webnovel

Encuentro de corazones y sombras

Ashley

Primer día de instituto.

Odio los lunes a primera y más si es el primer día, pero estaba feliz, porque por fin podía ver a mi mejor amiga.

Tenía que subir una cuesta hasta llegar al instituto.

Como tenía planeado, cuando empecé a subir la cuesta eran las 9:03am.

Necesitaba planear la hora, ya que era el tiempo justo para estar con ella.

Estaba casi llegando, notaba como mi corazón cada vez se aceleraba, y cuando la vi, sentí que ya ni me latía.

Llevaba una camiseta negra de manga corta con el logo de los Lakers, pantalones de cargo y unas zapatillas blancas y azules.

Su cara estaba perfecta, los ojos marrones que tenia se veían con mejor claridad gracias al rayo de sol que daba justo en la mitad de su cara.

Cuando quise ir a saludarla, estaba hablando con sus amiguitas

Osea, con sus amigas.

Tenía esa sonrisa característica en la cara, sonrisa que yo nunca me cansaría de mirar.

Llevaba una coleta alta, que resaltaba con su pelo dorado, y finalmente la miré a los ojos.

Sus ojos se encontraron con los míos, y me miró de arriba a abajo.

Parecía examinar la ropa que llevaba, hasta que finalmente oí lo que nunca me habría apetecido escuchar.

—¡Cuánto te he echado de menos mejor amiga!—Me dijo con una amplia sonrisa en la cara, cosa que yo no tenía en esos momentos.

—Si te digo la verdad, yo a ti no— La dije, mintiendo.

Obviamente la había echado muchísimo de menos, tanto que estoy segura que no podría haber aguantado mucho tiempo más sin estar con ella.

—Eres estúpida, dame un abrazo—Me dijo abriéndome los brazos para que la abrace.

No pude desaprovechar su oferta y la abracé al instante, demostrándola solo con mi abrazo lo mucho que la extrañaba.

Noté como me abrazaba fuerte y me pegaba más contra ella, pudiendo sentir que ella también me había extrañado.

No pude durar mucho tiempo abrazada a ella, porque de repente oímos chillidos que venían desde lejos y sin mirar yo ya sabía de quién se trataba.

—Leah, ¿cómo que lo primero que no has hecho al verme ha sido abrazarme?— Dijo y acto seguido fue a abrazarla como si se la fuera la vida en ello.

No pude evitar mirarla con desprecio e intentaba apartar la vista, aunque al segundo ya volvía a mirar la escena que había ante mis ojos por mucho que no gustara.

Pareció darse cuenta de que lo que estaba haciendo me estaba molestando, porque al momento de verme comenzó a abrazarla con más fuerza, mirándome y buscando alguna reacción que la confirmara que aquello me estaba molestando.

Me limité a sonreír y me apartó la mirada al terminar el abrazo.

Se llamaba Jennifer, y era la niña más popular del instituto, aunque eso para mí no significaba nada.

Iba con una chaqueta gris de Adidas, pantalones de chándal y zapatillas normales. Incluso vistiendo así, llamaba la atención de todo el mundo y se paraban a mirarla.

Tenia el pelo marrón oscuro y sus ojos eran de un marrón común.

Su estatura es media y todo el mundo que la conoce dice que es una persona súper maja, pero yo no puedo evitar pensar en cómo intenta joderme cada vez que se acerca a Leah.

Después de saludar a Leah, vino hacia mi, dándome un simple abrazo acompañado de un "hola".

Cuando vi que, después de ello, volvía a dirigirse hacia Leah, la cogí de la muñeca.

—¿Qué tal las vacaciones?

—Ehh, bien, gracias— Respondió, claramente sorprendida por mi pregunta. —¿Y las tuyas?

—Muy bien también— Dije y, al ver que ninguna tenía nada más que aportar, decidí dar por finalizada la conversación yéndome hacia Leah.

Jennifer, viendo cuáles eran mis intenciones, se acercó de manera más rápida que yo hacía ella y volvió a abrazarla.

Cuando aparté mi mirada, recordándome mentalmente que aquello no podía afectarme, noté como alguien me abrazaba por detrás.

—¿Qué pasa?— Preguntó y sin girarme sabía de quien se trataba.

Vera era amiga mía pero también era amiga de Jennifer.

Llevaba siendo mi amiga prácticamente desde pequeñas, y era la única que sabía mi atracción hacia Leah.

Vera tenía los ojos marrones y llevaba gafas. Su pelo era de color castaño y era un poco más baja que yo.

Ese día, llevaba puesta una camiseta ancha y unos pantalones de cargo, acompañados de unas zapatillas deportivas blancas.

—Nada.

—Sé que te pasa algo, a mi no me engañas.

—No sé porqué me afecta tanto si solo son amigas— Confirmé.

—Déjalas. Si te sirve de consuelo, Leah no está muy cómoda con la situación que está viviendo ahora mismo — Vera y yo miramos a la vez a Leah, que estaba con los labios en una fina línea que se transformaba en una leve sonrisa cuando Jennifer la miraba.

El timbre del instituto sonó, a lo que Jennifer cogió del brazo a Leah llevándola a dentro del instituto, sin esperar a nadie más.

Vera me dio un beso en la mejilla que agradecí y, juntándonos con el resto de mis amigas, nos metimos también dentro del instituto.