—¿¡Quién... quién eres tú!? —¡los otros ascetas de túnica negra parecían sombríos, asombrados de que el doppelganger de proyección de la figura del señor Moody había sido asesinado instantáneamente!
—¿¡Quién... diablos eres tú!? —a diferencia de Luther y otros, estos ascetas de túnica negra se asombraron, pero no se asustaron como Luther y los demás.
Después de todo, a diferencia de la gente común, su formación y experiencia les habían enseñado a olvidar la vida y la muerte. Estos asesinos sabían que había muchas cosas en el mundo que iban más allá de su comprensión, por lo que consideraban este accidente inesperado como algo no sorprendente. Con esta mentalidad, nada podría ser una sorpresa.
El propósito de su existencia era en parte resolver estos problemas inesperados.
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