Al ver el rostro entusiasta de Alejandra comencé a leer la carta.
- A petición de mi tercera hija Alejandra Von Diamond. Yo el rey del reino de Dimond y padre, Magna Von Diamond, comprometo a mi hija con el marqués Merlín Von Diluc. La ceremonia será llevada a cabo en el territorio del marqués en 2 años. Mientras tanto haz crecer el territorio. Si no está a la altura el compromiso será cancelado.
El silencio inundó la sala nuevamente. Durante este tiempo Alejandra ya no sentía repulsión por Merlín. Los ciudadanos de esta ciudad estaban mejorando y las nuevas políticas que implementó Merlín para la protección del territorio fueron una contramedida perfecta para los ataques recientes de bandidos.
El número de soldados aumento y las tres chicas que rescató se unieron a los caballeros y junto a Lena se convirtieron en la escolta temporal de Alejandra.
Alejandra no sabía cómo sentirse en este momento. Siendo sinceros ella pensaba que sería usada como moneda de cambio para establecer una relación amistosa con otros países cercanos. Nunca esperó que su padre le fuera a dar el permiso para comprometerse tan fácilmente.
¿En qué demonios estaba pensando su padre?
- Bueno parece que el asunto está resuelto. A partir de hoy eres mi prometida.
Sin decir ninguna palabra Merlín planeaba irse. Sin embargo, Alejandra le agarró la camisa.
- ¿Pasa algo?
Sin voltearse Merlín preguntó. Ante su respuesta fría Alejandra no tuvo otra opción que ser directa.
- No se te olvida algo ahora que soy tu prometida.
Merlín lo pensó por un momento y se volteó. Al ver su rostro Alejandra se sonrojó por completo. Por alguna razón solo ahora notó el encanto de Merlín. Su rostro la hizo olvidarse por completo de todo y sus labios se fruncieron esperando un beso.
Sabiendo lo que quería Merlín decidió bromear con ella.
- Olvidé mi espada.
Luego salió de la habitación.
- ¡Merlín Von Diluc eres un idiota!
Sin molestarse Merlín volvió a realizar las tuberías y bomba de agua. Hacer los accesorios de los baños también eran importantes por lo que no se descuidó en los detalles.
Una semana pasó en un abrir y cerrar de ojos. Merlín instaló las duchas e inodoros en varios puntos de la casa creando así los primeros baños de este mundo.
También elaboró un contrato con el dios del comercio y la diosa de los contratos para monopolizar los derechos de las tuberías, bomba de agua y accesorios de baño. Esto era común para todos los artesanos y herreros que estaban en los negocios con los comerciantes. A estos contratos se les dio el nombre de patentes y le daban derechos de fabricación únicamente al fabricante de esta tecnología que fue Merlín. Nadie podía recrearlos sin su consentimiento. Incluso el rey tiene que pedirle permiso a Merlín si no quiere sufrir de una maldición por parte de los dioses.
Alejandra, Camila, Doménica y Olivia quedaron encantadas con las duchas, lavamanos e inodoros. Como princesa y comerciantes Alejandra le pidió a Merlín que los fabricara en masa y que ella se encargaría de la distribución. Cosa que Merlín rechazó. Esto lo hizo únicamente por que le gustaba tomar una ducha en su vida anterior y se moría de ganas de tomar una.
Hoy era la última noche que Alejandra permanecería en el territorio. Durante la semana Merlín la esquivó como si fuera una peste evitando darle lo que ella quería. Esto junto a las indicaciones indirectas de Merlín hizo que Alejandra fuera perdiendo la cabeza poco a poco.
- La tasa de corrupción ha alcanzado el 100%
Su mente erosionada solo podía pensar en el cuerpo de Merlín desnudo provocando que empezara a tocarse todas las noches mientras pensaba en él. Sin embargo, hoy ya no pudo aguantar más. Este era su última noche en esta ciudad.
Tomando una decisión caminó por su cuenta hasta ponerse frente a la puerta de Merlín.
- ¡Ah! ¡MMMMM! ¡Ah! ¡Yo! ¡Ah! ¡Mi mente! ¡Ah! ¡Me voy a romperrrrrrrrrr! ~
Los gemidos de las criadas de Merlín eran audibles por todo el pasillo. Este fue uno de los detonantes para que ella se sintiera así. Tenía a su prometida la tercera princesa del reino y prefería divertirse con sus criadas. ¿Acaso era menos bonita que ellas?
- ¡HMPH!
Con un resoplido abrió la puerta y vio la cama. En ella las tres sirvientas lucían exhaustas. De entre sus muslos un líquido blanquecino manchaba las sábanas.
El rostro de Alejandra había cambiado completamente mostrando su ira. Queriendo mostrar su dominio dijo.
- ¡Salgan!
Las tres mujeres se miraron solo para dirigir sus líneas de visión al atónito Merlín que no sabía que le pasó a Alejandra.
Sin querer permanecer en el fuego cruzado las tres se levantaron aun con sus piernas temblorosas. Las tres sabían sobre el compromiso entre la princesa y Merlín. La noticia se había extendido por todo el reino y ahora era la sensación de todo el territorio.
- ¡Salgan de la habitación de mi prometido!
Viendo que eran lentas Alejandra volvió a exclamar. Esta vez lagrimas rodaban por sus mejillas. Cuando las tres se fueron el eco producido por la puerta fue lo único que permaneció en la habitación.