Sin embargo, su rostro era de comprensión.
—Mubai debió haberlo hecho por Lin Lin. La próxima vez, tienes que pensar en ti mismo y en el resto de nosotros. Dios no lo permita, si algo te llegara a pasar, ¿qué haríamos nosotros?
Las lágrimas llegaron en el momento preciso. Ella hizo el papel de una preocupada prometida a la perfección.
La señora Xi rápidamente fue a consolarla. Regañó a Mubai muy sutilmente: —Por supuesto, debemos ayudar a los demás siempre que podamos, pero, Mubai, debes aprender a examinar la situación. Esta vez tuviste suerte de escapar con solo una pequeña herida. Pero no solo eres responsable por ti mismo, te vas a casar con Tianxin pronto. ¿Qué sería de la pobre chica si algo malo te pasara?
—Tía, está bien. No debemos culpar a Mubai.
Tianxin intervino amablemente y de forma compresiva.
—Después de todo, él estaba haciendo algo bueno.
—Aun así, él debería cuidarse a sí mismo antes de cuidar a alguien más...
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