Hiruzen y Danzo se quedaron descansando en el primer piso de la cueva mientras Kain bajaba por un túnel que daba vuelta en espiral. Por la completa oscuridad, frio y estructura rustica, cualquiera podría decir que es un camino poco transitado. Kain tuvo que activar su sharingan hasta el segundo tomoe para ver el camino que descendía en una pendiente pronunciada. Al mismo tiempo, los tres anbus que lo seguían por encargo de Hiruzen, tuvieron que utilizar jutsus de percepción; la oscuridad era demasiado intensa.
El túnel se introducía cincuenta metros en la tierra, donde solo se escuchaba el sonido del viento y las pisadas de los shinobis. Kain tenía sus propias dudas de lo que había en este lugar. Después de todo, los hermanos Oro y Plata no eran el tipo de persona que seguirían a alguien de buen agrado. Sus servicios tenían un precio y el objetivo debía tener relación con lo que ellos querían hacer.
Cuando Tobirama y el segundo raikage tuvieron su reunión, ellos ya tenían preparada su rebelión. Sin embargo ¿Por qué hacerlo gratis? Esperaron a que los nobles los contactaran y les pagaran, además de proporcionarles la información pertinente. Cualquiera en Kumogakure se volvería loco si supiera que los nobles gastaron el triple de lo que le pagaron a Kumo en la guerra con Konoha. El orgullo y la soberbia son dos cosas que nublan el juicio. Los nobles no podían tolerar que el segundo raikage y su protector hubieran atentado contra su supremacía. Si alguien destruye las piezas en el tablero de los nobles, debe pagar un precio.
Kain sonrió por lo fácil que fue incitar a los nobles a la venganza. A los nobles les gusta guardar las apariencias, pero su intervención fue inútil. Al final de todo, Jin se hizo con el título de raikage y todos los clanes que apoyaban a los nobles, fueron expulsados de Kumogakure. Ahora los nobles se habían quedado sin armas y ya no podían demandar favores especiales de Kumogakure. Al mismo tiempo, el daimio permitió está situación y creo su propia policía militar. De esa manera, solo él tendría una fuerza de ataque mientras el resto debía mantenerse en buenos términos con él y el raikage.
Cuando Kain llegó a la base del túnel, encontró una cueva extensa y oscura. Donde no se veían nada más que tinieblas. Sin embargo, por el olor a humo, todos podían decir que antes había un campamento en este lugar. Solo pasaba que habían desmantelado todo y habían escapado. Salvo una persona que se encontraba sentada sobre una roca en el centro de la cueva.
Kain podía ver el aura multicolor, por su estructura y forma, podía decir que era una mujer adulta. Lo extraño en el aura, es que tenía cinco torbellinos en la espina dorsal y uno más en el cerebro.
—¿Qué buscas aquí, Kain Uchiha?— preguntó uno de los anbus
—Nada de nada, Inuzuka-san— dijo Kain medio en broma —pero parece que de pura suerte sacamos el premio mayor— el aura multicolor en el centro de la cueva estaba rodeada por una poderosa energía natural, pero por alguna razón, no producía chakra.
—¡Oye!— protesto el anbu —no digas estupideces—
—Sí, sí, ya lo sé— dijo Kain mientras avanzaba hacia el aura multicolor en el centro de la cueva —Shiori-chan me lo dice todo el tiempo "un anbu no tiene identidad mientras realiza misiones". Sin embargo, no puedo ignorar el fuerte olor a perro en tu ropa—
—¿Adónde vas?— grito el anbu Inuzuka —no puedes ir solo—
—Será mejor que vaya solo o ustedes morirán—
—¿Es una amenaza?— grito el anbu Inuzuka
Kain volteó su rostro envuelto en oscuridad, donde solo sus ojos con el fulgor rojo del sharingan destacaban —no seas ignorante, ni siquiera necesito amenazarte— dijo
El Inuzuka al ver ese par de ojos con un fulgor diabólico, dio un paso atrás y se quedó callado.
Kain miró hacia la oscuridad por delante de él y dijo —no me sigan, es en serio. Dimos con algo grande y ustedes no están preparados para enfrentarlo—
Kain avanzó sin esperar alguna replica y se adentró en la cueva mientras el viento soplaba y los pasos con sus sandalias de madera marcaban un ritmo tranquilo.
Una vez que Kain llegó a diez metros del aura, pudo ver mejor a la mujer. Ella era adulta, con una apariencia limpia, pero simple. Su cabello estaba ordenado en una coleta y su rostro no estaba maquillado. Estaba sentada sobre la roca, con la espalda recta y la mirada dirigida hacia adelante, como si pudiera ver a la distancia. Ella vestía un kimono purpura con bordes azules y usaba sandalias de madera. También tenía una lanza de tres puntas, un yari. La base de la lanza la apoyaba en el suelo mientras el cuerpo de madera lo apoyaba contra su hombro derecho. La punta de la lanza llegaba más allá de su cabeza y las dos puntas laterales formaban una media luna.
—Eres, eres— dijo con voz suave y un tanto alegre —¿Un niño?—
—Así es— respondió Kain analizando el aura de la mujer. La energía natural alrededor de su cuerpo era fuerte, como si fuera el chakra de un jounin de elite. Sin embargo, el cuerpo de la mujer no producía ningún chakra. No, Kain agudizo su mirada y notó que el cuerpo producía chakra, pero los seis torbellinos a lo largo de su cerebro y espina dorsal succionaban el chakra. Ella de ningún modo era humana a pesar de su apariencia.
—Joven, a Jashin-sama le gusta tomar a los desdichados y desgraciados para darles el eterno consuelo. Tú estás demasiado joven para buscar tal descanso. Vete junto a los hombres que vinieron contigo y te dejare marchar—
—Lo siento, pero así no funcionan las cosas— dijo Kain moviendo sus hombros en círculos como si estuviera elongando.
—No deberías hacerte esto a ti mismo— respondió la mujer con voz suave y melodiosa —sé que eres joven, pero la valentía no siempre es la respuesta—
—Tengo preguntas y quiero que las respondas—
—Entiendo, no llegaremos a ningún lado— respondió la mujer ciega tomando el yari con las dos manos y poniéndose en pie. Kain dio un salto hacia atrás, esto no era ninguna broma, de un momento a otro, la energía natural alrededor de la mujer se duplico, alcanzando la fuerza de Hiruzen.
—¿Por qué mantenían a los hermanos aquí, jugando a los apóstoles?— preguntó Kain sacando un kunai de cada manga
La mujer mostro una tenue sonrisa que por la oscuridad apenas se notó, pero Kain pudo ver con su sharingan. Viendo como la energía natural alrededor de la mujer se había vuelto tan densa, Kain envió más chakra a sus ojos, pasando de los dos tomoes a los tres tomoes, hasta que sus pupilas cambiaron al mangekyo con tres matagamas conectados formando un círculo. Con su mangekyo activo, Kain se puso en posición de combate y la mujer comenzó a realizar malabares con el yari alrededor de su cuerpo, hasta que se detuvo y puso el yari a su derecha. Con la parte de madera en el suelo y la punta de la lanza apuntando al techo de la cueva.
—¿Seguro que quieres continuar con esto, joven?— preguntó la mujer del kimono purpura.
—Yo quiero que hables, pero tú te niegas. En ese caso, no hay otra forma— respondió Kain con una sonrisa nerviosa. La energía natural alrededor de la mujer se había tornado de un color azulado y se había incrementado una vez más. Ahora ella era más fuerte que Hiruzen.
La mujer tomo el yari por el mango y se lanzó hacia adelante, atacando con la punta metálica. Kain apenas si pudo reaccionar y cruzo los kunais que tenía en cada mano para detener el ataque. El yari se detuvo, pero el metal en el centro era mucho más larga que las dos laterales, así que paso cerca de la cara de Kain y le dejo un corte en la mejilla.
—Es una pena, joven, tan fuerte y capaz— dijo la mujer en un estado tranquilo —la imprudencia produce muchas perdidas—
—Puede ser, pero este no es el fin— respondió Kain, frunció la nariz y empujo el yari hacia atrás. Sin embargo, en vez de que la mujer retrocediera con torpeza. Ella ocupo la misma fuerza del empuje y giro en círculos como si estuviera danzando. Al mismo tiempo, su yari daba la impresión de ser la hoja de una cierra.
La mujer realizo malabares con el yari alrededor de su cuerpo y se detuvo. Ella extendió su pierna derecha hacia el lado, mientras sostenía el yari por el mango con su mano derecha, con la punta metálica hacia el pie y el cuerpo de madera detrás de su brazo derecho. Ella tomo una profunda respiración y se lanzó con el doble de velocidad.
Esta vez que Kain movió su rostro hacia un lado, evitando la punta metálica, pero el lado izquierdo del yari le paso a tocar la base del cuello. Le produjo un profundo corte que sangro de inmediato, lo cual lo obligo a retroceder. La mujer no lo persiguió, lo que encontró raro, pero ocupo esta oportunidad para soltar el kunai en su mano izquierda y llevar su mano al cuello. Aplico ninjutsu medico mejorado por el elemento de madera y la herida sano de inmediato.
—Joven, está es mi última advertencia. Ya he mostrado bastante cortesía— dijo la mujer en un tono serio
—En serio, no lo parece— respondió Kain con una sonrisa burlona. Él comenzó a realizar una seguidilla de sellos y cuando termino, grito —katon, goukakyu no jutsu— entonces soplo una llamarada azul que se condenso en una gran bola de fuego y voló hacia la mujer. Entonces sus facciones fueron más claras y por alguna razón, la mujer sonrió y solo levanto su mano izquierda.
La mujer manifestó un aura azul oscura alrededor de su cuerpo que fue visible en el mundo físico y al ser golpeada por la bola de fuego, no se quemó, si no que absorbió el fuego hasta extinguirlo.
—Suficiente, ya no podemos seguir viendo— grito el anbu Inuzuka y corrió mientras pasaba por el lado de Kain. Al mismo tiempo, los otros dos anbus que lo acompañaban lo siguieron.
—¡Idiota, no lo hagas!— grito Kain, trato de correr para alcanzarlos, pero su reacción solo fue un par de segundos tarde.
Los anbus desenvainaron la espada corta en la espalda y se lanzaron contra la mujer, pero ella hizo girar su yari alrededor de su cuerpo y los corto en pedazos.
Kain quedó mirando y entendió que lo de la cortesía era real. Ella seguía escalando en fuerza al punto de que él ya no la podía igualar. El chakra era inútil, ella se alimentaba de él. Sin embargo, el verla tan fuerte y letal utilizando esa lanza de tres puntas, le trajo recuerdos de alguien similar. En estos momentos Kaoru tenía su anillo como promesa de su unión, pero eso no quería decir que Kain se había olvidado de cómo utilizar la energía del alma para darle un filo sanguíneo a los kunais.
—Prepárate— dijo Kain con una sonrisa rebosante de confianza. Llevo su mano izquierda a la manga de su haori blanco y saco otro kunai. Ahora preparado, tomo una postura de combate y recordó el filo que cortaba la carne y la impedía sanar. Después de todo, el corte era una herida a nivel espiritual.
La mujer frunció el ceño, enojada con Kain. Ella realmente no lo quería matar, pero si él insistía, ella no podía hacer nada. Una vez más condenso la energía natural alrededor de su cuerpo, extendió su pierna derecha hacia el lado mientras sostenía la lanza con su mano derecha. La punta metálica miraba hacia el suelo y el cuerpo de madera apoyado detrás de su brazo derecho. Entonces ella se lanzó a correr con todas sus fuerzas, llegando delante de Kain en un parpadeo, lanzó una estocada a la cara y Kain se agacho, pasando por debajo de la punta metálica.
Kain se movió por debajo de la lanza, posicionándose frente al estómago de la mujer y realizando un corte en cruz. Después saltó hacia atrás, retirándose, mientras la mujer aprovechaba de lanzar un corte horizontal. La punta metálica dejo un corte en la nariz de Kain, pero ese fue todo el daño.
Por otro lado, la mujer abrió los ojos amplios al sentir como una gran cantidad de sangre dejaba su cuerpo y caía como un torrente al suelo. Sin embargo, no entro en pánico y llevó su mano izquierda al estómago. Apretó sus entrañas para que no se le salieran, pero cuando notó que su herida no se cerraba y no paraba de sangrar, se asustó.
—¿Qué me hiciste?— preguntó en un murmullo y después grito en pánico —¡¿Qué me hiciste?!—
—Solo un pequeño truco— respondió Kain con una sonrisa burlona, pensando que estaba a un paso de ganar. Sin embargo, la energía natural alrededor de la mujer se volvió a duplicar, formando un manto de energía purpura a su alrededor. Su rostro se deformo en una mueca de odio y grito —yo no quiero morir, no voy a morir—
Al mismo tiempo, el suelo comenzó a temblar, el aura purpura ilumino todo a su alrededor y las piedrecillas comenzaron a levitar. Kain entendió de inmediato que esto era similar a su jutsu de gravedad. Sin embargo, lo que no esperaba él era que ella llevara del aura purpura la punta del yari y realizara un corte en diagonal en el aire. Fue simple y limpio, a más de diez metros de distancia, pero Kain sintió como la carne de su pecho se abrió desde el hombro hasta el estómago. Entonces él supo que era algo más que solo un jutsu de gravedad —dimensión— murmuro
Kain cayó de cara al suelo, sintiendo el frio y la oscuridad de los alrededores. Veía el suelo de piedra iluminado por el aura purpura, pero de repente se apagó el aura y escucho unos pasos que salían corriendo. Sin embargo, estaba tan mal que no fue capaz de alegrarse de que la otra persona escapara. Su cuerpo comenzó a convulsionar mientras su mangekyo se desactivaba y todo se hundía en la más completa oscuridad.