi.
Kain estaba sentado en un cojín mientras mantenía activo el mangekyo sharingan que había cambiado. Sus ojos tenían el iris rojo con una línea negra en el centro, como si fuera el ojo de una serpiente.
El viejo Orochi, de piel tan pálida como el papel, observaba a Kain e iluminaba los ojos con una linterna para ver los posibles cambios. Orochi tenía los parpados tan juntos que daba la impresión de tener los ojos cerrados. Su rostro cubierto de arrugas, las mejillas caídas y su boca arqueada hacia abajo formando una "n".
—Tus ojos se dañaron un poco— dijo el viejo Orochi con voz sibilina —veo varios derrames, pero aparte del daño que detecto Guardián, no veo otros cambios—
—Esos ojos sí que dan miedo— dijo Kiyomi con una sonrisa incomoda. Ella tenía once años, un cuerpo esbelto y el cabello rojo ordenado en un moño. Iba vestida con la ropa negra y la chaqueta táctica verde pasto de la villa.
—Oooh, si vieras la casa del abuelo gritarías como una loca— dijo Kain con una sonrisa en los labios mientras la miraba
—Kain, no mires a otro lado, estoy revisándote los ojos— dijo el viejo Orochi
—Lo siento, abuelo— dijo Kain
El viejo Orochi miró un poco más los ojos y apago la linterna —no parece que haya un daño permanente en tus ojos. Como siempre, tu taza de regeneración es abrumadora ¿Por qué querías que los mirara?—
—No, la verdad, revisando los registros antiguos y lo que me enseño la abuela, pensé que este tipo de mangekyo fue influenciado por tu sangre—
Orochi cerró los ojos y curvo los labios hacia arriba formando una sonrisa. Él soltó una risita sibilina y abrazó a Kain a su pecho —está bien, yo sé que eres mi sangre. A lo mejor no te has dado cuenta, pero las serpientes en mi casa nunca te han rechazado. Eso es la perfecta prueba de que eres mi descendiente—
—Siempre he sentido una increíble afinidad con las serpientes— dijo Kain mientras sentía lo delgado y débiles que estaban los brazos de Orochi.
Orochi lo soltó y dio un paso atrás —¿Con quién dejaste a ese muchacho?— preguntó
—Bueno, después de que Danzo y Hiruzen escucharan la verdad de parte de Tobirama, se fueron sin decir una palabra y en estado de shock— dijo Kain
—Es comprensible— dijo Orochi asintiendo en reiteradas ocasiones
Kain levantó la mirada, miró ese rostro tan pálido como el papel y el cabello cano. Sonrió al ver lo pequeños que estaban los ojos de Orochi, parecía que los tenía cerrados —¿El abuelo no quiere ver a Tobirama?—
—Todavía no— dijo Orochi, llevó las manos detrás de la espalda y continuo —deja a ese muchacho probar un poco del dolor y desesperación que provoco a los demás. Lo iré a ver en un par de semanas, cuando haya aprendido la lección. Por otro lado ¿Es verdad lo que me prometiste?—
—Sí, abuelo— dijo Kain —tengo esa posibilidad—
—Confió en Kain, siempre has sido un niño inteligente que cumple sus promesas. Solo te pido que, no seas tan duro con Tobirama—
—Yo, tratare— dijo Kain —mi intención no es romperlo, pero no creo que sensei lo deje ir tan fácilmente. Después de todo, él es la razón del porque ella perdió a su hijo—
Mientras Kain conversaba con Orochi y Kiyomi en su habitación, Mito estaba sentada en una silla mientras miraba a Tobirama tirado en el suelo, escupiendo sangre.
—Veo que ese mocoso hizo lo que le pedí— dijo Mito —¿Qué siente el gran Tobirama Senju en su estado de indefensión?—
—También, me importaba Minoru, pero él…— respondió Tobirama en el suelo, tosió y escupió otra bocanada de sangre en un estado lamentable.
Mito se levantó, camino hasta Tobirama. Este último estaba indefenso, tenía varios huesos rotos y órganos dañados. Mito no tuvo reparos y le dio una poderosa patada que lo mando a volar. Tobirama cayó al suelo, rodo varios metros y quedó tendido en el suelo.
Mito lo quedó mirando sin pena o arrepentimiento —no vuelvas a mencionar su nombre— dijo —tú mataste a mi hijo, no tienes derecho a decir que te importaba—
—Mátame— murmuro Tobirama, agonizando en el suelo —de esa manera—
—¿De esa manera yo me sentiré mejor? No lo creo, en estos momentos no siento nada al golpearte. Mi hijo murió, yo sufrí y lo lloré durante años. Tú patética muerte no me dará nada, incluso ahora, solo estoy enojada porque de tu boca sucia y mentirosa salió el sagrado nombre de mi hijo—
—Entonces— dijo Tobirama con una voz ahogada —¿Por qué quieres que viva?—
—Porque tu patética existencia puede serle de alguna utilidad a Kain— dijo Mito, ella soltó un suspiro y continuo de mala gana —esto es una pérdida de tiempo. Pensé que te odiaría con más fuerza y a lo mejor rompía mi promesa con Kain, pero ya me aburrí de esto. Por ahora, disfruta del intenso dolor. Si algún día me aburro, vendré a jugar contigo al kemari—
Mito camino a una esquina oscura del campo de entrenamiento subterráneo y desapareció.
Tobirama estaba tendido en el suelo, jadeando mientras sentía su boca inundada de sangre. Tosió y escupió más sangre. Se quedó tendido en el suelo mirando el techo. Estaba helado y comenzaba a sentir sus extremidades débiles. No podía escapar, no tenía chakra y aun si moría, ese demonio lo podía revivir.
Tobirama sentía que sus parpados le pesaban y le costaba respirar. No sabe cuánto tiempo paso, pero cuando trato de mover su brazo derecho, sintió como una sustancia viscosa lo tuviera pegado al suelo. Era su propia sangre que se estaba congelando.
—Vaya, parece que sensei jugo bastante contigo— dijo Kain, su voz reverbero por todo el campo de entrenamiento. Junto a sus pisadas sonaban las de Kiyomi, que caminaba un metro por detrás de él. Las pisadas de Kain eran sonoras, después de todo, él ocupaba sandalias de madera mientras Kiyomi usaba zapatillas shinobi.
—Sensei, parece que este tipo está al borde de la muerte— dijo Kiyomi
—Naaa, la mala hierba nunca muere, Kiyomi-chan. Si este tipo no hubiera estado tan jodido cuando lo encontró Torifu, nunca lo hubiera matado—
Tobirama trato de mirar hacia donde escuchaba venir la voz, pero no podía mover su cuerpo.
Kain llegó junto a Tobirama y sin ningún esfuerzo, canalizo ninjutsu médico potenciado por el chakra del tipo madera. Tobirama recupero la tonalidad de su cuerpo, sus heridas fueron sanadas, pero no recupero la sangre perdida.
Kain se puso de pie y lo quedó mirando —rayos, te recompuse el diente perdido solo para que termines peor que la vez anterior. Te deje solo por un momento y mira como quedaste—
—Tú, maldito— murmuro Tobirama con la respiración forzada, pero sin tanto dolor como antes, aunque se sentía mareado y la cabeza le daba vueltas —tú enviaste a Mito. Sabias lo que iba a pasar—
—Sí y no— dijo Kain de forma juguetona —te dije que no tenía secretos con mi sensei. Ella sabía que iba a hacer esto desde el principio. Además ¿De qué te quejas? Tú mataste a su hijo, eso no es algo que se olvide tan fácilmente. Sin embargo, me alegro, parece que ella pudo superar todo ese resentimiento y dolor y olvidarse de ti. Así de insignificante es tu vida, Tobirama Senju—
Tobirama frunció el ceño, pero no respondió porque estaba demasiado débil como para discutir. No recordaba en su vida haber estado tan débil, incluso antes de que Torifu lo matara.
Kain coloco tres sillas y se sentó con Kiyomi mientras esperaban que Tobirama se recompusiera. Tobirama se recompuso a los diez minutos, pero siguió tendido en el suelo mientras escuchaba la conversación de Kain y Kiyomi.
—Sensei ¿Seguro que este tipo me puede enseñar algo?— preguntó Kiyomi, miraba a Kain con sonrisa astuta en los labios mientras balanceaba sus pies de atrás para adelante, en un gesto infantil.
—Sí, incluso si no tiene chakra, te puede ayudar en mucho. El único problema es que es totalmente inútil como un brújula moral o crecimiento personal— dijo Kain —ya viste como Hiruzen y Danzo se desarrollaron—
—Usted tuvo la culpa, sensei— dijo Kiyomi en un tono de voz mimado —Danzo-sama estaba bien hasta que usted lo ayudo para que fuera el próximo hokage. Después de eso, él se puso nervioso y comenzó a realizar un montón de estupideces. Incluso realizo reuniones con la única intención de matar a hokage-sama—
Tobirama conocía a sus discípulos, sabia de lo que eran capaces y sus debilidades. Sin embargo, la forma en que se desarrollaron Hiruzen y Danzo sin su supervisión, fue embarazoso. Incluso si era una manipulación de Kain y su discípula, Tobirama lo podía creer. Vio las expresiones de Hiruzen y Danzo, sus mentes estaban tan débiles que daban vergüenza ¿Ese fue su legado? Incluso una niña se da cuenta de lo débiles que son sus discípulos.
—¿Ya te recuperaste?— preguntó Kain
Tobirama se volteó en el suelo, apoyo ambas manos y se levantó con dificultad. Él todavía sentía su mente nublada por la pérdida de sangre y los golpes, pero ya no le dolía el cuerpo —¿Qué quieres, Kain Uchiha?— preguntó con debilidad. Miró a la niña Uzumaki sentada en la silla, a la izquierda de Kain. Era joven, había crecido desde la última vez que la vio. Fue solo una vez, pero la recordaba. Ella era la niña más pequeña que siguió a Kain a la villa.
—Hola, hola— dijo Kiyomi con una sonrisa en los labios —aquí, reportándose la poderosa y sensual, Kiyomi Uzumaki, mucho gusto—
Tobirama miraba a la niña y diferente de Kain o Mito, ella no mostraba signos de rencor. Sin embargo, su expresión era como si se estuviera divirtiendo y hubiera encontrado un juguete nuevo.
—Tú ¿No me odias como este mocoso?— preguntó Tobirama
—No, para nada— dijo Kiyomi con una sonrisa en los labios —sin tu mente retorcida, Kiyomi nunca hubiera encontrado a Naoko-sama ni a sensei. No puedo decir que te agradezco por empatía hacia Mito-sama u otras personas que considero amigos. Sin embargo, lo importante es que sensei dijo que tú me podías enseñar cosas. Yo no lo veo por ningún lado, pero voy a darte el beneficio de la duda—
Por fin Tobirama entendió que estaba realmente jodido. Que una mocosa burlesca le dijera que le daba el "beneficio de la duda", era caer muy bajo. Tobirama soltó un suspiro y miró a Kain. Este último sonreía divertido con Kiyomi, extendió su brazo y le peino el cabello con la mano.
Kain miró a Tobirama y le dijo —ella es la persona que quiero que eduques. No te preocupes, puedes intentar todas las manipulaciones que quieras. Ella tiene una increíble fuerza mental y en lugar de ver problemas, se enfoca en sus fortalezas. Ella será el próximo hokage—
—Yaaaaa, sensei— dijo Kiyomi con una gran sonrisa —Kiyomi se va a sonrojar si dice esas cosas—
Kain miró a Kiyomi y sonrió, le acaricio la mejilla con el dorso de sus dedos y Kiyomi se ruborizo y agacho la mirada.
—Todavía eres demasiado inexperta para jugar bromas a sensei— dijo Kain —por ahora, confórmate con jugar con Tobirama. Él te puede enseñar una que otra cosa. Este tipo puede que sea una de las pocas personas más inteligentes que sensei—
Kiyomi levantó su rostro, miró a Kain a la cara y después a Tobirama, sus ojos ya no lo veían como un juguete nuevo, ahora ella tenía curiosidad.