Nuevo Mundo, Nuevas Reglas [parte 1]

*Clac clac*

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En un espacio al aire libre, se despliega una pequeña aldea bajo el brillante sol de verano, con un bosque de tonos verdes claros que danza al ritmo del viento. La tranquilidad del lugar se ve interrumpida por el sonido de armas primitivas chocando entre sí. A simple vista, parecen forjadas de hierro, aunque su acabado es tosco, quizás por la falta de destreza del herrero o porque así lo dicta la tradición.

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*Clac clac*

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El sonido del choque de armas blancas resonaba en este ambiente que recordaba a una antigua película medieval. La gente del pueblo apenas les prestaba atención, señal de que estos enfrentamientos eran habituales en la zona.

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Grupos de personas blandían todo tipo de armas: espadas, lanzas, cuchillas, hachas. Participaban en un entrenamiento rudo pero serio, utilizando armas reales en combates simulados.

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"Ashborne."

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Un joven ordinario, manejando una espada común y vistiendo ropas simples de cuero y lana, no destacaba en nada. Pelo castaño, ojos marrones, estatura promedio, delgado y sin músculos, su rostro era el de alguien común.

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Podría haber sido un NPC de fondo en un juego o un extra en una película. Entrenaba junto a otros jóvenes y adultos, algunos sobresalían por su fuerza, habilidad o belleza, pero Ashborne parecía carecer de todas estas cualidades.

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"Ashborne, maldito enclenque, ¡presta atención!"

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Tras esas rudas palabras, Ashborne cayó ante el puño de su compañero de esgrima.

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"La próxima vez no será mi mano desnuda. No soy un maestro de la espada, pero no me subestimes."

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"... Disculpa... es solo que... no importa, sigamos"

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Ashborne se levantó, retomando su postura de guardia con la espada, aunque en su rostro persistía una expresión de incomodidad.

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La causa era un sujeto detrás de su compañero, un joven con vestimentas extrañas que contrastaban con las de los demás.

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Este misterioso joven, de unos veinte años, no destacaba físicamente, pero emanaba un aura peculiar. No era tanto su presencia lo que distraía a Ashborne, sino sus gestos y palabras, que solo él parecía notar.

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"Ánimo, Ashborne. Puedes hacerlo esta vez, solo presta más atención a los ojos de tu contrincante."

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El sujeto le ofreció palabras de aliento y un gesto de aprobación con el pulgar, acompañado de una sonrisa irónica.

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"Cállate!!"

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"Tu enclenque... que me dijiste?"

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Confundido, el compañero de esgrima de Ashborne se enfureció y, con un movimiento rápido, balanceó su hacha con todas sus fuerzas.

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Aunque Ashborne bloqueó el golpe, el impacto fue tan fuerte que lo dejó sin aliento y cayó al suelo, solo para recibir insultos de su rival antes de que este se marchara.

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"Será la próxima, no te desanimes, Ashborne."

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El sujeto extraño se acercó a Ashborne, dándole unas palabras de consuelo, aunque por alguna extraña razón no parecía que estuviera ayudándolo, era como si estuviera aburrido, repitiendo palabras sin emoción alguna, como si esta situación no fuera la primera vez que ocurría y era algo habitual o incluso se lo había anticipado desde un principio

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"Te dije que no me despistes mientras peleo."

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"Vamos, si te distraes por eso, estarás muerto en un combate real."

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"Eh... cállate..."

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Ashborne tratando de silenciarlo, pero antes de incluso terminar de hablar, su tono fue bajando en fuerza, ya sea por cansancio o porque sabia que tenía razón, no podía rebatirle el argumento

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"Entonces, ¿qué sugieres que haga, 'Dios'? Dímelo."

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"No tengo problema que me llames Dios, pero... ya te lo dije, el entrenamiento si es importante, pero los números son mejores en esta situación... después de todo, la unión hace la fuerza"

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"Si, si, si... ya escuche esa historia, unificar, la fuerza de la unión y todo eso... pero necesito fuerza primero"

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Ignorando las palabras, Ashborne tomo su espada y se dirigió rumbo a otra persona, para continuar entrenando.

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"Parece que mi primera elección es un sujeto persistente. Aunque suele ser una virtud, está siendo muy molesto."

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El sujeto extraño observó a Ashborne alejarse y continuar su entrenamiento con otros, como si no pudiera detenerlo o simplemente no le importara lo suficiente.

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[PV: Sujeto Extraño]

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Aunque ahora no sabría decir si soy un humano o no, puedo afirmar que no soy lo que una vez fui. Mis recuerdos de antes están borrosos; no recuerdo mi nombre ni cómo llegué aquí. Sin embargo, hace unos cinco años, era lo que llamarían un humano normal de la Tierra. Ahora, soy algo similar a lo que solía ser en el juego, pero con mi apariencia y ropas basadas en mis últimos recuerdos en la Tierra.

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(Me podría definir como un jugador, ya que cuento con varias habilidades del juego, aunque ahora el control no es como cuando era un juego).

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Han pasado 5 años desde que llegué y desde que me acerqué por primera vez al joven llamado Ashborne. Desde entonces, he experimentado aceptación y adaptación a mi nueva situación.

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Aunque ya no veo un monitor con múltiples opciones, en la actualidad puedo moverme en este entorno como solía hacerlo en el juego y utilizar las habilidades del jugador como si fueran mis propios poderes.

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Al principio, apenas noté estas habilidades; era como si siempre las hubiera tenido en primer lugar, estando al mismo nivel que respirar. Sin embargo, gracias a mis recuerdos y habilidades, supe que estaba dentro del juego.

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(He trascendido mi antigua humanidad, pero tampoco puedo decir que sea un dios. Me autodenomino un jugador).

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Soy un ser con conciencia humana y sigo experimentando emociones como la pereza, la gula y la lujuria, pero ahora también poseo cualidades más allá de lo humano.

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Pero incluso con mis habilidades, no puedo controlar a los seres vivos como si fueran NPCs; ahora, debo convencer más que dar órdenes arbitrarias y es por eso que me es difícil aceptar el titulo de dios.

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(Estoy muy tentado a descender con un cuerpo físico, solo para darte un golpe y que puedas entrar en razón… puedo hacerlo, pero no sería óptimo… sería un desperdicio).

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Teniendo una lucha interna entre mis deseos y mi lógica, concluyo que a largo plazo no me beneficiaría mucho y dejo esos pensamientos en el fondo de mi mente.

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Me envuelvo en un aura de sombras alrededor, seguido por unos leves rayos de sombras, lo que me hace desaparecer del lugar, solo para poder aparecer nuevamente cerca de Ashborne, quien está por iniciar otro duelo de entrenamiento.

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"5 años… Ufff… A veces extraño el avance del tiempo, como cuando esto era un juego…"