Chen Xuan suspiró impotente y tuvo que levantarse para abrir la puerta.
Afuera, una mujer hermosa estaba parada allí.
Vestía una camiseta ajustada blanca en la parte de arriba, y unos jeans celestes en la parte de abajo.
Su cintura era extremadamente delgada, lo que resaltaba aún más elegantemente las curvas de su busto y caderas.
Un cabello largo color castaño, como una cascada fluyente, caía sobre sus hombros.
En su delicado y bonito rostro, había un atisbo de sonrisa encantadora, y sus ojos jugueteaban evaluando a Chen Xuan de pies a cabeza.
—¿Qué estabas haciendo justo ahora? No estabas haciendo algo travieso, ¿verdad? Después de todo, ustedes los hombres solteros usualmente tienen algunas... aficiones especiales...
Las palabras de la mujer estaban llenas de burla y tenían un sabor encantador.
Al escuchar las palabras de esta mujer, Chen Xuan se quedó instantáneamente sin palabras.
La mujer frente a él se llamaba Wu Pinxue, y era la casera de Chen Xuan.
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