En un momento del cambio en la vida, Carmen estaba llorando a las afueras de su casa. Había alcanzado hace muchos años su altura máxima, cerca del 1,70 mts. Su cabello rizado ahora era mas lacio y había perdido su vigor. Todavía conservaba su color, pero se había vuelto mas opaco. Sin embargo su apariencia física era lo que menos le preocupaba en estos momentos. Su "pequeños" habían crecido.
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Magdalena y Charles durante muchos años habían escuchado de las aventuras de sus padres, historias de valor, lucha y emoción. Cuando cumplieron los trece años, se sentaron con sus padres para poder charlar y obtener su aprobación. Querían tener sus propias aventuras. No obstante, Tytos y Carmen se negaron, fue una gran discusión. Ninguno retrocedió hasta que al final Tytos dijo.
-Cuando cumplan quince años podrán viajar. Pero deben demostrarme que están preparados-
Carmen se molesto por la decisión unilateral tomada por Tytos, en una semana no le dirigió la palabra y solo después de ser convencida, acepto la realidad. No podía retener a sus hijos para siempre, ellos crecerían y tendrían sus propias familias. Carmen abrazo a Tytos esa noche y lloro a mares.
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Ahora que había llegado el momento, hace una semana atrás, los niños desafiaron a sus padres. Nunca los vencieron, pero por lo menos pudieron aguantar un combate que duro el tiempo en el que se apaga una vela. Tytos se quedo al margen, los niños no podrían aguantar ni uno solo de sus golpes si se ponía serio, entonces, para hacer las cosas mas justas, solo peleo Carmen. Ella fue estricta, cruel en algunos movimientos, violenta y les enseño que los combates no eran corteses ni justos. Cuando dos luchan, uno vive y el otro muere.
Después de una semana de cuidados, pociones y pomadas. Los niños se recuperaron de la paliza que recibieron y ahora estaban lispara partir. Estaban a las afueras de su casa, con su madre en frente de ellos mientras esta los abrazaba y lloraba a mares. Tytos estaba detrás de ella y le sobaba la espalda. Se sintió impotente, pero esto contaba como elegir su propio destino, algo que había olvidado y por fin había recordado.
Charles derramo algunas lagrimas y con un nudo el la garganta dijo -madre, no te preocupes, estaremos bien- pero sus suspiros y lagrimas preocupaban aun mas a Carmen. Era su bebé, pero tenía que dejarlo ir. Después de limpiarse las lagrimas, Carmen miro a su hija, esta niña fue dulce en su niñez pero creció para ser dura de roer como su padre. Al final Magdalena dejo escapar algunas lagrimas y solo compartió un abrazo con su madre.
Tytos los miraba desde atrás, dejaba a Carmen tener todo el contacto que quisiera, ya que por un tiempo o para siempre, ya no los vería. Después de dejar su abrazo, los niños miraron a su padre. Un hombre maduro, que medía mas de 1,90 mts. El pelo blanco, ojos de un color lazuli y piel morena.
Magdalena abrazo a su padre y dejo escapar un par de sollozos. No sabía porque le dolía tanto el pecho, pero no era un sentimiento que le gustara. Después de apartarse. Magdalena le dijo con una sonrisa -me debes un combate, la próxima vez lucharemos, no te contengas como lo haces siempre-. Después de eso, Tytos recibió el abrazo de Charles y asintió hacia Magdalena. Para Tytos ambos eran especiales, muy dotados para el combate y las ciencias, Tytos negó con su cabeza y pensó solo era la apreciación de un padre idiota. Después de un ultimo adiós, los niños se fueron dejando solos a Carmen y a Tytos.
Charles y Magdalena todavía eran jóvenes, al menos así lo vieron Tytos y Carmen. Ambos no medían mas de 1,70mts. El cabello de Charles fue corto, mientras que Magdalena lo mantuvo sin cortar, era precioso, de un naranja vibrante. Tytos se acordaba cuando conoció a Carmen y pensó que su hija tendría muchos amantes y pretendientes. Algo le pico en su corazón y frunció el ceño.
Carmen lo vio y le pregunto preocupada -¿Qué pasa Tytos?¿sientes algún peligro?-
Tytos tomo una gran respiración y le dijo con una sonrisa -esa niña salió igual de hermosa que tu, lo mas probable es que atraíga a los tipos como las abejas a la miel-
Carmen soltó una risita y abrazo a Tytos, después de limpiarse las lagrimas, miro a Tytos y le dijo -no seas malo con mi yerno. Esa niña creció para ser como tu, lo mas probable es que consiga un buen compañero-
Tytos miro a Carmen a los ojos, ella era hermosa. Ya había llegado mas allá de los treinta, pero todo su cuerpo se mantenía firme y estilizado, con dos buenas razones por delante. Ella siempre estuvo a su lado, era sincera y lo regañaba cuando se pasaba, era su compañera, alguien irremplazable.
Tytos asintió y le dijo -es verdad, si esa niña consigue un compañero, puede que tenga mi suerte y consiga un buen amante-. Carmen miro a Tytos, en ese momento eran solo los dos, no quedaba nadie. El aire era un poco fresco, recién había llegado la primavera pero ella se sentía tan cálida en sus brazos. Ambos compartieron este momento y después de compartir un pequeño beso entraron a la casa.
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Habían pasado dos años desde que los niños se fueron, Carmen estuvo inquieta durante los tres primeros meses, pero se calmo cuando Tytos le dijo que podían viajar y seguir a sus hijos. Ella le dijo que se apartara de esa idea, ya les habían permitido irse y era demasiado tarde para retractarse.
Por otro lado, Carmen y Tytos apenas trabajaban la tierra, ya no necesitaban tanto. En esta epoca, los pueblos cerca del rio de Branduin eran mas prósperos, así que empezaron a interesarse en las espadas hechas por Tytos. Al final, este ultimo iba unas dos veces al mes para comprar todo lo necesario. Por su parte, Carmen se metió de lleno en la alquimia, de vez en cuando iba de cacería, pero casi todo el día lo pasaba en su laboratorio. Tytos la sacaba en la mañana, a la hora del almuerzo y en la noche. Sobre todo en las noches, ya que los dos se divertían mirando al cielo estrellado, compartiendo vino y tabaco, hacían el amor y se dormían hasta el otro día.
Una noche Carmen miro al cielo mientras estaba sentada sobre su mecedora, termino su vaso de vino y pregunto -Tytos ¿Por qué no tenemos otro hijo?-
Tytos se iba a servir mas vino, pero quedo con la botella a medio camino, la dejo en la mesa y le pregunto -¿Por qué quieres un hijo?-
Carmen siguió mirando al cielo desde su mecedora. Era cómoda, paso su mano por el suave reposabrazos y después le dio un mirada a Tytos. Su esposo era joven y ella también, pensó por un momento y le respondió -soy joven, no hay nada de malo-
Tytos pensó por un momento que quería un sustituto para sus hijos, pero al final soltó un suspiro de alivio, lleno el vaso con vino y bebió el contenido. Después de terminar la ultima botella, Tytos se paro y le tendió la mano a Carmen, ella sonrió y juntos fueron al dormitorio para concretar lo que habían discutido.
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Hoy era el cumpleaños de uno de los hobbit mas renombrados de la comarca. Bilbo Bolson, un amigo intrépido, que con sus cuentos entretenía a los niños. Tytos lo había evitado por mucho tiempo pero Gandalf fue ayer a la casa y los invito a venir al cumpleaños. Carmen y él fueron todo el camino, oso a pesar de estar un poco viejo los siguió y se hecho en una esquina. Ahora mismo, los niños se subían a su cola y a su espalda, el lobo gemía y conseguía que muchos niños le rascaran detrás de las orejas.
Tytos quedo mirando el evento desde una mesa especialmente preparada para Gandalf, Carmen y él. Tytos pensó que como siempre, los hobbit vivían en un mundo aparte, fuera de todo combate y egoísmo. Dentro de todo entendía el miedo que tenía Gandalf, estas personas no se podrían enfrentar al mundo de la civilización humana. La nobleza los esclavizaría y los comerciantes los venderían. Los harían trabajar sin parar y morirían sin poder hacer nada. Sería un milagro si esta raza persiste en el tiempo.
Carmen puso la mano sobre la de Tytos y le pregunto -¿Qué pasa?-
Tytos negó, la tomo en brazos y la poso sobre su regazo, después paso su mano izquierda acariciando el vientre de Carmen mientras ambos miraban el espectaculo. Carmen ya tenía un mes de embarazo, ambos lo sabían y estaban satisfechos con esto. Lo habían intentado durante un tiempo y sin darse cuenta salió. Tytos y Carmen tomaron del mismo vaso. Por otro lado, tuvieron que traer sus propios cubiertos y vajilla. Los hobbit solo tenían cosas del tamaño que utilizaban sus hijos cuando eran niños.
Desde una carpa se escucho un estruendo generando así una conmoción. Parece que los dos revoltosos que de vez en cuando le iban a robar a Tytos, cuando todavía trabajaba la tierra, habían hecho algo que no debían hacer. Una bola de fuego subió hasta lo mas alto del cielo nocturno y exploto dejando salir a un dragón de fuego. Este voló asustando a los pequeños hobbit, subió de nuevo al cielo y exploto en el aire. Fue un bonito espectáculo, Carmen aplaudió feliz, Tytos soltó una carcajada y Gandalf a lo lejos, llevaba a los dos hobbit jalados de las orejas.
Después de el gran evento, Bilbo se paro en una tarima, se dirigió a sus vecinos y saludo a todos. Un anciano lo bromeo y gano la indiferencia de Bilbo y las risas de sus familiares. Bilbo hablo agradeciendo a todos sus parientes y al final hablo de despedirse. Tytos sintió algo raro y se puso serió cuando Bilbo de repente desapareció.
Todos los hobbit quedaron preocupados. Por otro lado, Tytos no estaba feliz, pensó que él estúpido hobbit se puso a jugar con algo que no comprendía. Vio a Gandalf caminar hasta la casa de Bilbo y lo dejo ser, el anciano se haría cargo. Al final, después de media hora, Carmen y Tytos se fueron para su casa, sin antes perder medía hora mas despidiéndose de sus pequeños amigos.
Después de una semana, Tytos y Carmen se enteraron de que Bilbo se fue de la Comarca.
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Varios meses habían pasado desde que Bilbo se había ido de la comarca. Todo funcionaba igual que antes. En una madrugada tranquila, Tytos troto en su caballo buscando a un desagradable visitante. Hoy no eran los típicos orcos que venían a visitar la comarca. Algo muy malo se acercaba, se pregunto si esto se debía a la repentina desaparición de Bilbo. Esa energía maligna seguía habitando la casa de Bilbo, pero ya no era tan activa como antes, sin Bilbo como su avatar, la energía no tenía forma de manifestarse. Sin embargo algo paso ayer, la energía se empezó a mover.
Cuando Tytos iba pensando en algo, sintió una energía desagradable aproximándose, era oscura, casi tan obscena como la energía del maligno artefacto. Espoleo al caballo y galopo. Cuando paso por fuera de la granja de Maggot, siguió un sendero y se pillo un cuadro muy chistoso. Los hobbit cayeron rodando por una pendiente y quedaron unos encima de otros. Tytos se rio de buena gana. El sol se asomaba en el alto cielo y estos pequeños rufianes andaban robando lo que no debían. Tuvieron su merecido.
Tytos se acerco y de pronto su caballo se asusto, quiso retomar el mando pero el caballo quería escapar. Los hobbit lo miraron y le hicieron señas para que se escondiera. Tytos se bajo del caballo y avanzo hasta ellos. Por otro lado, el caballo detrás de él arranco. Mientras Tytos avanzaba hacia los hobbit, un galope se escucho desde el otro extremo del camino. Los hobbit saltaron a una sanja, al lado del camino y se escondieron debajo de las raíces de un árbol. Tytos siguió avanzando por el camino y espero a que viniera el desagradable visitante. Un jinete oscuro en un caballo del mismo color llego desde el otro extremo del camino, se detuvo y lo miro desde el corcel.
Tytos le dio una sonrisa y cruzo los brazos. Reviso al jinete de pies a cabeza y pensó en que no estaba vivo, era casi espectral y algo o alguien le ayudaba para manifestarse en el mundo de los vivos. Tytos le pregunto sin hacerse ningún problema -¿a que vienes jinete?-
El jinete con un susurro espectral le pregunto -¿Comarca?¿Bolson?-
Pero Tytos negó con la cabeza y le dijo -ese lugar esta fuera de tu alcance, si no te vas te enviare al averno, a donde perteneces-
Un espectro soltó un chillido espectral, mientras los hobbit tiritaban en sus escondite y querían salir a defender a su amigo. No obstante, no tenían la voluntad como para enfrentar al jinete. Por otro lado, Tytos miro al jinete con agrado, pensó que esta cosa podría darle algo de diversión ya que estaba muerta. El jinete se bajo y desenfundo su espada, Tytos con un agradable sentimiento le dio una sonrisa carnívora y desenfundo sus katanas.
El jinete realizo el saludo de un guerrero, levantando su espada y colocandola frente a sus ojos. Tytos se sintió sorprendido, nunca conoció a un muerto viviente tan educado. Imito el gesto y se preparo para combatir. No obstante, el jinete tenía movimientos pulidos y suaves, la experiencia se notaba en cada golpe. Sin embargo, aburrió a Tytos. Al final, solo estaba dentro del alcance de un ser humano, hasta Carmen lo podría haber vencido. Tytos guardo sus katanas desconcertando al jinete e hizo su movimiento a una velocidad vertiginosa. El jinete apenas pudo reaccionar, pero fue inútil. Vio a Tytos desaparecer y aparecer cerca de su cuerpo en un abrir y cerrar de ojos. El jinete se asusto, quiso retroceder, pero era muy tarde. Tytos lo pateo enviándolo a volar y choco contra un árbol. El jinete quedo tirado en el suelo y se recompuso con dificultad. Recogió su espada y trato de lanzar unos golpes para defenderse. No obstante, Tytos esquivaba con maestría todos los golpes. Después de tres patadas, el jinete ya no podía pelear y cuando Tytos lo quiso rematar, se volvió niebla y desapareció del mundo físico.
Tytos miro hacía todas las direcciones y maldijo su debilidad, su alma todavía no tiene la fuerza como para utilizar su vista espectral. Al final escupió al suelo y grito -NO QUIERO QUE VUELVAS, SI VUELVES ME COMERE TU ALMA-. Nadie contesto, pero el espectro tomo nota del formidable guerrero que encontró, le conversaría a su señor sobre este imprevisto.
Después de eso, Tytos fue a buscar a los hobbit. Los encontró acurrucados unos con otros, tratando de no respirar demasiado fuerte. Tytos soltó una carcajada y los hobbit por fin se relajaron. Ellos sabían que este hombre a pesar de que daba miedo, nunca los dañaría.
Tytos salió del camino y le pregunto a Frodo -¿adonde vas?- mientras este con todos sus compañeros se paraban.
Pero Frodo no contesto tan bien como esperaba Tytos, el hobbit miro preocupado hacía todas las direcciones y le pregunto -¿ya se fue esa cosa?- Tytos asintió y Sam le pregunto -Señor Tytos ¿usted venció a ese demonio?- Tytos asintió otra vez con un suspiro, no se sentía orgulloso de vencer a alguien tan débil. Los cuatro hobbit al ver esto soltaron un suspiro de alivio y se dejaron caer sobre sus traseros.
Tytos le dirigió una mirada a sus pequeños amigos y les pregunto -¿Adonde iban?-
Frodo poso su mano sobre su pecho y titubeo un poco, bajo la mirada.
Tytos lo vio un poco confundido y le dijo -si no quieres hablar, por mi esta bien. Ahora que esa cosa se fue, pueden seguir su camino- después de decir sus palabras les dio la espalda y camino en dirección a su casa. Un grito se escucho a sus espaldas -gracias Tytos-. Pero Tytos no se dio la vuelta y movió su mano despidiéndose. No se metería en problemas, eran amigos con Frodo, pero si él no quería confiar en él, él no se metería donde no lo llaman.
Como a la hora del almuerzo, Tytos llego a su casa. Carmen lo fue a recibir a la puerta y le pregunto preocupada porque el caballo había vuelto en un estado asustado. Tytos le explico con lujo de detalles. Al final Carmen soltó un suspiro y acarició su barriga donde todo su amor dormía en este momento. Tytos la vio y mostro una grata sonrisa. Él se arrodilló y también le paso sus manos por el vientre y los amantes compartieron esa cálido momento.
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Una semana después de el combate con el jinete, un hombre acompañado de los hobbits que se suponían que iban de viaje, llegaron a la casa de Tytos. Este ultimo salió de su casa con una cara de pocos amigos, seguido por Carmen. El hombre quedo impresionado por Carmen y después de recomponerse le dijo
-Hola, mi nombre es Trancos- mientras se sentía incomodo ante la presencia de Tytos, se sentía pequeño y oprimido.
Tytos frunció el ceño y miro a Trancos. Andaba con ropas oscuras, pelo lacio y oscuro, no le agrado y le respondió -Hola- en un tono seco de pocos amigos.
Carmen detrás de Tytos, torno los ojos al cielo y soltó un suspiro, sacudió la cabeza y se pregunto si todos los hombres eran tan territoriales. Al final puso una sonrisa y le preguntó -Hola ¿en que les podemos ayudar?-
Frodo salió al camino y les dijo -Tytos, disculpa, se que me preguntaste cuando nos ayudaste pero necesitamos tu ayuda-
Tytos aparto su mirada del hombre y este reacciono soltando un suspiro. Tytos molesto le respondió al hobbit -estoy ocupado Frodo, no tengo tiempo para ayudarte-
Carmen le dio un pellizco y le pregunto al hobbit -¿Qué necesitas Frodo?-
Frodo sonrió y dijo -esas cosas que venció Tytos, nos persiguieron hasta el pueblo de Bree. Quisieron matarme y yo le conté a Trancos que Tytos venció a una de esas cosas-
Tytos le dedico una mirada pensativa y dijo -no lo vencí Frodo, solo le di una golpiza, pero esa cosa no murió. Para empezar no estaba viva, es como una especie de fantasma, algo mas cercano a eso. Como ese fantasma no me pudo vencer escapo hasta el mundo espectral-
Trancos lo miro con desconfianza, pero a Tytos no le importo y les dijo -ahora, díganme ¿Qué quieren?-
Frodo lo miro a los ojos y le dijo -Por favor acompáñanos al lugar de los elfos. Necesito llegar hasta ahí-.
Tytos reacciono soltando un suspiro y miro a Carmen. Esta ultima soltó una risita y Tytos no se pudo negar. Al final Carmen respondió -no te preocupes, te acompañaremos-
Lo que no sabía Frodo es que el dios de este mundo le pidió a Carmen que fuera a una reunión que se va a llevar en Rivendel. Ella lo converso con Tytos y él se negó argumento que nada bueno podía venir de los dioses, pero Carmen quería ayudar, decía que era algo importante. Sin embargo no importo lo que dijo, Tytos se mantuvo firme y se negó. Al final hicieron la promesa de que si el dios de este mundo mandaba a alguien a buscarla, irían. Ahora Tytos se quería golpear por no mantenerse firme y prometer tal tontera.
Carmen soltó un silbido y se escucho un trote que estremeció la tierra. Trancos automáticamente desenfundo su espada, pero cuando vio a la bestia que producía el temblor cayo sobre su trasero. Era un enorme lobo huargo mas grande que los que doman los orcos, casi el doble. No obstante, este parecía un lobo mientras que el de los orcos parecen hienas.
Carmen se acerco al viejo Oso y le acarició el cuello -oso, vamos a una aventura igual que en los viejos tiempos- dijo Carmen en un tono suave. El lobo reacciono parando sus enormes orejas. El lobo soltó un sonoro ladrido y movió su cola de lado a lado. Carmen lo abrazo y sintió un poco de pena, este chico estaba al final de sus días. Trancos los iba a interrumpir, pero Tytos se interpuso y le dijo -danos un día, mañana nos iremos-. Trancos quiso decir algo pero se guardo sus palabras y asintió.
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Una vez hechas las preparaciones, Tytos y Carmen viajaron en la espalda del lobo, mientras los hobbit y Trancos en caballos. Cuando pasaron por los pueblos muchos guardias salían a interceptarlos. No obstante, se quedaban detrás de sus paredes mirando a la enorme criatura. No tuvieron el valor de salir a enfrentar al enorme lobo. A Trancos no le gusto llamar la atención, pero como no paso ningún accidente lo dejo pasar.
Un día en la noche, en la Cima de los Vientos, una antigua torre vigía en medio de los cerros. Tytos y Trancos se sentaron frente a la hoguera y conversaron. Estuvieron compartiendo información, por supuesto, siempre tanteando el terreno. Ninguno confiaba en el otro. Sin embargo, ese momento se acabo cuando Trancos le pregunto de dónde sacaron al lobo. Tytos lo examino, preguntándose qué quería, pero sus pensamientos fueron interrumpidos.
Carmen estaba sentada en el suelo y se recostaba sobre el costado de Oso mientras el lobo dormía. Ella dijo con dulzura -lo encontramos cuando viajábamos, era pequeño, yo lo podía llevar en mis brazos-. Tytos soltó un suspiro y Trancos miro a Carmen, la cual le acariciaba la espalda al lobo y este gemía. Carmen sintió un poco de pena, parece que este sería el ultimo viaje de este muchacho.
Trancos no siguió preguntando y se dedico a mirar el fuego. De repente se escucho un grito espectral entre los cerros y Tytos se paro para mirar lo que era. Después miro a Trancos y le dijo -cuida aquí, yo iré y los interceptare- después miro al lobo -Oso, cuida de Carmen-. Oso ladro y parece que los espectros no se quisieron acercar al escuchar el atronador ladrido.
Tytos bajo por una pendiente rocosa y a mitad del camino se encontró con cuatro espectros. Todos vestidos igual que el oscuro jinete de la ultima vez. También hicieron un saludo con sus espadas, lo que se gano el desdén de Tytos y les dijo -¿para qué hacen esa mierda?, van a desaparecer-
Un grito espectral se escucho y los cuatro espectros se enfrascaron en combate con Tytos. Este ultimo les corto los brazos y piernas, dos de ellos escaparon y dos murieron o eso parecía. Tytos no contaba con su visión espectral y no sabía si los había vencido. Solo sabia que se habían vuelto una niebla oscura. Tytos se acerco al campamento y vio a Trancos luchando contra uno de los espectros. Tytos lo miro desde la distancia y pensó que tenía buenos movimientos, pero sus hijos lo vencerían con facilidad. Al final solo era un hombre con experiencia y no un guerrero enseñado en reales técnicas de combate.
Cuando Tytos volvió al campamento, Carmen lo abrazo y el lobo huargo apenas reacciono moviendo su cola. Era una pena, parece que era su ultimo viaje. Tytos se acerco al lobo y le acarició la cabeza. Después fue a ver a los hobbits que estaban acurrucados en un rincón.
Tytos sonrió y les dijo -el peligro ya paso muchachos ¿No estaban hambrientos y preparando jitomates?-
Pipin, uno de los revoltosos hermanos ladrones de sembradíos, grito -Oh dios- salió corriendo y miro la paila con su comida -¡maldición! CENIZAS EN MIS JITOMATES!-
Tytos soltó una sonora carcajada y volvió adonde estaba Carmen.
Al otro día, cuando amaneció, retomaron el viaje sin mayores contratiempos. Tytos tuvo que comprar dos caballos en el camino, ya que Oso se estaba cansando demasiado. Carmen lo acompaño por las noches y juntos con Tytos, cuidaban del huargo. Varios días después, cuando llegaron a Rivendel, muchos elfos se alarmaron al ver al enorme huargo. Tytos contribuyo a esto con su cara de pocos amigos.
En ese momento, Tytos desenvaino sus katanas y se preparo para el combate. No le gustaba la mirada que le daban los putos elfos. No obstante, Carmen lo reprendió y hablo para apaciguar las emocione.
-Guarda esas espadas- le ordeno Carmen a Tytos y después se enfoco en los elfos. Puso su cara mas sociable y les dijo -perdón, él es mi marido, es un poco quisquilloso. Por otro lado, el lobo no hace nada, cualquiera lo puede tocar. Se porta muy bien, lo prometo por mi vida-
De entre medio de los elfos rubios, salió una elfa de cabellos oscuro y vistiendo un traje de un blanco impoluto -¿Lo pudo tocar?-
-¡Mi señora!- dijo un elfo con desconfianza. Pero la elfa de cabello oscuro lo hizo callar con un ademan de sus finos dedos. Ella se acerco a Oso y le toco el peludo pecho. Paso sus dedos como jugando con el suave pelaje y estiro su brazos para acariciarle la cabeza.
-Abajo Oso- dijo Carmen y el lobo se echo sobre el suelo. Entonces la hermosa elfa, paso sus esbeltas manos por la gran cabeza del lobo, jugando con las orejas y mirándolo a los ojos. La elfa sintió la alegría de una niña y la tristeza de la perdida. Ella sentía que el lobo estaba mas cerca de su final.
-Déjenlos pasar- dijo la elfa
-Pero mi señora-
-Eh dicho que los dejen pasar, me haré responsable- la elfa le dio un mirada significativa a Trancos y continuo -ellos son amigos, mis padre los espera-
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Una vez que entraron al territorio élfico, le asignaron habitaciones a cada persona. Tytos por su parte tuvo que caminar solo. La mujer elfa había amado a Oso y le agradaba Carmen. Así que se los había llevado a los dos, dejando solo a Tytos. Casi al anochecer, Carmen se presento en la habitación de Tytos vestida como la elfa. Al parecer, ambas mujeres congeniaron y compartieron muchas cosas. Tytos estaba feliz, habían tenido una vida buena, pero siempre le falto un amigo a Carmen. Él era su marido, pero nunca sería lo mismo, a lo mejor ella tenía cosas de que quejarse que no le podía contar a él.
Tytos estaba acostado sobre una cama de blancas frazadas. Le dio una sonrisa y le dijo -menos mal te acuerdas que tienes un marido-
Carmen sonrió y se acostó sobre él, le susurro -llorón-. Ambos compartieron unos besos, Tytos paso su mano por el vientre de Carmen y compartieron este momento.
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Unos días después se enteraron de que Bilbo y Gandalf vivían en este lugar. Frodo se alegro, pero al cabo de unos días se pudo ver con un rostro cabizbajo, parece que tuvo una discusión con su tío. Tytos siguió paseando por el lugar Rivendel y visitaba a oso en la tarde. Como Arwen (la elfa de pelo oscuro) se había encariñado con el lobo, le había pedido a su gente que le hicieran una cama especial.
Cuando llego el séptimo día de estadía, Oso no se levanto mas. Murió en el sueño y Carmen lloro igual que cuando sus hijos se fueron. Ese día no hubo consuelo para ella. Por otro lado, Arwen hablo con su padre y le pidió permiso para poder enterrar al lobo en las tierras de Rivendel. Según ella, era una de las criaturas mas hermosas que había visto en el mundo.
Tytos y Carmen cavaron una tumba. Al final, solo los dos sepultaron al lobo, pero muchos los miraban desde los palcos de sus habitaciones. Bilbo, Gandalf y los hobbits miraron desde la distancia, tristes, recordando al simpático lobo. Algunos hombres, elfos y enanos llegaron ese mismo día y miraron a la pareja que estaba sentaba, quieta, frente a una tumba. No sabían que había pasado, pero siguieron su camino y fueron recibidos como visitantes.
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Un día mientras Tytos y Carmen paseaban por los terrenos de Rivendel, un enano miro a Tytos de reojo y se acerco. Tytos frunció el ceño, por lo general esta gente lo veía raro por su color de piel y no le gustaba eso. Pero el enano se mostró inalterable, se acerco junto con otros enanos.
-Muchacho ¿de dónde sacaste esa espada?- pregunto el enano. Era de contextura gruesa, con una larga barba.
-Yo la hice- dijo Tytos con indiferencia
-No me mientas muchacho. Eso es imposible-
-Depende de ti creer o no-
El enano lo quedo mirando y sus años de experiencia le dijeron que no mentía -me llamo Gimli- dijo con un tono pomposo -déjame ver esa espada-. Tytos no lo tomo enserio, pero el enano no se fue. Carmen tomo nota de eso y soltó un suspiro -Tytos, me prometiste algo- dijo -se mas amigable-. Entonces Tytos saco la espada de mala gana y se la paso al enano.
El enano saco la espada de su vaina y la encontró preciosa. El filo, la técnica empleada y los detalles. Los enanos detrás de el estaban impresionados y Gimli pregunto -¿tienes familiares enanos?-
Pero lo único que salió de la boca de Tytos fue una carcajada. Miro al enano y le dijo -no, pero si te sirve de algo, mi abuelo fue una quinta generación de herrero ¿Qué tal?¿te gusta?-
Gimli miro al muchacho y le devolvió la espada, pondero algo y Carmen con una suave sonrisa le pregunto -¿no quieres ver mis espadas? También la hizo Tytos-
Gimli por fin se fijo en esta hermosa mujer y quedo aturdido, era preciosa. Gimli fue movido por sus compañeros enanos y recupero su compostura, soltó una tos y miro la espada de Carmen, soltó un suspiro. Miro a Carmen y le devolvió la espada acompañada de una pregunta -¿usted es la esposa?- Carmen asintió y Gimli continuo -se nota, se ve el cuidado y el aprecio en el trabajo. Si este muchacho tuviera barba, diría que es enano-
Carmen sonrió como una flor y Tytos se sonrojo. Carmen abrazo la espada y tomo la mano de Tytos. El enano una vez mas suspiro y pensó el muchacho enfrente de él tenía demasiada suerte como para poder encontrar a tan refinada dama. Gimli dio una vez mas sus apreciaciones de la espada y se fue con sus compañeros en un gesto caballeroso.
Carmen y Tytos se fueron a su recamara y durmieron el resto de la tarde. Arwen vino en la tarde y se llevo a Carmen a su recamara. Ahí conversaron las amigas y compartieron todo tipo de cosas. Tytos quedo solo, pero se dedico a meditar hasta que Carmen volvió.
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Hoy Tytos se quedo en la cama y Carmen fue a su tan esperada reunión. Como a eso de las diez de la mañana, a Tytos le dieron ganas de levantarse, camino hasta el balcón y diviso a un gran grupo discutiendo en medio de la reunión. Estaban sobre un circulo de roca sentados sobre sillas de mármol. De repente, un humano de cabello rubio estaba gritando contra Trancos y Gandalf, mientras Carmen estaba protegida por ellos. Tytos se puso su ropa y fue corriendo al lugar. Cuando llego a la entrada, dos elfos lo trataron de detener, pero no pudieron seguir sus movimientos. Tytos apareció detrás del humano que amenazaba a Carmen y lo levanto por cuello. Gandalf y Trancos lo vieron con ojos asombrados y el resto de los participantes se dio cuenta de la presencia de Tytos cuando el humano grito de dolor.
Tytos puso un mirada fría y acerco su cara a la del hombre -dime ¿Qué le estas haciendo a mi mujer?-. Pero el hombre no podía responder, el dolor era demasiado. Uno de los hombres que lo acompañaba trato de golpear a Tytos con su espada, pero cuando la espada impacto contra Tytos, el hombre sintió como si golpeara un muro de piedra. Solo pudo dejar una marca sobre Tytos.
Gandalf asustado le rogó -Tytos, muchacho, deja a este joven. El solo esta un poco acalorado-
-Tytos Hill, déjalo- dijo Carmen mientras posaba sus manos sobre las de Tytos -él solo es estúpido. Por favor no lo mates, me prometiste algo-. Tytos agacho la cabeza y soltó un suspiro. Al final se rindió y boto al humano en el suelo. Después de dejar ir su enojo sintió una energía irradiando desde un objeto que estaba sobre un pedestal. Esa energía lo confundía y lo hacía sentir molesto. Camino hasta eso, formo sellos y cerro la fuente de energía.
La energía ceso, pero Tytos boto una bocanada de sangre. Después se limpió la boca con el dorso de su mano derecha y con molestia dijo -mucho mejor ¿Quién fue el imbécil que trajo esto?-.
Entre el grupo de personas reunidas, estaba su amigo el hobbit Frodo. Este último, con una actitud temerosa levanto su mano y Tytos pregunto -¿Cómo esa energía molesta se transformo en esto?-
Ni Frodo ni nadie supo responder. No obstante, a todos no les impresiono la energía, sino la facilidad con la que Tytos la reprimió.
El padre de la amiga de Carmen, un elfo al que llamaban Lord Elrond, miro a Tytos y le pregunto -¿Qué hiciste?-
Tytos levanto los hombros y se dio la vuelta para irse, pero fue detenido por Carmen. Ella lo miro molesta y Tytos trato de responder con su mejor cara -selle la energía que emanaba, eso no quiere decir que se haya desvanecido. Hay que destruir esa cosa-
Después de eso, Tytos trato de salir, pero el resto de los visitantes lo miraron raro. Esto era inconcebible. Un enano tomo el anillo y trato de ponérselo, pero no sintió nada. Frodo también trato de ponérselo y tampoco sintió nada, ni vio el mundo espectral donde habitaba el ojo. Por otro lado, Frodo pensó que al final, todo su esfuerzo fue para nada, todo lo que tenía que haber hecho desde un principio, era confiar en Tytos y él lo arreglaría todo.
Por otro lado, Lord Elrond le pregunto a Tytos -¿ese sello, cuánto tiempo durara?-
Tytos soltó una sonrisa algo avergonzado y le respondió -solo tres meses, dos en el peor caso-
Esta vez, todos lo miraron con molestia, creían que el gran problema estaba resuelto y ahora este joven salía con esta burla.
Carmen, tomo el brazo de Tytos y este supo que no sería nada bueno -nosotros llevaremos el anillo- dijo Carmen. Un montón de alegatos se alzo en la multitud y al final un grupo de once personas se formo. La amiga de Carmen se quiso colar entre medio pero fue rechazada por su padre. Tytos aprendió algunos nombres, pero no les dio mucha importancia. Estaba molesto y tuvo que ser trabajado y convencido por Carmen durante todo un día para poder dar su aprobación. No quería que Carmen se arriesgara, pero ella insistía que era su deber ayudar a otros.
Tytos puso dos sellos sobre ella y la obligo a llevar dos amuletos. Carmen le dijo que era exagerado, pero Tytos la amenazo y tuvo que ceder.
Después de una semana, el grupo partió en un viaje y Tytos iba con cara de pocos amigos. A Carmen le pareció divertido.