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Re: zero arco 3, 4, 5.

Pueden seguir aquí después del cp25 Luego subiré el Arco 1 y Arco 2. A partir del CP 329 comienza el arco 5.

delta_zero_1153 · Fantasia
Classificações insuficientes
503 Chs

Porque Tengo Fe. Parte 2

Sin embargo, en lo profundo de sus ojos podía verse un atisbo de emoción. Y eso era, expectación y confianza en Subaru, quien la miraba.

Por lo que, con tal de darle peso a esos sentimientos, Subaru preguntó.

 _Subaru: Emilia.

 _Emilia: ¿Sí?

 _Subaru: —¿Podrías tener fe en mí y dejar que me encargue completamente de esto?

 _Emilia: Sí.

Ante esa pregunta, su respuesta llegó al instante y sin dudar.

Emilia se llevó una mano al pecho y, por primera vez desde que volvió a la batalla, mostró una sonrisa.

 _Emilia: Sé que puedes lograrlo, Subaru. Creo en ti.

Ahh, rayos; qué horrible es esto.

Una chica que le gustaba estaba creyendo en él con una imperturbable confianza. El fracaso era inadmisible.

Ya sea cerrando muy fuerte sus puños o apretando muy fuerte los dientes, fracasar no estaba permitido.

Subaru inhaló profundamente y exhaló con calma.

Entonces, volteó su mirada hacia Regulus, quien los observaba en silencio. Él no había interrumpido la conversación, simplemente esperaba con los brazos cruzados, calmado.

 _Subaru: ¿No estás demasiado relajado?

 _Regulus: ¿No estoy siempre relajado?

Todo rastro de fracaso o similar había desaparecido.

Regulus había revelado todo su arsenal y deseaba que todo eso desapareciera junto a Subaru. La verdad era que la autoridad de Regulus —Corazón de León— era perfecta. Luego de descubrir sus puntos claves, la victoria aún era casi inalcanzable.

Sin embargo, precisamente porque estaba convencido de su inalterable victoria, se dedicó únicamente a observar a Subaru desesperarse y sufrir sin intervenir.

No tenía idea de lo que pasaría. Aunque Subaru tampoco.

 _Subaru: …

Si Beatrice estuviera presente, quizás hubieran podido averiguar otro método. Si esa chica lista estuviera a su lado, habrían encontrado una manera menos arriesgada de ganar.

En lo profundo de su pecho yacía la conexión con la chica que era su compañera. Sin duda, luego de que todo esto terminara, tendría asegurado un buen regaño de su parte; debía ser regañado.

Así que, ahora que ella no estaba, recordó todas las veces en que estuvo solo, los recuerdos en su interior— ciertamente eran recuerdos que no traían felicidad, despertando en él un terror que alguna vez sintió.

 _Emilia: Subaru.

 _Subaru: …

 _Emilia: Hagámoslo.

El llamado de Emilia se convirtió en fuerza, la fuerza necesaria para decidir.

Subaru se sujetó el pecho con fuerza, despertando algo que le costaba mucho considerar suyo, enfocando toda su concentración en el remolino donde esta caótica fuerza giraba, y liberándola—

Con tal de que el asesino que había insultado al lunático entendiera lo que estaba a punto de ocurrir, sólo por esta vez.

Ese poder, heredado de ese abominable lunático.

 _Subaru: ¡¡Manifiéstate… Providencia IMBISIBLE!!

※ ※ ※ ※ ※

—Providencia invisible. O más bien, Mano Oculta.

Subaru definió este poder que recorría su cuerpo como "el poder de una Bruja, otorgado por un Gen de Bruja". Echidna le dijo en el Castillo de Sueños que había obtenido ese Gen de Bruja desde que mató a Petelgeuse——en cuanto a sus desventajas, aún las desconocía. No obstante, estaba claro que, lo que este poder invisible le había dado a Subaru, era exactamente eso.

Por lo que, hasta ahora, Subaru nunca había tenido la intención de usar el Gen de Bruja como una fuente de poder propia.

Que este poder se pareciera al de ese chiflado se debía a que esa era la inherente naturaleza del Gen de la Pereza.

La posibilidad de que Petelgeuse siguiera habitando en su interior era algo que ni siquiera quería considerar.

—Pero, si así fuera, entonces ¿qué era este sentimiento?

Estruendoso, emocionante, apoyándolo desde su interior.

Anhelando ser manifestado. Anhelando volver a utilizar su poder. Anhelando cumplir sus propósitos y deseos. Y entonces, no hubo nada más que un inexpresable e incomprensible deleite.

La manifestación de ese poder vino acompañada de euforia, gozo, y también una sensación de gratitud.

Sin embargo, esta inexplicable ola de emociones no era el único problema que Subaru tenía que resolver.

 _Regulus: ¿¡Eh!?

Acompañando la ruidosa declaración de Subaru, Regulus gritó anonadado.

No debía ser capaz de verla. Después de todo, se trataba de un poder invisible.

Esta perniciosa mano era la herramienta perfecta para asesinatos y masacres debido a su naturaleza invisible—— habiendo sido insultado por Regulus, considerado un poder insignificante y despreciable, pues esta vez se trataba de algo todavía más débil y mísero que eso.

Sólo era una en número, alcance extremadamente reducido y demasiados factores desconocidos.

Como pieza clave para superar esta situación, se trataba de una herramienta con una fiabilidad increíblemente ínfima.

 _Subaru: …

El primer paso, invocar la mano, se había cumplido. A partir de aquí era donde tomarían lugar los desconocidos segundo y tercer paso, lo cual sería lo último.

Con su propia consciencia, Subaru ordenó a las puntas de los dedos entrar en acción, vertiendo todas sus esperanzas en una misteriosa mano aparentemente envuelta en sombras.

 _Subaru: ¡Emilia!

Una vez más, trató de confirmar si ella estaba o no preparada. Pidiéndole que estuviera lista con todas sus fuerzas.

Seguido de ese llamado, Emilia cerró los ojos, asintiendo como si ya entendiera lo que estaba a punto de suceder.

 _Emilia: Ahh. —Así que aquí estabas, Geuse.

Los ojos de Emilia se llenaron de calidez y entendimiento mientras extendía sus brazos.

Preparándose repetidamente para la acción de Subaru, como si ya supiera lo que pasaría, redujo la distancia hacia su corazón. Subaru no dudó en aproximar la mano hasta su pecho.

 " … "

La imperceptible mano había llegado hasta el centro del pecho de Emilia. Y mientras las puntas de los dedos atravesaban su blanca piel sin resistencia alguna, los hombros de Emilia saltaron de sorpresa, como si hubiera sentido algo.

Sin embargo, la mano no se detendría. Atravesando el esternón, luego los pulmones, hasta finalmente llegar al pulsante núcleo.

—La mano de sombras había alcanzado el corazón de Emilia.

El segundo paso se había cumplido.

Cuando el tabú se detonaba, la mano de la bruja atravesaba el cuerpo de Subaru y sólo le hacía daño al corazón. Ésta era una aplicación de ese principio. La Mano Oculta y las manos de la bruja aparentemente compartían esa propiedad, y en eso se basaba esta apuesta.

Y aunque la apuesta estaba saliendo bien hasta ahora, el verdadero problema se hallaba justo después. No había precedente para lo que estaba a punto de hacer.

Si se tratara simplemente de destruir el corazón de Emilia, eso podría lograrlo en un instante. Pero sería una tontería. No era para eso para lo que se usaría este poder.

Entonces ¿para qué era este poder? —En este momento, se usaría para salvar.

 " … "

¿De verdad era posible?

Subaru se cuestionó eso, inmerso en un profundo mar de confusión, y respiró profundo.

¿La Mano Oculta realmente podría convertirse en una mano capaz de salvar a otros? ¿Cuántas vidas ha robado este poder a manos del chiflado llamado Petelgeuse Romanée-Conti?

Aunque claramente depende de qué uso se le dé a un poder, en muchas ocasiones los poderes tienen capacidades limitadas. ¿Es la Mano Oculta la clase de poder que no puede hacer más que destruir?

Que este poder fuera concebido para salvar vidas… cuesta de creer.

 _Emilia: Subaru.

Vacilando y dudando en el momento clave, la voz de Emilia, que no tenía que estar escuchando, lo alcanzó.

 _Emilia: Todo irá bien. —Porque tengo fe. En ambos.

¿De quién y a quién está hablando?

Emilia había puesto su fe en Subaru y en una persona que no conocía.

Pero sin duda, lo aceptaría y creería.

—Esta mano nunca, jamás le hará daño a Emilia.

 _Subaru: ¡Haaaa! ¡Adelante, mi tercera mano!

En su corazón, las irresolubles dudas que tenía sobre este poder se habían disipado.

El cómo se había originado este poder ya no importaba. Ahora mismo, estaba en manos de Subaru, y él no tenía intención de lastimar a Emilia, ni tampoco lo que sea que hubiere dentro de este poder.

Dentro del pecho de Emilia, la mano de sombras comenzó a cerrarse.

Las puntas de los dedos que tocaban el corazón podían sentir sus latidos, la respiración de Emilia se sobresaltó por un momento al sentir el delicado agarre en la superficie de su corazón. Pero más que dolor, se sentía como una ligera picazón.

En el interior de Emilia, superpuesto en su rojo corazón, la mano de sombras pudo percibir entre sus dedos otro corazón.