webnovel

Mundo Shinobi - La falsa paz - 92

Por la tarde, Kain tuvo otras visitas. En ese momento el sol de la tarde era una luz anaranjada en el horizonte. Ya había hecho gran parte de su trayectoria, así que solo iluminaba el otro lado de la prisión. Gracias a eso, el pasillo y la celda de Kain eran un lugar oscuro. Si había alguna luz, esa provenía de las antorchas en las paredes, en el pasillo, donde estaba sentado el guardia en su silla. Este último solo se preocupaba de vigilar a su único prisionero. Un muchacho de pelo blanco, acostado sobre su litera que lo único que hacía era mirar el techo.

Se escucho un golpeteó en la puerta y el carcelero se puso de pie para ir a ver quién era. Camino por el pasillo hasta a donde estaba la puerta. Tiro de la aldaba de metal y la puerta rechino. Entonces vio a un muchacho y una niña vistiendo unas capuchas de color esmeralda. Se quedo sorprendido por un momento, pero cuando vio que los niños venían con el patriarca del clan Sarutobi, se puso firme igual que lo haría un militar.

Sasuke Sarutobi, era el patriarca de su clan y, además, vinculo espiritual con las creencias religiosas. Se decía que era uno de los nexos con los dioses de las leyendas. Aquellos que bendijeron a las naciones con su sabiduría. De ahí que llevaran el kanji "Saru" o "Mono" en su apellido, ya que se dice que tienen una conexión con el sabio Rey Mono. Sin embargo, durante los siglos nunca se ha corroborado esa conexión. No obstante, los Sarutobi siguen siendo lideres benévolos y religiosos.

-Buenas tardes, señor- dijo el guardia tartamudeando. Era todo un acontecimiento que alguien de este nivel te viniera a ver. El guardia conocía el trasfondo religioso. Sin embargo, el admiraba a Sasuke Sarutobi como shinobi. Alguien que fue considerado el quinto más fuerte de toda la aldea.

Sasuke Sarutobi era un hombre alto y gordo, vestía un haori dorado sobre un kimono verde pasto. De grandes entradas, cabello ceniciento y manchas hepáticas en la piel. Tenía sesenta años, pero su rostro de abuelo amable lo hacían ver aún mayor.

-Buenas tardes, joven- dijo el viejo Sasuke en un tono benevolente -traigo a estos dos pequeños a ver a su prisionero-

El guardia se congelo por un momento, lo pensó y después dijo con pesar -lo siento, señor. Solo lo puede ver el personal autorizado-

Sasuke hizo una sonrisa de anciano benevolente e hizo un leve asentimiento -por eso no se preocupe- dijo -yo hablaré con Tobirama-sama y no habrá problema. Solo es para ver al jovencito de la celda por un par de minutos. Si quiere, se puede quedar con nosotros-

-Eso, eso- dijo el guardia, soltó un suspiro y asintió en señal de rendición -pase, pero por favor, si tengo problemas, ayúdeme-

-Claro, claro- dijo el viejo Sasuke y soltó una risita amigable. El carcelero solo pudo sonreír y pensar que tenía suerte. Poder ver a semejante eminencia del mundo shinobi era algo afortunado para alguien de su estatus. Solo tenía veinticinco años y con suerte, en esta vida, sería un chunin. Solo podía soñar con conocer a personajes legendarios como Sasuke Sarutobi.

Sin embargo, y para sorpresa del guardia, Sasuke solo camino por detrás de los niños, como si ellos fueran más importantes que él.

Sasuke junto al joven y a la niña se acercaron a los barrotes. Sasuke tosió para llamar la atención de Kain, pero este solo hizo una pequeña sonrisa y los ignoro.

-¡Oye enano!- dijo el joven de la capucha esmeralda en un tono mandón -mira hacia acá-

-Nii-sama- dijo la niña con la capucha esmeralda -dijiste que serías amable-

-Pero él…-

-Se amable con nuestro benefactor-

Yahiko, como siempre, mantuvo una actitud altanera y bufo hacia otro lado. La niña, Kasumi, soltó un suspiro y dijo con la voz más melodiosa que pudo producir -joven benefactor-

-¿Sí?- dijo Kain mirando al techo

-Puede acercarse, quisiera agradecerle personalmente su buena voluntad-

Kain soltó un suspiro y de un solo empujón se sentó en la litera. Después miró hacia los barrotes y noto con la poca luz que había dos figuras juveniles con largas capuchas de color esmeralda. Detrás de ellos había un anciano de mirada intelectual. Sonreía por fuera, pero por dentro estaba analizando. Kain frunció el ceño ante la actitud del anciano y camino hasta ganarse frente a los barrotes. Después hizo una pequeña sonrisa y apoyo sus manos en los barrotes.

-Veo que estas bien- dijo Kain gesticulando una pequeña sonrisa cautivadora. Los ojos de la joven estaban cubiertos por la capucha, pero pudo notar que ella se ruborizo.

-Sí, así es, querido benefactor- dijo Kasumi con la voz más melodiosa que pudo alcanzar

-¿Eh?- dijo Kain con una sonrisa astuta -eres buena. Bueno, lo que sea ¿Qué quieres? No pareces del tipo que solo agradece y ya-

Kasumi se puso nerviosa y negó con ambas manos -no, yo no pretendo nada- dijo con una voz más infantil y chillona.

Kain hizo una gran sonrisa y pensó que de seguro esta niña es habilidosa, pero le faltaba mucho si lo quiere engañar con esa actitud de dama inocente. Por lo general, la gente buena para mentir y manipular es astuta, pero solo hasta que los descubren. Por ejemplo, como ahora:

-¿Qué favor buscas?- pregunto Kain.

Kasumi agito sus manos con más fuerza tratando de negar, pero sus mejillas ruborizadas la delataban. Kasumi se quitó la capucha y comenzó a abanicarse la cara con las manos. Sonrió como un ángel y dijo -yo, yo, jamás le pediría algo. U-u-usted ya hizo suficiente por nosotros, aja, aja, ajajajaja-

-¡Oye!- dijo Yahiko en tono mandón, también se quitó la capucha y miró a Kain como si fueran enemigos -deja de flirtear con mi hermana-

-Pero que dices, Nii-sama- dijo Kasumi riéndose de manera forzada, le dio fuertes palmadas en la espalda y continuo -¿Quién andaría flirteando? Pero que lenguaje más vulgar. Me pregunto qué diría okaa-sama si te escuchará-

Yahiko soltó un bufido y miró hacia otro lado.

Después de eso, Kasumi enfoco sus ojos carmesíes en Kain y lo examino de pies a cabeza. Entonces asintió y dijo -muchas gracias, pequeño benefactor. Su ayuda fue tan oportuna como encontrar un oasis en el desierto-

Kain negó con una pequeña sonrisa en los labios y le dio la espalda.

-¡Oye!, mi hermana te está hablando- dijo Yahiko enojado.

Sin embargo, Kain solo empezó a caminar de vuelta a su litera y se acostó.

-Te estoy hablando- rugió Yahiko

-¿Así le hablas a tu salvador?- pregunto Kain con una sonrisa en los labios -vaya gratitud-

Yahiko se enojó tanto que estuvo tentado a entrar a la celda para darle una buena lección. Sin embargo, se contuvo solo por buena voluntad. "No es como si este pequeño niño fuera un monstruo disfrazado de santo" pensó.

-Ya recibí su agradecimiento, princesa- dijo Kain en tono despectivo, se dio la vuelta, mirando a la pared y continuo -ahora se puede ir-

-Yo quisiera- dijo Kasumi apoyando sus manos en los barrotes, pero guardo sus palabras al ver a Kain poco dispuesto a escucharla. Entonces soltó un suspiro e hizo una pequeña sonrisa -nos volveremos a ver-

Sin embargo, Kain la ignoro por completo y jamás respondió. Al mismo tiempo, Yahiko estaba hecho una furia y quería entrar a la celda a golpearlo. Sin embargo, Kasumi lo detuvo para que evitarle la vergüenza de su vida. Hasta ella era consiente por las conversaciones que ese pequeño era mucho más que ese rostro angelical. Por otro lado, dentro de los ojos de Sasuke Sarutobi hubo un brillo cargado de astucia. Por un instante esa mirada se volvió afilada como el brillo de una espada, pero fue tan fugas que nadie se percató.

-Nos retiramos- dijo Kasumi empujando a su hermano por la espalda. Yahiko camino de mal humor y chasqueo la lengua en un gesto de indignación. Por su parte, el viejo Sarutobi agradeció al carcelero su tiempo y se fue sin decir nada más.

El carcelero cerró la puerta y camino hasta los barrotes de la celda -¿Está bien?- pregunto

-"¿Está bien?" ¿Qué?- preguntó Kain acostado y mirando la pared.

-¿Haber sido tan indiferente?-

-Sí, está bien- dijo Kain con una pequeña sonrisa. Se dio la vuelta, aun acostado y miró al guardia -el muchacho nunca aprenderá lo que es la verdadera gratitud a menos que esté perdiendo lo que tiene. Fue agradecido una vez, pero fue porque su hermana estaba muriendo. Por otro lado, la hermana es una pequeña actora ¿No lo notaste en su voz? Era demasiado melodiosa para ser una mocosa. Al menos, te puedo decir que ninguno de ellos fue sincero en su visita. Incluso ese anciano al que tanto reverencias-

-La gente pocas veces es sincera, pero esto podría significar que te podrían ayudar a futuro-

Kain negó aun sonriendo y le dijo -ellos me deben una, y la cobraré algún día. Por otro lado, ser agradecido con ellos porque me vienen a agradecer sería una completa estupidez. Sería como insinuarles "soy su vasallo y estoy a su disposición. Pueden venir cuando quieran a utilizarme como una herramienta tanto como ustedes quieran". Dime ¿Te gustaría tener ese tipo de relación?-

El carcelero apoyo sus manos en los barrotes y agacho la mirada. Después de un largo rato de silencio, miró a Kain y le dijo -si eso me ayuda a tener un futuro mejor, lo haría-

Kain perdió su sonrisa y dijo -el diablo nunca te ofrece algo sin buscar nada a cambio. ¿Crees que solo te dirá "eres valioso, por eso te ayudo"? Jamás, y si quieres vivir una larga vida, te recomiendo que cambies tu mentalidad. Nada es gratis en esta vida. Ellos son nobles, de seguro vienen y te ocupan hasta que pierdas tu valor. Entonces te botaran-

El carcelero frunció el ceño y le dijo -solo eres un niño-. Le dio la espalda y se fue a sentar a su silla, con una sensación amarga en su boca.

Por su parte, Kain se quedó acostado hasta que cerró los ojos y se puso a dormir. Pasaron las horas en total calma hasta que dieron la una de la madrugada y se abrió la puerta.

El carcelero se puso de pie de inmediato, en estado de alerta. Sin embargo, su actitud cambio de inmediato al ver a la persona iluminada por las antorchas. Tenía el cabello ceniciento, con una especie de mascara de metal que enmarcaba su rostro. Llevaba una chaqueta peluda alrededor de su cuello, similar a la melena de un león. Su mirada era fría y su actitud distante. El guardia se cuadro una vez más como si fuera un militar, pero esta vez, nadie le puso atención.

La persona era Tobirama y detrás de él venía Kagami Uchiha. Tobirama avanzó por el pasillo, examinando las otras celdas que estaban vacías hasta llegar a la de Kain.

Al mismo tiempo, Kagami avanzó junto a Tobirama y le dio una breve mirada al carcelero -sal y vigila la puerta de lejos- dijo -que no haya nadie en un radio de diez metros-

-Sí, señor- dijo el carcelero y empezó a caminar a la salida.

-Espera- dijo Tobirama con indiferencia -deja las llaves-

El carcelero se detuvo en el acto, miró las llaves en su cinturón y después levantó la vista para mirar a Tobirama. Sin embargo, Kagami cubría su visión. Este último estaba parado a un metro del carcelero, con la mano tendida y esperando las llaves. El carcelero saco las llaves de su cinturón y se la entrego. Después camino hasta la puerta y cerró con fuerza.

Tobirama tendió su mano, como si esperara algo y Kagami le puso las llaves en la mano. Después de eso, Tobirama camino hasta la puerta y metió la llave en el cerrojo. Le dio un giro a la llave y sonó un clic. Sin embargo, se detuvo y miró a Kagami -déjanos solos- dijo

Kagami miró a la celda, en donde Kain estaba acostado en posición fetal y mirando la pared. Quiso decir algo, pero cuando vio el brillo amenazante en los ojos de Tobirama, opto por guardarse las palabras. Entonces se dio media vuelta y comenzó a caminar hasta llegar a la puerta. Miró una vez más a Tobirama, quien lo observaba con total calma y frialdad. Kagami abrió la puerta, salió y cerró. Entonces se puso a un lado de la puerta, como si estuviera haciendo guardia.