En medio de un bosque a las afueras de Konoha, había un sitio eriazo que por lo general ocupaba el equipo 1 para entrenar bajo la supervisión de Mari Hatake. En estos momentos los niños estaban estirando sus músculos mientras una nube pasaba cubriendo el sol. Al mismo tiempo, Hiruzen y Mari los miraban desde veinte metros de distancia, con la luz del sol sobre sus cabezas. El área de practica era una extensión de tierra plana de cuatrocientos metros cuadrados, rodeado por una espesa arboleda.
-Sarutobi- dijo Mari, sin apartar la mirada de los niños -será mejor que te tomes esto en serio, muy en serio. Si no será tu primer y último entrenamiento ¿Entendido? -
-Entiendo- dijo Hiruzen con una pequeña sonrisa en los labios. Se movió un par de metros a la derecha y comenzó a estirar sus músculos. Dentro de su mente era el momento para resaltar y establecer una posición de jerarquía delante de estos mocosos.
Media hora después, el equipo 1, conformado por Kaoru, Sakumo y Akane estaban pie frente a Hiruzen. Mari estaba parada lejos de ellos, cerca de la arboleda.
La postura de Hiruzen era natural, con los pies abiertos a la altura de los hombros, mientras miraba a los niños con una pequeña sonrisa, confiado de que nada puede salir mal.
Del otro lado, Kaoru estaba parada al frente de sus amigos. Una cabeza más baja que sus amigos, de físico delgado y rostro tierno. El cabello oscuro como la noche le llegaba hasta los hombros, resaltando su rostro pálido y mejillas sonrosadas. Sakumo estaba un paso por detrás de ella, a su derecha, mientras Akane estaba a su izquierda.
-¿Listos?- grito Mari a lo lejos
Kaoru tomo la postura del puño suave y activo su byakugan, denotando así, las venas hinchadas a los lados de sus ojos por el mayor flujo de chakra. Al mismo tiempo, Akane su izquierda, cerró sus parpados por un breve instante y al abrirlos, sus pupilas se tornaron de un rojo carmesí. Por su parte, Sakumo llevaba una espada corta en su vaina. La usaba en su espalda, sujeta por una cuerda que le cruzaba el pecho. Dirigió su mano derecha a su espalda y tomo el mango de la espada y desenvaino. Entonces tomo la espada con ambas manos, poniendo su pie izquierdo por delante del derecho, y apegando sus manos y espada a su pectoral derecho.
-Adelante- grito Mari a lo lejos.
Hiruzen desapareció delante de los niños y se movió por la derecha, avanzando a una gran velocidad. Para su sorpresa, la pequeña Kaoru capto su movimiento y saltó a su encuentro. Sus ojos serios se veían amenazante, pero Hiruzen ya tenía suficiente experiencia para saber manejar a un Hyuga.
Kaoru iba con la mano izquierda por delante y la derecha apegada al pecho. Junto chakra en su palma derecha y a una distancia de un metro, ataco. Hiruzen abrió los ojos amplios, sin querer creer el alcance de su ataque, pero sus instintos le dijeron que evitara el ataque a toda costa. Dio un salto hacia un lado y escucho a Kaoru dar un grito junto a su ataque. Al instante siguiente sintió el estruendo de un gran choque en la tierra.
Hiruzen, aun en el aire, vio como el chakra en la palma de Kaoru genero una onda de choque y a donde estaba originalmente, quedó un cráter de un metro de ancho. La tierra salto por los aires, generando una polvareda. Los ojos de Hiruzen casi se salen de sus orbitas, sin embargo, y para su mala suerte, se quedó sin tiempo de preocuparse de Kaoru. Frente a sus ojos aparecieron un par de ojos carmesí y sintió una poderosa patada en su estómago. Salió volando, viendo como todo daba vueltas y cayó al suelo, rodando sin parar durante cinco metros hasta quedar tendido en el suelo.
Kaoru soltó un suspiro y miró a su amiga -Akane-chan- dijo -sensei dijo que solo era un combate de práctica. No era necesario que lo atacaras en serio-
Akane se cruzó de brazos y bufo hacia un lado -no es mi culpa- dijo enojada -este tipo es tonto como las piedras. Sensei debe haberle dicho que se lo tomará en serio, pero en ningún momento nos tuvo respeto-
Sakumo se acercó a Hiruzen para revisar si estaba bien, pero al sentir un sentimiento extraño, entrecerró sus ojos. Se detuvo a un metro y le lanzó la espada al cuello. Se la clavo, pero al instante siguiente el cuerpo se volvió una nube de humo.
Kaoru hizo un cono con sus pequeñas manos y miró a cinco metros Sakumo -Sarutobi-san -grito -puedes salir, Akane-chan ya no te atacara tan fuerte- todo estuvo en silencio durante unos segundos, Kaoru continuo -Sarutobi-san, ya sé que estas bajo tierra. Tengo mi byakugan ¿lo recuerdas? - Kaoru puso su palma derecha en la mejilla y dijo un tanto preocupada -es como dice Akane-chan, Sarutobi-san es tan tonto como las piedras-
La tierra a cinco metros de Sakumo se resquebrajo y salió Hiruzen desde el suelo. Con un rostro enojado, pregunto molesto -¿Quién es tonto como las piedras?-
-Es que, te sigues escondiendo de esa manera. Es imposible que puedas escapar a mis ojos. Por favor, Sarutobi-san, tómatelo serio-
Hiruzen miró de soslayo a Mari Hatake a la distancia y se preguntó como esa mujer le pudo enseñar a estos pequeños monstruos. Tenían la fuerza de un jounin, era escandaloso para ser recién egresados de la academia.
-Bien- dijo Hiruzen -me lo tomaré en serio, pero no quiero quejas- llevo sus manos a la pequeña mochila que llevaba enganchada al cinturón y saco un par de kunais. Después tomo uno en cada mano, tomo una postura de combate y puso una mirada seria.
-Sakumo-chan- dijo Kaoru –¿Quieres intentarlo?-
-¡Ooo!- respondió Sakumo con una sonrisa, corrió a toda velocidad, paso a recoger su espada clavada en el suelo y ataco a Hiruzen de frente. Los kunais y espada chocaron y generaron un sonoro tañido.
Akane se cruzó de brazos, con su sharingan activo y miró el intercambio incesante de cortes entre Sakumo y Hiruzen. Negó y se preguntó ¿Por qué enviaron a este tipo? En el mejor de los casos solo sería un jounin habilidoso. Ella con sus ojos podía cubrir la diferencia de habilidad.
-Akane- grito Mari a la distancia
El cuerpo de Akane parpadeo en su posición y se movió a una velocidad vertiginosa. A los pocos segundos apareció frente a Mari.
-¿Sí, sensei?- pregunto Akane, con el tañido de armas de fondo
-Prepárate y deja de ser tan arrogante. Nunca has luchado con Hiruzen, es muy pronto para que asumas que es débil-
-Pero-
-Nada de peros, eres la más madura, así que espero que guíes a tus compañeros ¿entendido?-
-Está bien, sensei-
Akane se dio la vuelta y miró a Sakumo luchando contra Hiruzen. Como siempre, Sakumo sonreía al luchar con un contrincante fuerte. Cosa que confundió a Akane y reacciono frunciendo el ceño. Se movió a una gran velocidad y apareció al lado de Kaoru.
-Kaoru-chan, sensei dice que Sarutobi-san está ocultando su fuerza. Ayúdame con tus ojos-
-Está bien, Akane-chan-
Kaoru activo su byakugan y noto como el chakra dentro del cuerpo de Hiruzen comenzaba a moverse a una velocidad mayor. Al mismo tiempo, Hiruzen pasaba de recibir los ataques de Sakumo a empujarlo hacia atrás.
-Es verdad- dijo Kaoru asombrada -está incrementando la velocidad del flujo de su chakra poco a poco. Parece que solo estaba jugando-
Sakumo saltó y lanzo un corte descendente. Hiruzen bloqueo con ambos kunais en sus manos y después lanzó una patada al estómago. Sakumo soltó un grito ahogado y salió volando por los aires. Akane se movió a una gran velocidad y atajo a Sakumo en el aire, para después caer al suelo y bajar el cuerpo en un gesto suave. Se puso de pie delante de Sakumo, como poniendo una barrera protectora entre Hiruzen y él. Al mismo tiempo, Hiruzen sonreía avanzando a paso lento, como si estuviera confiado en que pudiera vencer. Guardo ambos kunais en la mochila de su cinturón y comenzó a realizar sellos de mano.
Akane, gracias a la gran capacidad de visión de su sharingan, noto el patrón y fue copiando todos los sellos de mano.
Una vez que Hiruzen termino de hacer todos los sellos necesarios, se detuvo a diez metros de Akane y aspiro aire hasta llenar sus pulmones. Akane hizo lo mismo y juntos, al mismo tiempo, dijeron.
-Katon, karyu endan-
Ambos soplaron al mismo tiempo y lanzaron una gran llamarada. Ambas chocaron como si fueran dos torrentes en direcciones opuestas y se dispersaron hacia los lados.
Sakumo se levantó del suelo, algo atontado por la poderosa patada. Sin embargo, el terrible calor del fuego de Akane y Hiruzen, le quito todo el mareo. Se puso de pie y busco su espada con la mirada. La vio a dos metros de donde estaba, clavada en la tierra. Salto, la tomo y se propuso apoyar a Akane, pero al verla luchar de fuego contra fuego, decidió esperar. Esta era su batalla, pensó.
Akane compitió contra Hiruzen durante dos minutos, pero al sentir que se quedaba sin aire en los pulmones se puso nerviosa. Su llamarada comenzó a ceder paso ante la de Hiruzen, que avanzaba a cada segundo. El calor del fuego la hizo traspirar y pensar que estaba perdiendo. Sin embargo, cuando el choque de llamas estaba a solo un metro de ella, Kaoru salto juntando chakra en su palma derecha y cuando estuvo a dos metros de las llamas, lanzó un poderoso golpe mientras gritaba -¡Ah!- . Esto genero una onda de choque que golpeo el fuego por la mitad y lo apago de un solo golpe.
Akane estaba jadeando, con todo el rostro cubierto de transpiración. Al mismo tiempo, Hiruzen se cruzaba de brazos y sonreía.
-¿Qué opinas?- pregunto Hiruzen -¿Soy fuerte?-
-Solo porque estas más viejo- dijo Akane enojada, se cruzó de brazos, negando la victoria de Hiruzen con sus palabras y su postura.
Hiruzen sintió que perdió el equilibrio al escucharla, pero recupero el control de sus piernas y preguntó -¿Cómo puedes ser tan mala perdedora?-
Akane volteo su rostro a un lado y bufo indignada. Si sus pulmones estuvieran más desarrollados, nunca hubiera perdido. Al menos, esa era la verdad en su mente.
Hiruzen soltó un suspiro de cansancio y Kaoru se acercó a él. Hiruzen miró hacia abajo y vio ese pequeño rostro inocente.
-¿No es genial?- pregunto Kaoru con un tierna sonrisa -Sarutobi-san no es tan tonto como las piedras-
Hiruzen sentía que le tiritaba el labio superior, pero al ver la inocencia con que Kaoru se lo dijo, decidió creer que se lo había dicho sin malicia alguna.
-¿Qué opinas, Hiruzen?- pregunto Mari, acercándose al grupo -¿Son talentosos o no?-
Hiruzen paso su vista desde la inocente Kaoru, pasando por el salvaje Sakumo, hasta la orgullosa Akane y asintió con seriedad -son peligrosamente talentosos. Sobre todo, Kaoru-
-¿Eh?- replico Kaoru, puso su mano derecha en su mejilla y dijo -pero si Kaoru ni siquiera ocupo la mitad de su fuerza. Okaa-sama y el ojii-chan siempre le dicen a Kaoru que sea amable, y Kaoru fue amable. Feo, Sarutobi-san, Kaoru te golpeara con todas sus fuerzas para la próxima-
Hiruzen se puso pálido, Mari hizo una sonrisa incomoda al igual que Sakumo, mientras Akane se tapaba la boca con la mano para reírse de forma maliciosa.
-Es mentira, Kaoru-chan. Kaoru-chan es la más confiable y amable del mundo- dijo Hiruzen traspirando sudor frio y gesticulando con sus manos.
-Ya, entonces, Sarutobi-san comprara los dangos para hacer feliz a Kain-sama- dijo Kaoru con una gran sonrisa.
Sakumo y Akane se largaron a reír, sabiendo que Hiruzen había sido jugado por la terrible amenaza de Kaoru. Sin embargo, fuera de toda broma, cualquiera se habría sentido intimidado ante la tierna Kaoru. Como ella dijo, ni siquiera había ocupado la mitad de su fuerza.