—¡Cuñada! —Cheng Che se asomó desde el segundo piso y les hizo señas.
Song Ning miró hacia arriba. Ya que tenía las manos llenas, no pudo devolverle el saludo. En lugar de eso, gritó:
—Traje comida.
Cheng Che inmediatamente entró y bajó las escaleras como un torbellino mientras gritaba:
—¡Hermano Chen, la cuñada está aquí!
Cuando Cheng Che llegó al primer piso, descubrió que Mu Chen ya había tomado las bolsas de Song Ning, mientras Song Ning se masajeaba las manos adoloridas.
Jiahui frunció el ceño mientras estaba de pie al lado con una expresión de resentimiento y dijo:
—Oye, ¿no son ambos demasiado crueles para torturar los ojos de los solteros como yo?
Cheng Che rápidamente avanzó y tomó las bolsas de las manos de Jiahui mientras decía:
—Por favor, comprende. No pueden evitarlo. Mi hermano desearía convertirse en un collar alrededor del cuello de la cuñada para estar con ella todo el tiempo.
Jiahui sacudió las manos y asintió en acuerdo:
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