1.19 No me dejes

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La siguiente escena que se sucedió fue un confuso borrón en la mente de Ren Zexi. Era como si su alma se hubiera desprendido y solo pudiera ver entumecido cómo su cuerpo reaccionaba automáticamente. Corrió hacia Lu Yizhou, gritando en pánico —¡Tío Lu! Tío Lu, ¿qué pasa?! Al ver el pálido semblante de Lu Yizhou, una sensación de pérdida sin precedentes lo abrumó y le recordó la desesperación que sintió hace años cuando fallecieron sus padres.

No... no podía ser. Lu Yizhou estaba sano, todavía era joven. No había forma de que pudiera morir...

—¡Joven Maestro! —La voz firme y estable del Mayordomo An perforó la niebla de su mente y lo trajo de vuelta a la realidad. Ren Zexi nunca había visto tal seriedad y gravedad en su rostro —¡Por favor, haga espacio, Joven Maestro! ¡Tenemos que darle tratamiento de emergencia al Maestro Lu!

¿E—Emergencia? Todavía no había tenido la oportunidad de preguntar cuando el Mayordomo An levantó a Lu Yizhou con la ayuda de los sirvientes y llevaron al hombre de vuelta a su habitación. Ren Zexi siguió detrás de forma entumecida. Esta no era la primera vez que entraba al cuarto de Lu Yizhou — incluso había dormido aquí a menudo de pequeño —, pero esta fue la primera vez que descubrió que había una habitación secreta detrás de la gran estantería de libros de Lu Yizhou.

El Mayordomo An manejó el mecanismo con facilidad y la estantería que ocupaba toda la pared se abrió suavemente en el medio, revelando una habitación completamente blanca — paredes blancas, baldosas blancas, cama blanca — y muchos, muchos otros aparatos relacionados con la salud.

Ren Zexi observó en blanco cómo los sirvientes bajaban con agilidad a Lu Yizhou a la cama y el Mayordomo An que activaba las máquinas y comenzaba a conectarlas al cuerpo de Lu Yizhou. Sus movimientos eran rápidos y suaves... como si lo hubieran hecho incontables veces antes.

—Joven Maestro… —Un sirviente lo apoyó preocupado y lo llevó a sentarse —Está bien, Joven Maestro. El Mayordomo An terminará muy pronto. Aquí, por favor tome un poco de agua caliente para calmarse. —Le entregó un vaso de agua tibia, pero Ren Zexi no se movió para aceptarlo.

Sus ojos estaban fijos en la cara de Lu Yizhou, que estaba cubierta por una máscara de oxígeno —¿Qué es esto...? —Su voz sonó forzada, incluso un poco ajena en sus propios oídos —¿Qué tipo de habitación es esta? ¿Está—está muy enfermo el Tío Lu?

El sirviente tenía una expresión incómoda en su rostro —Lo siento, Joven Maestro —Tengo prohibido decirle cualquier cosa por orden del Maestro Lu. Quizá quiera preguntarle al Mayordomo An en su lugar, ya que él ha estado con el Maestro Lu durante más tiempo. Por favor, discúlpeme.

Ren Zexi fijó su mirada en Lu Yizhou; en su pecho que se alzaba débilmente, en el bip rítmico de la máquina que solo había visto en dramas de televisión, y en los términos médicos desconocidos que el Mayordomo An iba mencionando uno a uno. Ninguno de ellos se registraba en su mente.

¿Qué estaba pasando...?

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¿Quién podría decirle en qué tipo de pesadilla estaba ahora?

Juntó sus manos y apoyó su cabeza en ellas, manteniendo la misma posición congelada durante una cantidad de tiempo desconocida hasta que la voz del Mayordomo An lo llamó suavemente:

—Joven Maestro.

Ren Zexi levantó lentamente la cabeza, con los ojos inyectados de sangre.

—El Maestro Lu está bien ahora —El mayordomo sonrió, con un atisbo de fatiga entre sus cejas—. No se preocupe. Se despertará pronto.

Cuando Ren Zexi habló de nuevo, su voz era extremadamente ronca:

—¿Está enfermo el Tío Lu? Es eso... ¿por mi culpa?

—No —El Mayordomo An le sirvió un vaso de agua y tomó asiento frente a él—. Supongo que nunca se lo ha dicho, ¿verdad?

Ren Zexi apretó sus dedos temblorosos... —¿Decirme qué?

El Mayordomo An contempló durante un momento ya que no tenía idea de por dónde empezar. No, para ser exactos, no tenía el valor de comunicar las noticias, especialmente a un Ren Zexi tan devastado. Sin embargo, este tipo de cosas nunca podrían mantenerse ocultas para siempre. Tarde o temprano, Ren Zexi se enteraría. A juzgar por el temperamento de Lu Yizhou, era más probable desear nieve en verano que pedirle que tomara la iniciativa. Por lo tanto, la ardua tarea de informar a Ren Zexi ya estaba predestinada a caer en manos de An Kequ.

Ren Zexi solo escuchó durante la explicación del Mayordomo An, sin responder ni mostrar ninguna reacción.

Enfermedad cardíaca congénita; las palabras se repetían en su mente una y otra vez.

Desde el principio, Lu Yizhou nació con este defecto cardíaco heredado de su padre. Ya había tenido un trasplante de corazón cuando era adolescente y fue exitoso, lo que le permitió crecer sano. Sin embargo, a medida que envejecía surgían algunas complicaciones por lo que siempre debía mantener una estricta cantidad de ejercicio y una dieta saludable.

Así que, por eso... La realización amaneció en Ren Zexi. Así que por eso Lu Yizhou siempre tenía un tazón de gachas simples por la mañana. Por eso la casa estaba equipada con un elevador. Por eso Lu Yizhou casi no tenía actividades sociales. Por eso Ren Zexi nunca lo había visto consumir ninguna bebida que no fuera agua simple...

Cuando se enteró de la impactante verdad, cada escena que había visto antes cobró sentido.

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Lo que tenía Lu Yizhou en el pecho no era una marca de nacimiento como la que él tenía, sino una cicatriz quirúrgica que obtuvo cuando tenía alrededor de la edad de Ren Zexi. Esa era la prueba de que su corazón ya no podía seguir sosteniendo su cuerpo…

Ren Zexi se frotó la cara bruscamente, sus ojos estaban tan secos que no podían soltar lágrimas sin importar cuánto le doliera el corazón en ese momento. Lu Yizhou era un paciente con enfermedad cardíaca congénita y él... él había agitado tanto a ese hombre que sufrió un ataque.

Rabia, dolor y culpa inundaron su corazón. Ren Zexi, maldito seas, ¿qué le has hecho...? Todo es tu culpa...

—Mi padre solía ser el mayordomo y asistente personal del Viejo Maestro Lu. Debido a la especial identidad del Viejo Maestro Lu, ir al hospital para chequeos de rutina no es conveniente ya que mucha gente se enteraría y posiblemente aprovecharían esa información en su propio beneficio, así que se construyó esta sala de tratamiento de emergencia. Después de que el Viejo Maestro Lu falleciera y mi padre se retirara de su cargo, tomé el relevo como mayordomo de la Familia Lu y aprendí cómo aplicar tratamiento en caso de emergencia. La próxima vez, si mi hijo fuera a suceder mi posición, también le enseñaría conocimientos médicos —mientras hablaba hasta ese punto, el Mayordomo An hizo una pausa y sacudió la cabeza con resignación—. Ah, eso no es correcto. El Joven Maestro Ren está completamente sano así que no hay necesidad de aprender este tipo de cosas. Eso es algo muy bueno de saber.

—¿No estás enojado conmigo, Mayordomo An? Por mi culpa, el Tío Lu

—No es su culpa —el hombre mayor interrumpió—. Ya estaba en sus cincuentas y cabellos blancos habían empezado a aparecer en sus sienes, pero su sonrisa seguía siendo tan amable y reconfortante como cuando Ren Zexi lo conoció por primera vez—. No tengo idea de por qué ustedes dos estaban discutiendo, pero debe saber, Joven Maestro Ren, que todos nosotros estamos muy agradecidos por su presencia. Tenerlo aquí con el Maestro Lu lo ha cambiado por completo de una forma muy positiva —un toque de tristeza coloreó el tono de An Kequ—. No tienen idea de cuánto miedo tenemos de vivir cada día sin saber cuándo el Maestro Lu desaparecerá de repente entre nosotros.

—¿Qué... quiere decir con eso? —Ren Zexi levantó la cabeza bruscamente.

Después de que el Mayordomo An se fue a descansar por un momento, Ren Zexi sacó su teléfono para buscar el término que el hombre mayor le había dicho.

—El Viejo Maestro Lu falleció cuando el Maestro Lu aún era un bebé, así que solo nos tuvo a nosotros los sirvientes para cuidarlo.

—¿Y su madre? ¿Ella también falleció...?

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—No —el mayordomo An sacudió la cabeza con resignación—. El Viejo Maestro Lu nunca estuvo casado para empezar. Solo tuvo una madre de alquiler para dar a luz al Maestro Lu. Después de eso, fue enviada lejos y nunca se la volvió a ver. Creciendo, el Maestro Lu nunca tuvo a nadie a quien pudiera llamar familia, así que... —el mayordomo levantó la cabeza para darle una sonrisa a Ren Zexi, con los bordes de sus ojos ligeramente enrojecidos—. Por favor, sepa que es muy, muy importante para él.

¿Era eso cierto...? ¿Así como Ren Zexi no podía vivir sin él, Lu Yizhou también solo lo tenía a él en su vida? ¿Eran verdaderamente el único del otro?

Sus dedos temblaban mientras escribía la palabra.

Eutanasia.

[Una muerte fácil o indolora, o la finalización intencional de la vida de una persona que sufre de una enfermedad incurable o dolorosa a su propia solicitud. También llamada muerte piadosa.]

Un sollozo escapó de los labios de Ren Zexi y el teléfono se le escapó de las manos, cayendo al suelo con un sordo golpe. Sepultó su cara en las palmas de sus manos, sus hombros temblaban violentamente. "Tío Lu... Tío Lu..."

No le pediría al hombre que le devolviera sus sentimientos otra vez. Incluso podría actuar como si nada hubiera pasado, para volver a su vida habitual de sobrino y tío.

Entonces... por favor, por favor no lo dejes, ¿de acuerdo?

...

N/D: para su información, lo de la eutanasia sucedió antes de que Lu Yizhou entrara a este mundo. Así que en la trama original, CEO Lu murió debido a la eutanasia y no a un ataque al corazón.