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Mundo Shinobi - Clones verdaderos - 580

Mari Hatake también se consideraba mujer de Kain, pero nunca se metió en sus asuntos a menos que él se lo preguntara. Ella viajo en el vehículo de Kain mientras Hashirama y su niñera Megumi estaban en la casa de Konoha.

Durante el viaje ella pudo escuchar toda la conversación de Kain y Rei-chan. Mari tomo nota de su intensión y estado de ánimo. Mari encontró a Rei-chan impulsiva como pocas veces y pudo ver que estaba molesta con Kain ¿Acaso no era bueno que fuera protegida? Se preguntó Mari. Esta última era experimentada en el campo de batalla, había llevado a cabo misiones peligrosas y comandado ejércitos. Así que desde su punto de vista Rei-chan no era ningún potencial de guerra en ningún aspecto.

Mari negó, no era su asunto preocuparse por las otras mujeres del hombre que ella amaba.

Ahora ella estaba en un pabellón al aire libre y protegida por un techo con cuatro lados, tejas grises y largos alerones.

Rei-chan estaba tomando el té, mirando al lago que estaba a varios metros de distancia. Rei-chan dejo la taza en la mesa hecha de mármol y miró a Mari, su guardaespaldas personal. También otra de las mujeres de su marido —¿Qué piensas Mari?— preguntó

Mari miró a Rei-chan y a pesar de que era de menor edad, Mari siguió en su papel de guardaespaldas y respondió —¿A qué se refiere señora?—

—Lo que dice Kain-sama—

—¿Sobre qué?—

—Sobre tratar con los asesinos de mis padres—

En la ciudad de los Sabios, el chakra estaba anulado como en ciudad Tengu, así que Mari no podía depender de sus habilidades de sensor, así que ella miró en todas las direcciones y puso mucha atención para verificar que nadie los estuviera espiando. Ella miró a Rei-chan y le dijo —yo soy un guardaespaldas, señora, no es mi lugar para dar una opinión—

—Yo te pido tu opinión, Mari— insistió Rei-chan

Mari tomo una profunda respiración y le dijo —usted debería hacerse a un lado y dejar que su marido se haga cargo de este asunto. Usted tiene una gran habilidad para los negocios, es muy astuta y creativa, pero no creo que esté preparada para luchar contra otros. Una cosa es el tablero de ajedrez y otra es el campo de batalla—

—¿Tan mal?— preguntó Rei-chan con una expresión seria que demostraba un poco de tristeza

—Así de mal, señora— dijo Mari, ella observo a la joven Rei-chan y como muchas personas, no la pudo abandonar. Era el carisma innato, ya sea por ese aire femenino, suave y elegante o por esa aura cándida que siempre emanaba —pero si usted quiere, yo la podría ayudar—

—Mmm, tendríamos que demostrarle a Kain que podemos manejar este asunto—

—No nosotras, señora— dijo Mari —usted. Este es un asunto en el que usted está involucrado, yo la puedo apoyar de muchas formas, gestionar la información y sus fuerzas de combate, pero usted debe mantener la cabeza fría. Usted se involucrará en esto y lo que suele pasar cuando luchas con alguien es que lo conoces. Usted se enterará de todas las cosas que ha hecho la otra parte y eso puede nublar su juicio, ya sea por un sentido de justicia o venganza. Yo creo que por eso Kain-sama quería que usted se mantuviera alejada de la situación—

Rei-chan agacho la mirada y lo pensó durante unos segundos —¿Crees que soy demasiado ingenua?— preguntó

—Creo que, si usted se mete en este asunto, no volverá a ser la misma persona que es ahora. Los conflictos nos cambian y sacan lo peor de nosotros. Usted busca venganza, un mal sentimiento, aunque justo. Después de todo, nadie debería quitarle sus seres queridos a otro. Puede que hacer esto la afecte para siempre. Yo no soy su madre, pero como senpai, puedo decirle que usted no está hecha para esto—

—¿Tú no lo apoyas?— preguntó Rei-chan

—No, para nada, menos a alguien como usted. Sin embargo, es su decisión, señora, pero si usted se decide, yo la apoyare con mi mejor capacidad—

Rei-chan la quedó mirando a los ojos, observando el cabello gris, rizado y corto. Mari parecía sincera, Rei-chan conocía ese tipo de expresión, provenía de la gente mayor que no podía dejar de ver a los jóvenes como sus hijos —Con eso es más que suficiente— dijo —puedo hacerlo y cuando llegue el momento, tomare una decisión— ella se puso de pie y miró al pasillo que la llevaba a la mansión que le habían prestado a Kain para que estuvieran en la ciudad de Los Sabios. Era una gran mansión de un piso con un techo con cuatro caras y largos alerones, puertas con cuadritos de papel y el piso cubierto de cerámica. De aspecto limpio y ordenado, pero antiguo.

—Ven, Mari, hablaremos de inmediato con mi marido— dijo Rei-chan, ella avanzó y Mari la siguió de cerca.

Rei-chan y Mari estaban solas bajo el techo del pabellón, pero a veinte metros estaban los sirvientes esperándolas con sombrillas de papel de colores vibrantes como el esmeralda o el fucsia. Rei-chan no estaba acostumbrada a estas cosas, ellos parecían más esclavos que sirvientes, pero Kain le dijo que no era necesario interactuar con ellos a menos que no quisiera sus servicios. Ellos sabían lo que tenían que hacer, llevaban toda una vida haciéndolo.

En muchos sentidos, el Círculo Dorado y la Ciudad de los Sabios, eran el opuesto tecnológico el uno del otro, pero no se diferenciaban tanto. La minoría era dueño de todo y la mayoría eran esclavos. Llevaban varios siglos con la misma mecánica, pero gracias a esto, la cantidad de nobles se había reducido y ahora la nobleza representaba menos de un 1% de la población. El resto eran esclavos, se podrían haber revelado, pero los grilletes estaban en sus mentes y su cultura.

Rei-chan y Mari avanzaron, los sirvientes avanzaron junto a ellos, extendieron las sombrillas para protegerlas del sol. Rei-chan se sintió incomoda, miró a una sirvienta, una mujer muy hermosa de cabello oscuro y ojos rasgados. La sirvienta asintió y sonrió maravillosamente. Rei-chan entendía que no era una sonrisa verdadera, ya que sus ojos no sonreían y se veían tristes.

Rei-chan y Mari siguieron caminando por el pasillo hasta que alcanzaron los escalones que los llevaban al pasillo que pasaba por fuera de la casa. Los sirvientes los siguieron en todo momento.

Por otro lado, a medida que avanzaban escuchaban la carcajada contagiosa de un bebé.

Rei-chan sonrió de solo escucharlo. Ella se preguntó ¿Qué estaría haciendo Kain para que Hashirama estuviera tan feliz?

Sin embargo, cuando Rei-chan se acercó a la puerta de corredera, un sirviente se adelantó y abrió la puerta para ella dejándola congelada. Rei-chan se recuperó de la impresión y asintió en señal de gratitud y miró al interior del salón. Sus ojos casi se salen de sus cuentas y ella grito —¡Kain!—

Hashirama estaba volando por los aires y cayendo en los brazos de Kain. Eso era lo que le provocaba tantas carcajadas, pero eran como tres metros de altura por encima del nivel del suelo.

Kain atrapo a Hashirama y miró hacia la puerta. Él puso una sonrisa incomoda y dijo —eeeh, yo puedo explicar esto, estábamos jugando, tú sabes—

—¿Cómo se te ocurre?— grito Rei-chan y avanzó con propiedad —¿Quieres matar a mi hijo?—

Rei-chan se olvidó de sus planes y de todo el mundo, ella avanzó, le quito a Hashirama de los brazos y empezó a regañar a Kain.

—Rei-chan, vamos, no te enojes, solo estábamos jugando, no lo iba a dejar caer— dijo Kain tratando de bajarle el perfil a la situación.

Sin embargo, Rei-chan no lo perdonaría tan fácilmente —es un niño, Kain, no un juguete. Si se te llegara a caer considérate muerto— dijo

—Hashirama es bastante resistente—

Rei-chan lo miró impresionada por las palabras, ella reviso a su hijo por todos lados y soltó un suspiro de alivio al ver que estaba sano y a salvo. Ella miró a Kain y le preguntó con un tono amenazante —¿Se te cayó mi hijo?—

—No, para nada— dijo Kain con una amplia sonrisa, solo había dicho que Hashirama era resistente por los elevados niveles de chakra y energía natural en su cuerpo —¿Cómo se te ocurre?—

—Más te vale— respondió Rei-chan en un tono amenazante

Kain la quedó mirando, estiro su mano para acariciarle el cabello a Hashirama, pero Rei-chan le dio una palmada en la mano mientras le daba una mirada acusatoria.

Una vez que todos se calmaron, Kain se quedó con Rei-chan y Mari en el salón mientras Megumi cuidaba de Hashirama.

—Kain-sama— dijo Rei-chan con un tono de voz cordial, nada que ver con su anterior estado —¿Puedo tener una palabra con usted?—

Kain levantó la ceja —¿Por qué tan solemne?— preguntó

Rei-chan se ruborizo, ella no podía decir que fuera la mejor de las madres, pero era de sentido común no exponer a tu hijo al peligro. Ella soltó un suspiro y le dijo —lo siento por lo de antes—

—No hay problema, puede que se me haya pasado un poco la mano—

Rei-chan frunció el ceño ¿Un poco? Eran casi tres metros por encima del nivel del suelo. Si el niño caía al piso de cerámica…Ella no lo quería ni siquiera imaginar. Rei-chan tosió y continuo —por favor, es algo serio—

Kain observó a Rei-chan, llevaba el cabello ordenado en un moño, el rostro limpio y la expresión tierna. Los ojos grandes y expresivos con el iris azul. El lunar bajo su ojo derecho, la boca grande y los labios gruesos. Tenía un poco de papada, había ganado peso, puede que sea por su trabajo de oficina y el previo embarazo. Eso no empañaba su belleza, ella seguía siendo una mujer hermosa. Ella llevaba puesto el kimono azul y el obi dorado.

A su lado y de pie, estaba Mari Hatake. Cabello gris, corto y rizado. Llevaba la ropa oscura y la chaqueta táctica negra de los guardaespaldas de Kain.

Kain entendió que el momento de ser regañado había pasado y ahora venía un tema serio —dame un segundo— dijo —espacio de insonorización, considera dentro del espacio a Mari Hatake y Rei Uchiha—

Una cúpula de energía grisácea se extendió alrededor de los tres con Kain como punto de origen.

Mari Hatake observo cuidadosamente, bastante misterioso e injusto, pensó. Ella no tenía acceso a su chakra dentro de la ciudad de Los Sabios.

—Listo ¿De qué te gustaría hablar?— preguntó Kain y la miró con seriedad

Rei-chan observo a Kain, ella tomo una profunda respiración y le dijo —me gustaría que me dejaras a mí a los enemigos de nuestra familia—

Kain la quedó mirando, después miró a Mari Hatake y volvió a mirar a Rei-chan —¿Te interesa jugar un juego?— preguntó

Rei-chan no dijo nada, pero asintió suavemente entendiendo la mentalidad de su marido.

—El juego es el siguiente— dijo Kain —durante seis meses investigaras a la familia Kagura, pero no los puedes matar ni atacar directamente. Si rompes esta regla pierdes y abandonas la empresa. Te llevaré a vivir a ciudad Tengu y después de eso, nada de empresas, nada de negocios, nada de entrevistas en la radio ni tiempo en televisión—

—Kain-sama, eso no es un juego, lo hago por la empresa— respondió Rei-chan manteniendo la calma

Kain mostró una pequeña sonrisa y le preguntó —¿En serio? Entonces, de ahora en adelante—

—Es mentira, lo siento— dijo Rei-chan con un estado alarmado mientras todo su cuerpo se ponía tenso

—Bien, la regla de no atacar directamente o matarlos es absoluta. Si la rompes, todo se terminó. Ahora, tus objetivos a seis meses será saber toda la información sucia y exponer de forma hábil a toda la familia. Comprar todas sus empresas al menor valor posible y despojarlos de cualquier influencia en el mundo de los negocios. Si a los seis meses ellos no están en la calle, tu pierdes. Por último, a los seis meses nos reuniremos y volveremos a hablar de este tema. Ellos morirán, ya sea por tu mano o la mía, pero lo importante es que tu sepas si estás dispuesta a ensuciarte las manos ¿He sido claro?—

Rei-chan asintió suavemente, pero sintiéndose amarga por dentro. Todo había sido previsto por Kain desde el principio. Él solo dejo caer la pieza de información y se mostró protector para que ella se enojara y saltara por su propia cuanta al sartén.