Sin embargo, Sam tenía miedo de que tardaran demasiado en diseñar esto, por lo que pasó todos los días viviendo en el mundo virtual mientras aún tenía la oportunidad. Xinghe no se sorprendió por este acontecimiento. Sam era un aficionado a los videojuegos, así que ella esperaba algo así.
Sin embargo, Sam se volvió bastante adicto, se saltaba el sueño sólo para sumergirse en el mundo virtual. Sam era alguien con un gran autocontrol, ya que incluso él había caído en la adicción, entonces el mundo probablemente terminaría con más gente adicta a este dispositivo si llevaban esta tecnología a casa con ellos.
Xinghe le dijo a Mubai:
—Debemos discutir esto con Shi Jian. Tal vez retrasar el progreso de la investigación en este dispositivo de realidad virtual cuando regresen a la Tierra.
Mubai no tenía problemas con eso. Él dijo con una sonrisa de satisfacción:
—Tu preocupación no es infundada. Sin embargo, un día, esta tecnología aún saldrá a la superficie.
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