1.12 Iré

—¿Cuándo Ren Zexi comenzó a amarlo? —se preguntaba.

—Podría ser cuando un día despertó y encontró a Lu Yizhou durmiendo a su lado con sus manos fuertemente entrelazadas, cálidas y firmes. Era tan bello como frío, su deslumbrante exterior traicionaba el frío que emanaba de su interior. Ren Zexi se encontró mirándolo, deseando que abriera los ojos y cuando el hombre lo hizo, su corazón comenzó a latir más rápido de felicidad.

—También podría ser la vez que fue acosado en la nueva escuela a la que se había mudado, solo porque no tenía padre ni madre de quienes presumir a los demás. Regresó a casa llorando y al día siguiente, Lu Yizhou fue personalmente a su escuela. Ren Zexi no tenía idea de lo que el hombre había hecho, pero esos niños que lo trataban solo con burlas se volvieron tan mansos como corderitos, apurándose en pedir su perdón. Incluso sus padres vinieron a complacerlo, llamándolo su pequeño ancestro. Después de eso, nunca los volvió a ver.

—O tal vez fue cuando fue el primer aniversario de la muerte de sus padres. Recordó que la temperatura había bajado recientemente y la salud de Lu Yizhou se deterioró — siempre se sentía enfermo cuando hacía más frío. A pesar de eso, el hombre aún tomó su mano y lo llevó al cementerio, diciéndole que pagara sus respetos. Ren Zexi miró la amplia sonrisa de su madre y padre en las fotografías. La tristeza todavía estaba allí, pero ya había sido atenuada por la constante compañía de Lu Yizhou. Con ese hombre aquí, Ren Zexi nunca se sentía solo.

—No sabía qué decir, así que simplemente balbuceó sobre las cosas que había hecho recientemente y lo bueno que Lu Yizhou había sido con él. Les dijo que no se preocuparan por él porque ahora tenía al Tío Lu con él. Girándose, encontró a Lu Yizhou mirándolo con una delgada sonrisa. Ren Zexi se sonrojó y rápidamente fue a tomar su mano. No sabía por qué, pero de alguna manera, tuvo la sensación de que Lu Yizhou parecía especialmente solo y desolado en ese momento.

—Se dijo a sí mismo, realmente quiero acompañar a este hombre tanto tiempo como pueda.

—No fue solo un día que despertó para descubrir que estaba enamorado. Ese sentimiento siempre había estado allí, acumulándose lentamente con el tiempo. Solo cuando maduró se dio cuenta de cuán profundos habían crecido sus sentimientos hasta el punto en que ya no podía despertarse de ellos.

—Sin que él lo supiera, la mera existencia de Lu Yizhou se había convertido en su mundo; el eje de todo su mundo.

—Ren Zexi despertó a otra brillante mañana. La lluvia había cesado, dejando solo una traza de frío en el aire. El rocío persistía en las hojas y los pájaros cantaban alegremente fuera de la ventana.

—Hacía mucho tiempo que no soñaba con el pasado. Suspirando, fue al baño a refrescarse. Podría tener algo que ver con el hecho de que había bebido alcohol la noche anterior por primera vez, haciendo que su autocontrol vacilara ante el hombre al que había amado toda su vida.

—Buenos días, Tío Lu —entró en el comedor para encontrar a Lu Yizhou sentado en su asiento habitual con una tableta en sus manos, leyendo noticias como siempre.

—Avanzó cuidadosamente y se inclinó a la altura de los ojos del hombre, mirando.

—¿Qué estás mirando? —el hombre preguntó sin levantar la cabeza.

—¿Todavía estás enojado conmigo?

—¿Parezco estar enojado?

Ren Zexi se enojó. —Ni siquiera me estás mirando.

Lu Yizhou finalmente levantó la vista y levantó una ceja como preguntando, —¿Satisfecho ahora?

Ren Zexi se rió y se inclinó hacia adelante para besar la mejilla del hombre, hoy un poco más tiempo, saboreando el sabor de la piel del hombre contra sus labios. Alejándose, lo miró con sus ojos de cachorro característicos. —Sé que me equivoqué. He estado arrepintiéndome toda la noche. ¿Me perdonas, de acuerdo?

Lu Yizhou puso cara de resignación y le dio un golpecito en la frente. —Ve y siéntate. El desayuno se servirá pronto.

Ren Zexi no pudo reprimir su sonrisa y se sentó en su asiento a la derecha de Lu Yizhou. El desayuno de hoy era sushi japonés y un tazón de ramen shoyu bien caliente. Olía divino. A pesar de eso, Lu Yizhou aún tenía el mismo porridge simple que había comido durante la última década. —¿No te aburres de comer lo mismo una y otra vez cada mañana? —No pudo evitar preguntar.

—Es una costumbre. —El hombre respondió secamente.

Lu Yizhou realmente no le gustaba hablar y en momentos como este, Ren Zexi preferiría comer en silencio y apreciar la vista frente a él en su lugar. La forma en que Lu Yizhou llevaba la cuchara a su boca y la probaba un poco con su lengua antes de comer; la manera en que sus labios pálidos brillaban en color rojizo debido al calor.

Esa era la golosina visual que Ren Zexi sabía disfrutar cada día.

—Cierto, —Ren Zexi de repente recordó algo—. Hay un nuevo sistema en la escuela. ¿Sabes de él?

Como se esperaba, Lu Yizhou asintió. No como se esperaba, dejó la cuchara y se giró hacia él, preguntando seriamente. —¿Qué tal? ¿Algún problema?

—No, —Ren Zexi rió ligeramente—. ¿Qué problema podría haber? Todo es igual salvo por algunos nuevos compañeros de clase.

Lu Yizhou asintió. Parecía que había algo en su mente, pero al final decidió no decirlo en voz alta.

Ren Zexi disfrutaba viendo a Lu Yizhou preocuparse por él. Le gustaba tanto que la alegría brotaba vívidamente en sus ojos, haciendo que el Mayordomo An, que presenciaba todo, sacudiera la cabeza, divertido.

—No te preocupes. —Alcanzó la mano del hombre y frotó sus delgados y callosos dedos en un movimiento circular—. Estaré bien. Si hay algo, definitivamente te lo diré. ¡Ah, hay una cosa más! —Ren Zexi fue a buscar un formulario en su mochila escolar—. El profesor quiere que nuestros padres vengan a una reunión. Aún faltan tres meses. Puedes venir si quieres o, si estás ocupado, que vaya el Mayordomo An en tu lugar también está bien.

Lu Yizhou echó un vistazo al formulario. Opciones Universitarias y Aspiraciones. Asintió. —Iré.

Era el momento de encontrarse con el protagonista de este mundo. Debía evaluar si representaba una amenaza para Ren Zexi o no y cuáles serían sus próximos pasos en caso de que Jing Xuehao representara un problema.

***

Jing Xuehao bostezó al entrar al aula. Pensó que ya estaba suficientemente cansado de formar planes de negocios toda la noche, pero resultó que más de la mitad de los estudiantes estaban desplomados sobre la mesa, una atmósfera de desgano flotaba sobre ellos.

Incluso Guang Li no era una excepción. Al ver a Jing Xuehao, le saludó débilmente:

—Ya llegaste.

—¿Qué te pasa? —preguntó Jing Xuehao.

—Oh eso, ¡ayer fue tan divertido! —los ojos de Guang Li se iluminaron—. Fuimos al nuevo lugar de BBQ a comer y el Emperador Sol nos invitó y luego, fuimos a un bar de karaoke que es propiedad de los padres de Du Minshen. ¡La bebida estaba muy deliciosa!

Jing Xuehao frunció el ceño, disgustado:

—¿Así que estás resacado?

—Sí, un poco —Guang Li se masajeó las cejas—. Mi cabeza también se siente un poco pesada. Así que esto es lo que se siente tener resaca.

Jing Xuehao bufó y preparó sus cuadernos para la primera lección. Los estudiantes empezaron a llegar gradualmente al salón y el ambiente se volvió alborotado, la mayoría de las conversaciones eran sobre la diversión de ayer. La línea que separaba a los estudiantes Especiales de los Normales parecía haberse adelgazado. Jing Xuehao resopló y sacudió la cabeza, compadeciéndose de cómo esas personas se dejaban influenciar tan fácilmente solo por unos cuantos platos deliciosos y una muestra de riqueza.

Un alboroto sonó fuera del aula y Jing Xuehao lo supo de inmediato. Debía ser Ren Zexi o Huang Zhihe, o ambos a la vez.

Era Ren Zexi. Aunque también se había unido a la salida de anoche, no tenía ni el cansancio ni la palidez que tenían los demás. Por el contrario, se veía mucho más alegre, sus ojos brillantes y deslumbrantes. Llevaba audífonos en los oídos y tarareaba suavemente al ritmo de la canción, asintiendo de vez en cuando a los saludos de los demás mientras se dirigía a su asiento.

—Vaya... —Guang Li suspiró a su lado—. ¿Cómo puede alguien brillar tanto? Literalmente está envuelto en un halo.

Jing Xuehao apartó la vista de Ren Zexi y murmuró:

—¿Has estudiado para el simulacro de examen de esta semana?

Guang Li parpadeó, sorprendido:

—Ah, no todavía.

Él resopló:

—Recuerda que las becas solo aplican para los tres primeros puestos. ¿Quieres abandonar la escuela si repruebas el examen? Ya tenemos a un joven maestro genio en nuestra clase. Ten cuidado si no quieres fallar.

—¡No! —Guang Li se agarró del cabello—. Copiando a Jing Xuehao, también sacó su cuaderno con un aspecto serio y solemne—. ¡Tengo que estar entre los tres primeros este intermedio!

Jing Xuehao asintió. Así es, debería haberse concentrado en su propio objetivo. Solo así podría golpearles —especialmente a Ren Zexi— en la cara. No había tiempo para preocuparse por el estatus. Dentro de la escuela, el más inteligente siempre ganaba.

Hablando de Ren Zexi —Guang Li se acercó más y susurró en los oídos de Jing Xuehao, para su molestia—. ¿Sabías lo que escuché anoche? ¡Él es el único heredero del Grupo Lu! Ya sabes, ¡ese enorme y prestigioso Grupo Lu!

—¿Qué?! —El tono de Jing Xuehao se elevó por la sorpresa—. Cubrió su cabeza con libros para esconderse de las miradas de otros estudiantes—. ¿Te refieres a ese Grupo Lu? —Casi se ahogó con su aliento.

¿Quién no conoce el Grupo Lu hoy en día? La gigantesca corporación dominaba casi el 70% de los proyectos del gobierno. Estaban involucrados en tecnología moderna y bienes raíces. No solo eran un gran inversor, sino que el Grupo Lu también tenía muchas empresas subsidiarias. En cada anuncio mostrado en la calle, siempre se podía ver el logo del Grupo Lu.

¿Y Ren Zexi era el Joven Maestro de esa corporación multimillonaria?

Jing Xuehao recordó que Grupo Lu era una empresa familiar. Sin aliento, exclamó:

—¡Pero Ren Zexi no es un Lu!

—Eso... no lo sé —Guang Li se rascó la cabeza—. No es oficial aún, pero al parecer, ya es un secreto a voces entre los estudiantes Especiales.

Jing Xuehao recuperó lentamente sus sentidos. Así que eso era… Por eso la gente se apresuraba a lamerle los zapatos, por eso incluso al Maestro Shu le gustaba mucho. Soltó una risa. Con el Grupo Lu detrás de él, ¿quién se atrevería a hacerle algo?

Este mundo era realmente injusto… una sensación de pérdida abrumó a Jing Xuehao.

—¡No! —Sacudió la cabeza—. ¡No debería pensar negativamente así! Ren Zexi solo era bueno debido al estatus de su familia mientras que él iba a escalar con su propio esfuerzo. ¡Jing Xuehao era seguramente mejor que él! Solo después de asegurarse una y otra vez logró calmarse.

De esta manera, Jing Xuehao realmente tenía el rasgo de un protagonista; era terco, competitivo, trabajador y no se desanimaba por los menores obstáculos. Al contrario, eso solo lo motivaba más.

Sin embargo, todavía no se había recuperado completamente del shock cuando llegó un nuevo mensaje en su teléfono. Esta vez no pudo contenerse más. Se levantó, ignorando los comentarios confusos de Guang Li y corrió al baño para hacer una llamada.

—¡Hermano Tang! —Gritó ansiosamente—. ¿Qué quieres decir con que la competencia podría cancelarse?!