- En el lugar prohibido en la montaña trasera de la facción Nanhua -
Mientras miraba al maestro de la familia Feng que se alejaba, una enorme sombra fantasma apareció del vacío.
La mirada era codiciosa, cruel y sedienta de sangre; no era absolutamente una mirada humana.
—¿Está hecho?
—Está hecho —la voz de la mujer no tenía rastro de calor en ella— ¡Sin embargo, este viejo es codicioso! ¿Deberíamos…?
Un frío espíritu asesino brilló en sus ojos.
—No le hagas caso —la voz era tan sombría como si fuera del abismo del infierno—. Una vez que recupere mi libertad, todo y todos serán nuestros esclavos. No habrá división. En ese momento, él también será nuestro.
Una risa sombría sonó desde las profundidades de la oscuridad.
—¿Cómo está la situación en la facción Nanhua? —esa voz preguntó.
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