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Mundo Shinobi - Clones verdaderos - 502

Kain estaba apoyado en una muralla del segundo piso mientras observaba el campo de entrenamiento. Los genin habían ido a conseguir lo que necesitaban para completar el régimen de entrenamiento y después se pusieron a entrenar obedientemente.

Los otros instructores estaban apoyados en la pared del segundos pisos y observaban a sus alumnos. Nunca los habían visto tan motivados.

Kain sonrió conforme con el resultado. Los seres humanos no aprecian lo que reciben de buena voluntad. Son idiotas. Sin embargo, si creen que han robado una pieza de información, si creen que han obtenido una ventaja secreta, se apegaran a eso. Porque son estúpidos y se apegan al marcador. Esa pequeña pieza de información que compartió Tsuna como un rumor, es la diferencia entre ser ganador y perdedor. Como si eso hubiera aliviado el entrenamiento. No, no lo hizo, pero ellos así lo creen y como dijo Kain, ninguno se fallará a sí mismo.

Ahora, gracias a Tsuna, todos creen que las pruebas de Kain son engañosas y trataran por todos los medios de no quedar fuera de los exámenes chunin.

Kain escucho unos pasos y miró hacia su izquierda. Él vio a Atsuko Sarutobi. Ella llevaba puesta la chaqueta verde pasto y ropa oscura por debajo. El cabello rubio hasta los hombros y el flequillo largo. Tenía una expresión seria. Ella se detuvo al lado de Kain y apoyo su espalda sobre la muralla.

Atsuko miró a Kain, le molestaba esa sonrisa llena de superioridad. Para ella, él era tan arrogante como el resto de los Uchihas. Por alguna razón, él se creía más listo que todos.

—¿Te sientes muy bien contigo mismo?— preguntó Atsuko

Kain miró a Atsuko, sonrió, pero la ignoro por completo y siguió mirando a los genin. Ellos terminaban su rutina de entrenamiento y se acercaban a su líder de equipo para preguntarles que es lo que les faltaba.

—¿Por qué crees que me siento bien conmigo mismo, Atsuko?— preguntó Kain con una sonrisa divertida

Atsuko miró a Kain, observo el cabello blanco peinado hacia atrás, los intensos ojos azules, la ropa elegante como si fuera un joven señor feudal. Ella imagino a Kain sentado en un trono en medio de la corte real con un largo sequito. Entonces ella sería escogida por encima de todas las otras prometidas para ser la emperatriz.

Atsuko se sintió tonta y miró al campo de entrenamiento.

 continuo Kain —Los muchachos están haciendo su trabajo sin que los senseis estén con la vara detrás de ellos ¿No es maravilloso?—

—Los senseis están para guiar— dijo Atsuko

—Sí, están para guiarlos, no para ser sus niñeras— dijo Kain —si los siguen tratando de la misma manera ellos nunca mejoraran—

—Kain-sama— dijo Haruto, el camino hacia ellos, Kain y Atsuko lo miraron. Él se detuvo y sonrió de forma amigable —yo ¿Está bien?— preguntó —no estamos haciendo nada—

—Haruto, tranquilo ¿Por qué tan nervioso?— preguntó Kain con una sonrisa divertida —esta es solo la punta del iceberg. Ellos no necesitan más entrenamiento, sino tener una mejor actitud. Sin embargo, si tú y los otros profesores siguen encima de ellos, tus alumnos nunca mejoraran—

Kain estaba atento a lo que hacían los genin y vio cómo empezó la segunda fase de preparación. El que la lidero fue Mitsuo, alguien cercano a Kiyomi —observa con disimulo— dijo

Haruto iba a voltearse, pero se detuvo y en su lugar, apoyo la espalda en la pared igual que Atsuko y Kain. Él observo el entrenamiento, pero se dio cuenta como los alumnos se daban la mano con disimilo y se pasaban papelitos entre ellos.

Este proceso se extendió a lo largo de horas de intenso entrenamiento. Sin embargo, en algún punto ellos iban al baño y cuando volvían ponían mayor intensidad en el entrenamiento.

Para ese momento, ya no eran solo Atsuko, Haruto y Kain apoyados en la pared. Los otros instructores también se habían acercado para consultar con Kain, pero este último les decía que observaran.

—¿Qué hiciste?— preguntó Atsuko, el resto de los instructores también quedaron mirando a Kain, pero este último solo los miró y sonrió divertido. Después siguió mirando a los genin, lo que dejo intrigados al resto.

Desinformación. No había nada más peligroso y atemorizante que la desinformación. Los rumores eran lo más parecido a esto, ya que era información imprecisa de una fuente poco confiable. La desinformación deja una imagen llena de agujeros que se llena con la imaginación. Eso puede hacer que a través de la información compartida del boca a boca una persona que mide dos metros puede llegar a medir tres metros de altura. La imaginación es peligrosa y la duda lo es más.

Ahora todos tenían dudas sobre lo que Kain esperaba realizar con este entrenamiento. Por supuesto, Kain quería asustarlos sin la necesidad de hacerlo directamente. Los miedos más fuertes vienen de la propia mente. Y si ellos creían que se iban a enfrentar a criaturas venidas del infierno, mucho mejor para Kain.

Kain miró a Atsuko y dijo —mira esto—

Kain saltó del segundo piso y cayó en el campo de práctica. Todos se quedaron congelados al instante mientras observaban a Kain.

—Muy bien, tengo dos premios y eso serán, para aquellos que pueda— dijo Kain observando de izquierda a derecha a los veinte genin. Ellos se pusieron tensos de solo mirarlo —una silla y un ramo de flores para Atsuko sensei—

Por supuesto, Atsuko protesto desde el segundo piso, pero los genin ni siquiera se lo cuestionaron y corrieron lo más rápido posible para encontrar lo que le pidió Kain.

Solo Orochimaru troto suavemente como si estuviera participando, pero realmente le daba lo mismo. Él entendía muy bien a su primo y estaba seguro de que esto era algo más complicado que solo ir a buscar una silla y un ramo de flores.

Cuando Orochimaru salió a la calle para hacer como que buscaba las cosas que pidió Kain, él escucho en su mente —Orochi, deja de perder el tiempo. Mejor ve al salón de té y dile a Ito que nos prepare ramen caliente para treinta persona— dijo

Orochimaru sonrió y llevó su mano derecha a su antebrazo izquierdo. Pudo sentir el brazalete negro proporcionado por Kain —Si nii-san lo dice— respondió.

—Sí, ve, por favor, después te cuento—

—Sí, nii-san— dijo Orochimaru y camino calle abajo por la avenida principal.

Por su parte, Kain se quedó en el campo de práctica e hizo un ademan para confeccionar una silla de piedra para esperar a que volvieran los genin.

Por supuesto, como educadora, Atsuko no podía soportar que Kain le estuviera tomando el pelo a sus alumnos.

Atsuko saltó del segundo piso, cayó en el campo de entrenamiento y camino hacia la silla de Kain. Ella se detuvo delante de él y lo observo —¿Por qué hiciste eso?— preguntó

Kain quedó mirando a Atsuko y le dijo —no importa la silla o las flores, todo lo que importa es la disposición de los genin. Si les voy a ayudar, necesito saber que si yo les preguntó que salten, ellos me pregunten ¿Cuánto?—

—Pero eso es tan— dijo Atsuko con descontento

—Lo sé, pero para efectos del resultado de estos exámenes chunin los necesito motivados—

Atsuko frunció el ceño mientras miraba a Kain.

Kain señalo con la mano a las puertas del campo de entrenamiento y dijo —aquí vienen los primeros—

Algunos habían traído la silla y otros el ramo, pero solo un par de genin habían traído las dos cosas. Uno era Dan Kato y el otro era Takahiro Hyuga.

—Primero— dijo Dan Kato, tenía el rostro cubierto de sudor. Parece que lo había dado todo para ganar.

Kain miró a Takahiro, se enfocó sobre todo en los distintivos ojos color malva.

Kain miró a los dos, pero al final de los genin llegó otra persona con la silla y el ramo de flores. Sin embargo, al ver que era el último, como siempre, se desmotivo. Kain sonrió al ver a Jiraiya tan triste por no haber sido tan bueno como el resto.

—Bien, tenemos tres ganadores— dijo Kain —pero lamentablemente tenemos dos premios—

—Takahiro y yo llegamos primeros— dijo Dan Kato como si reclamara lo que era justo.

—Sí, me di cuenta. No sé si te diste cuenta, pero yo estaba aquí cuando tú y Takahiro llegaron— dijo Kain con una sonrisa burlona, lo que no le gusto a Dan. Sin embargo, Kain no estaba para cuidar de los sentimientos de nadie y continuo —pero lo cierto es que yo solo solicite la silla y el ramo de flores. Ahora, veo que muchos trajeron sillas. Supongo que las trajeron de sus casas, pero también trajeron ramos de flores ¿Las pagaron?—

Para sorpresa de los instructores, nadie dijo que ellos habían pagado las flores. Así de desesperados estaban los genin. Esta era una oportunidad una en un millón para seguir consiguiendo ventajas.

—Yo, Kain-sama— dijo Takahiro Hyuga

—Yo también sensei— dijo Jiraiya

Kain asintió gratificado, si él necesitara velocidad o habilidad sería una cosa, pero lo que necesitaba ahora era integridad. Si el resto no creía que los que ganaron eran de confianza, todo lo que dijeran los que ganaron sería puesto en tela de duda. En este tipo de situaciones la honestidad se convertía en una ventaja.

—Bien, tenemos a los dos ganadores— dijo Kain

—Espera, yo fui primero— protesto Dan

Kain lo quedó mirando y le hizo el gesto con el dedo índice para que se acercara. Dan miró al resto, después miró a Kain con dudas y camino hacia él. Kain acercó su boca al oído de Dan y le susurro —¿Crees que, si te llevo, alguien creería una palabra de lo que digas? Alguien que robo, alguien que por ambición cometió un delito para tratar de superar a otros. No lo creo. Sé que no eres un mal elemento, pero tienes que aceptar que esta vez perdiste—

Kain quedó mirando a Dan a los ojos. Este último lo miraba enojado, pero dentro de la lógica que decía Kain, Dan asintió. Era verdad, si querían compartir información lo mejor sería que alguien confiable, integro, fuera en su lugar.

Kain sonrió, por eso le gustaban las personas lógicas, eran dóciles y bastante fáciles de dominar.