Durante los siguientes meses, el nombre de Ye Mingyu ni siquiera cruzó por la mente de Su Xiaofei ya que estaba ocupada con el trabajo y una serie de reuniones. A Lu Qingfeng tampoco le iba mejor porque ahora que su abuelo se había retirado de su masivo imperio empresarial y le había otorgado la autoridad a él, el trabajo se amontonaba a diario.
Era bueno que su madre, Yun Qingrong, y el abuelo de él ofrecieran ocasionalmente una mano para ayudarles a cuidar a sus gemelos mientras la pareja estaba ocupada en el trabajo. Su Xiaofei estaba contenta de que su madre se estuviera recuperando bien y no hubiera señales de recaída del cáncer. Yun Qingrong se había retirado oficialmente, dejando la administración completamente a su hija.
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