Allan Barry tragó saliva al escuchar su nombre ser llamado. La tensión se acumuló en su pecho mientras se posicionaba a la entrada del circuito. Sus ojos escanearon cada obstáculo, y su respiración se aceleró al asentarse la realidad del desafío inminente.
Los espectadores contuvieron el aliento, ansiosos por ver cómo el joven arquero manejaría la presión.
Allan venía del Campus de Georgia y era conocido por sus habilidades de tiro, pero este nuevo circuito pondría a prueba cada aspecto de su destreza.
Un pitido señaló el comienzo del desafío, y Allan empezó el circuito con concentración. Aunque lento para correr, definitivamente sabía disparar bien y era muy preciso, pero el problema era que en este desafío era la agilidad lo que lo diferenciaría de los buenos arqueros de los demás competidores.
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