El huevo tenía el tamaño de un puño y era de color gris apagado. El cascarón tenía tallados que parecían simples pero profundos al mismo tiempo.
Zhao Feng sostuvo el huevo gris y sintió que era una piedra sin vida. Sin embargo, si se calmaba y lo miraba con el ojo izquierdo, era como si tuviera un corazón palpitante.
Después de inspeccionarlo por un tiempo, Zhao Feng aun no tenía ninguna pista.
Primero vertió un poco de su Fuerza Verdadera, pero no hubo respuesta. Zhao Feng se dio cuenta de que el cascarón del huevo tenía una fuerte resistencia contra la Fuerza Verdadera.
De repente recordó que, en algunos registros antiguos, se decía que se podía usar sangre para firmar un pacto.
Sin embargo, esto era solo un rumor: Zhao Feng no sabía cómo hacerlo.
Hizo una pequeña pausa. Luego, se mordió el dedo y roció unas gotas de su sangre sobre el cascarón.
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