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Mundo Shinobi - Chunin - 298

Al día siguiente los kages y sus shinobis dejaron Konoha. Ellos le prometieron a Kain que hablarían con sus villas para que financiaran el proyecto, pero de no ser posible, ellos financiarían el proyecto con sus propios recursos y al mismo tiempo, eso afectaría la escala de lo que podían hacer. Kain solo pudo agradecer que ellos creyeran en sus palabras y trato de hacer lo que le recordó Mito, creer en ellos, creen en un mejor futuro. El legado de su tío no se debía perder, ya que "creer" y mantener su fe en un futuro mejor, hizo posible la creación de Konoha.

Por otro lado, como a eso de las cinco de la tarde, Kenzo, Duy y Nagisa llegaron a la casa de Kain. Este último les abrió la puerta corredera de la entrada y los miró a la cara. Los tres vestían como la mayoría de los shinobis de Konoha, con ropa oscura y la chaqueta verde pasto de la villa. No obstante, Nagisa con su hermoso cabello naranja destacaba sobre los otros dos con cabello oscuro. Kenzo destacaba llevando el cabello largo hasta los hombros mientras Duy tenía sus cejas gruesas.

Por otro lado, como ninguno pudo quedar en el primer lugar de la competición, se pararon delante de Kain mirando hacia el suelo. Sin embargo, diferente de sus suposiciones, Kain no los regaño y solo les desordeno el pelo en un gesto suave.

—Lo hicieron bien— dijo Kain con cierto orgullo

—¡¿Eh?!— pronunciaron los tres, levantando sus rostros y mirándolo llenos de incredulidad.

Kain sonrió de forma amigable y les preguntó —¿Qué parte de "lo hicieron bien" no entendieron?—

—Pero sensei, no ganamos las finales— dijo Duy —incluso tuvimos que descansar toda la noche en el hospital a pesar de que usted nos ayudó—

—¿De qué hablas, idiota?— preguntó Kain —peleaste con todas tus fuerzas, el otro contrincante era fuerte y resultaste herido. Eso fue todo, ahora vengan conmigo, debemos hablar de algunas cosas—

Kain se hizo a un lado y los dejo entrar a la casa. Ellos se quitaron las zapatillas y las dejaron a un costado del pasillo. Después Kain los condujo al interior de la casa y los llevó a una sala de reuniones. Los tres se sentaron en seiza sobre el piso de tatami mientras Kain se sentaba en un cojín, a un metro de distancia.

—¿Qué piensan de esta experiencia?— preguntó Kain

—Bueno— dijo Duy, arqueando sus cejas gruesas —me falta entrenamiento—

—A no descuidarme cuando estoy luchando— dijo Kenzo —incluso si es solo un amistoso— entonces llevó su mano derecha al mentón y se acarició. Todavía podía sentir la patada de Nagisa. No obstante, eso solo le paso porque pensó en ella de una forma errónea en el momento equivocado. Además de que le hizo entender que no había espacio para él en el corazón de Nagisa. Eran amigos, pero ella no estaría dispuesta a dejarse vencer o a renunciar a algo por él. En pocas palabras, no había amor. Lo cual le hacía sentir amargo, pero al mismo tiempo, aliviado. Ahora podía dejar de mirar a Nagisa como si fuera el sol.

—Me falta entrenamiento y entender mejor a mi oponente— dijo Nagisa, absorta en su propio camino y aspiraciones —sensei me dijo que podía equiparar las fortalezas del otro, siempre y cuando, tuviera la técnica adecuada. Quiero mejorar—

Duy y Kenzo quedaron mirando a Nagisa, algo impresionados por la fuerte resolución que tenía para volverse fuerte. Entonces recordaron a la niña tímida y amigable de hace un año y era como si en algún momento hubiera desaparecido y solo quedara un guerrero.

—Me alegra escuchar que entienden su posición— dijo Kain —ahora, con respecto a los exámenes chunin: los tres clasificaron para ser promovidos a chunin—

—¡Bien!— gritaron los tres, se miraron y abrazaron entre ellos, pero al ver que su sensei estaba serio y mirándolos con esos fríos ojos azules, se calmaron.

Kain tosió y continuo —que hayan sido elevados a chunin, no significa que estén capacitados para llevar a cabo una misión de rango C o superior. Todos fueron descuidados y buscaron vencer a su oponente a cualquier costo. Eso me dice que, en una misión de alto nivel, sacrificarían a todo su equipo o simplemente, fracasarían—

Los tres quedaron helados y agacharon la mirada.

Kenzo frunció el ceño y dijo en un tono molesto —jamás sacrificaría a mis amigos—

—Oooh ¿y si te digo que lograr una misión traería la paz?— preguntó Kain con una sonrisa burlona —que su sacrificio salvara a mil personas—

Kenzo levantó su rostro, lo miró a los ojos y abrió la boca para responder, pero las palabras no salieron y solo agacho la cabeza con impotencia.

—No me malentiendan— continuo Kain —a lo mejor, si tenemos mala suerte y el escenario es malo, se les pedirá realizar ese tipo de misión. En muchos aspectos, eso significa ser un shinobi de alto rango. Sin embargo, en general, Konoha, la administración y el hokage, buscan shinobis que puedan pensar más allá de solo correr detrás de un objetivo. En especial, los kages quieren que sus shinobis busquen las mejores formas de lograr sus objetivos sin sacrificar a sus compañeros y a sí mismos. Ninguna recompensa vale la vida de una persona ¿Lo entienden?—

—sí, sensei— respondieron los tres

Kain al ver a los tres cabizbajos, sonrió y les dijo —no se desanimen. Crecer en fortaleza física, técnica o habilidad no es la única forma de volverse fuerte. Se espera que sean inmaduros y que tengan la intención de querer lograr un objetivo a como dé lugar. No obstante, deben entender que esto no será para siempre y en el momento de realizar una misión de alto nivel, deberán pensar mejor sus posibilidades. Ahora es momento de madurar, crecer como personas y como shinobis—

Los tres miraron a Kain y asintieron con seriedad.

Kain asintió contento y después miró a la puerta corredera. Percibió a tres bribones en el pasillo y dijo —pueden pasar—

Kiyomi de cabello rojo, abrió la puerta y entro corriendo para lanzarse sobre su hermana. Después vinieron Tsunade, de cabello rubio, y el pequeño Nawaki de cabello castaño. Los tres estaban preocupados por Nagisa. Tsunade se quedó de pie, tomando la mano del pequeño Nawaki y mirando a Kiyomi abrazar a su hermana con todas sus fuerzas. Tsunade no soportaba a Kiyomi, pero como era hermana de Nagisa, permitiría que fuera tan molesta. Ella miró a su hermanito que apenas le llegaba a la cintura y se preguntó si en el futuro él iba a estar tan preocupado por ella, como Kiyomi por Nagisa.

—Kiyomi-chan— dijo Tsunade después de un minuto de espera —también estamos nosotros—

—Lo siento, Tsuna-chan— dijo Kiyomi en los brazos de Nagisa con los ojos llenos de lágrimas. Se apartó un poco y Tsunade soltó la mano de Nawaki.

—Nee-chan— dijo Nawaki y se lanzó igual que Kiyomi sobre Nagisa. Esta última lo abrazo apretado, con una gran sonrisa en los labios y se alegró de ser tan querida.

Después Nawaki se hizo a un lado y miró a Tsunade. Sin embargo, ella se mostró fría y no quería abrazar a Nagisa, pero esta última extendió sus brazos y Tsunade hizo un puchero. Después se acercó a Nagisa, se sentó en sieza y la abrazo.

—Es bueno que estes en buena salud, nee-san— dijo Tsunade

—Yo también me alegro de verte, Tsuna— respondió Nagisa con voz suave

Una vez que Nagisa soltó a Tsunade, ella dio un paso atrás y vio que estaba vestida con un hermoso kimono celeste. Después inspecciono a Kiyomi, también vestida con un hermoso kimono azul y a Nawaki con un pequeño kimono celeste con algunos estampados de gatos en las mangas.

—¿Adónde van?— preguntó Nagisa

—Bueno, no muy lejos— dijo Kiyomi con una sonrisa astuta, se puso de pie y tomo a Nawaki de la mano. Después miró a Kain y le preguntó —Onii-chan ¿ya conversaste con ellos?—

—Sí, vamos, Tsubaki nos está esperando— respondió Kain, se puso de pie y continuo —ustedes dos también vienen con nosotros. Les tenemos algo preparado—

Kain avanzo, Nawaki se soltó de la mano de Kiyomi y corrió hasta alcanzar a Kain y tomarle la mano. Entonces los dos avanzaron hacia el pasillo y Nagisa y los demás los siguieron. Una vez que salieron de la casa, caminaron hasta el cruce de las avenidas. Al frente, en toda la esquina, estaba el salón de té donde los kages habían comido. Kain y el resto cruzaron la avenida y llegaron frente al salón de té. Kain se detuvo a un lado de la puerta y miró a sus tres discípulos.

—Vamos— dijo Kain —ustedes primero—

Nagisa, Kenzo y Duy se miraron los unos a los otros. Nagisa dio un paso al frente y abrió la puerta. Entonces vio una larga mesa preparada con platos y pocillos con comida. Al mismo tiempo, Tsubaki, Mito, Aoi, Kaoru, Naomi, Okita y Rei, los esperaban de pie.

—Omedetou gozaimasu— dijeron las seis mujeres al mismo tiempo y realizaron una pequeña reverencia.

Nagisa quedó impresionada y camino con los ojos húmedos hasta Tsubaki. La abrazó y se puso a llorar. Al mismo tiempo, Tsubaki también se puso a llorar y le fue diciendo que estaba muy orgullosa de ella.

Por otro lado, Kain soltó la mano de Nawaki y el pequeño camino hasta donde estaba Mito. Después Kain se acercó a Kenzo y Duy, puso sus manos en los hombros de ambos y les dijo —omedetou gozaimasu, por volverse chunin. Lo hicieron muy bien—

Los dos apretaron los labios para no llorar y asintieron con los ojos húmedos. Kain los invitó a entrar y se sentaron a la mesa mientras el resto de los presentes también los felicitaban.

Al poco rato llegó Kazuhiko con sus dos esposas, Sakumo y Akane. Sin embargo, como ninguno de ellos eran muy cercano a los discípulos de Kain, se sentaron con este último en una mesa aparte.

—Parecen felices— dijo Kazuhiko, tomando té verde

—Sí, se ven felices— respondió Kain dándole una pequeña mirada a sus discípulos. Después levantó una botella oscura y le preguntó —¿Seguro que no quieres probar vino? Ya eres un adulto, así que tú okaa-sama o mi sensei no te dirán nada—

Kazuhiko negó recordando como murió su padre y dijo —no, gracias, no lo necesito. Té verde está bien—

—Yo quiero— respondió Akane, que recién había cumplido la mayoría de edad junto con Sakumo. Este último vestía como la mayoría de los shinobis mientras que Akane llevaba un llamativo kimono y haori fucisa, con la hermosa silueta de una mujer dibujada en la espalda.

—Claro, claro, onee-sama— dijo Kain y le sirvió un poco en el vaso

—Tengo entendido que les dieron una buena paliza— dijo Sakumo, en una actitud tranquila mientras miraba a los niños

—Sí, bueno, no supieron tomar buenas decisiones y fueron a por todas— respondió Kain —¿Por qué no estuviste ayer?—

—En una misión— respondió Sakumo —estaba investigando algunas cosas molestas—

—Ok, en ese caso, dejémoslo ahí—

—Sí, mejor, dejémoslo ahí—

Akane le tomo la mano a Sakumo y apoyo su cabeza en el hombro.

—Oye, Kain, sobre ese proyecto— dijo Kazuhiko de buen humor —¿Qué tal si me dejas entrar?—

—Hombre ¿Saru ni siquiera me ha dado su respuesta y ya quieres entrar?—

—Bueno, dudo que estes haciendo algo tonto. Somos amigos, dame un buen trato—

—Ok, solo porque somos amigos— respondió Kain con una sonrisa astuta —dame un ryo—

—¿Un ryo? ¿Es broma?— preguntó Kazuhiko algo confundido

—No, no es broma. Eres mi amigo y cuñado, te estoy dando un buen trato. Así que dame un ryo antes de que me retracte—

—Ok, te creeré— dijo Kazuhiko con una gran sonrisa, pensando que era una broma.

—Sakumo y Akane igual, denme cada uno un ryo—

Sakumo y Akane se miraron, sonrieron e hicieron una mueca como de "bueno, ya".

Entonces, Kazuhiko, Sakumo y Akane pusieron un ryo cada uno en la mesa y Kain tomo los tres billetes. Los metió a su manga y les dijo —con esto, ahora cada uno es propietario del 1% de lo que vaya a construir en Konoha. Ya verán, me lo agradecerán por el resto de sus vidas—

Kazuhiko, Sakumo y Akane se largaron a reír pensando que solo era una broma, pero no sabían la sorpresa que les deparaba.