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Re: zero arco 3, 4, 5.

Pueden seguir aquí después del cp25 Luego subiré el Arco 1 y Arco 2. A partir del CP 329 comienza el arco 5.

delta_zero_1153 · Fantasia
Classificações insuficientes
503 Chs

El Dios de la Batalla y El Contrincante.

Las leyendas del Dios de la Batalla —Kurgan— eran ampliamente conocidas en el Imperio de Vollachia.

En dicho imperio, siempre y cuando uno tuviera la habilidad, las circunstancias de su nacimiento no importaban.

A diferencia de Lugnica, donde los demihumanos siguen siendo discriminados, y el Reino Sagrado de Gusteko, que no admitía extranjeros, Vollachia asumía un sistema que no consideraba la sangre o apariencia de los individuos, de un modo similar al sistema de Kararagi.

Por lo tanto, entre los cuatro países más grandes, Vollachia era considerado como el mejor país para que un humano, que no sea de sangre pura, viva.

Pero, por otro lado, la dura meritocracia del más apto implicaba que habría severas represiones y opresiones contra aquellos carentes de poder o sabiduría. Por supuesto, las evaluaciones personales y evaluaciones raciales serían diferentes.

En particular, el Clan de Múltiples Brazos, era una raza que ha deambulado por muchos años, como una raza nómada, la cual nunca se ha quedado en una misma tierra durante muchos años. La apariencia de este clan era como su nombre indicaba, y su adaptabilidad para usar magia como demihumanos era excepcionalmente baja. En términos de raza, no podía considerarse otra cosa más que inferior.

El número total de individuos del clan no era grande. Si alguna vez una disputa se desencadenara, preferirían migrar y reubicarse antes que pelear por proteger su tierra.

Era inevitable que semejante raza, echada de tantos lugares, viniera a Vollachia, donde hubiera sido natural que fueran tragados por el imperio de sangre de hierro y se enfrentaran al declive.

— En este mundo meritocrático, un hombre de nombre Kurgan gritó "No".

A pesar de que las características del Clan de Múltiples Brazos era tener más de los dos brazos que los humanos tenían, ese número variaba de persona a persona. La mayoría tenía cuatro o cinco brazos, y por eso Kurgan era considerado peculiar al tener ocho.

Cuando el señor feudal local reclamó la tierra, el joven Kurgan se rehusó y agitó sus ocho brazos para mandar al mensajero de vuelta. Entonces, alentando a sus temblorosos hermanos, derrotaron al ejército privado del señor feudal, una y otra vez, y luego atacó la mansión de dicho señor feudal.

Aunque el barbárico ataque había asustado al señor feudal, Kurgan no ofreció una solución violenta.

Dijo que su gente y él habían demostrado el poder del clan, y aceptó un puesto en el ejército privado del señor feudal. Tras eso, a través de múltiples batallas, el nombre de Kurgan de los "Ocho Brazos" pasó a ser una leyenda en el Imperio de Vollachia.

 _Garfiel: …

Su cuerpo entero estaba sumergido en agua fría, y aún podía divisar la ondulante luna a través del agua sobre su cabeza.

El hueso que solía soportar su ojo derecho estaba roto, y el glóbulo ocular dentro de la cuenca parecía estar a punto de salirse tras su parpado cerrado. Inmediatamente, usó su mano izquierda para ayudar al tratamiento mágico y efectuar una curación mínima.

Su ojo izquierdo miró alrededor, contemplando el fluyente sedimento rojo a lo largo del agua, su cuerpo arqueándose hacia atrás y hacia arriba, hasta que finalmente alcanzó el fondo del canal de agua.

 _Garfiel: …

Obviamente, él yacía tendido y sumergido en el agua, pero no podía sentir nada de la gélida frialdad de ésta.

Liberado de la pesada carga de la gravedad, lentamente puso fuerza en sus brazos y piernas, en este mundo carente de peso.

Ojalá liberar el yugo del corazón fuera tan simple como remover el yugo del cuerpo.

En este momento, su corazón estaba sumergido en la oscuridad.

O simplemente podría seguir hundiéndome así —un pensamiento que no estaba ausente de su corazón. Sin embargo, el respirar se iba haciendo cada vez más doloroso, y pronto no sería capaz de ver nada en la oscuridad.

La chica de pelo rosa, la chica gato de pelaje anaranjado y el chico de pelo negro emergieron y encendieron su anegado corazón.

Quizá era una flama que desaparecería inmediatamente. Antes, ese había sido precisamente el caso, incluso la fachada de pretender ser valiente había sido completamente destruida, lo cual lo demostraba. Aun así, sin importar qué—

—Esa no es 'xcusa para 'star aquí sumergido por siempre.

 _Garfiel: ¡Fwah!

Estirándose para enderezar su espalda y pateando fuertemente el fondo del canal de agua, se impulsó hacia arriba. Cuando su cabeza emergió del agua, Garfiel la agitó con fuerzas.

La visión de su ojo derecho aún estaba obstruida, y los persistentes golpes habían generado un incesante y persistente zumbido en su cabeza. Las náuseas, como la sangre que fluía, permanecían por todo el cuerpo, y la incomodidad de los dientes que le faltaban afectaba la sensación de su boca.

 _Garfiel: Maldita sea…

Agarrando el borde del canal de agua para impulsarse a sí mismo arriba, como una bestia salvaje, sacudiendo todo su cuerpo para secarse, Garfiel echó un vistazo a su alrededor.

Previamente, Garfiel había sido arrojado al canal de agua.

Nada había cambiado, el Dios de la Batalla seguía manteniéndose en su lugar.

La posición de la desenvainada Cuchilla Demoníaca era la misma, y su espíritu de lucha tampoco había variado ni un ápice; quedando claro que el ataque de Garfiel había fracasado.

 _Kurgan: …

Mirando al silencioso Dios de la Batalla, Garfiel comenzó a pensar.

Después de todo, la necesidad de que Garfiel peleara aquí contra Kurgan era, de hecho, escasa. El papel que Garfiel esperaba cumplir era detener el ataque sorpresa que probablemente Lujuria iba a ejecutar sobre el Ayuntamiento. Aunque se enfrentara a Kurgan aquí, no estaría salvando el Ayuntamiento, donde ahora sólo debería haber no combatientes.

A simple vista, todo le indicaba a Garfiel que había que evitar pelear contra Kurgan aquí.

 _Garfiel: Pero… él no me dejaría 'scapar.

Un cuerpo tan grande que cualquiera tendría que mirar hacia arriba para verlo completamente, y una abrumadora masa muscular. Aunque no lucía muy ágil, si tratara de huir, no podía imaginarse siendo capaz de escapar del alcance de esas espadas.

Desde el primer instante que este Dios de la Batalla apareció frente a él, Garfiel se vio incapaz de escapar.

Ahora, sólo había dos opciones que Garfiel podía tomar: pelear y morir, o morir sin pelear.

 _Garfiel: Idiota… ¡No es el momento de pensar en eso!

Cuando esos pensamientos pesimistas pasaron por su cabeza, Garfiel rechinó los dientes para alejarlos. Los colmillos que habían sido urgentemente regenerados tras perderlos, estaban teñidos con dolor, pero ese dolor hizo retroceder esos pensamientos negativos.

Cualquier sentimiento de pérdida inminente, del presagio de la derrota, sería aplastado.

Las palabras de autosatisfacción para justificar su derrota eran innecesarias.

— ¡Gana, gana, gana, gana, gana, gana!

¡Gana, demuestra tu propia valía!

 _Garfiel: ¡UUUUAAAAAAAAHHH!

Rugiendo vigorosamente, desprendiéndose de cualquier debilidad, Garfiel una vez más corrió hacia delante. En el asalto anterior, el golpe en el cual había puesto toda su fuerza había sido bloqueado.

Sin embargo, si su peso no era suficiente, podía usar la velocidad para enfrentarlo.

Usando garras, usando dientes, abriendo, desgarrando, mordiendo, despedazando.

 _Kurgan: …

El silencioso Dios de la Batalla recibió al apresurado Garfiel.

Un golpe de una Cuchilla Demoníaca venía desde su hombro.

La penetración era baja para llamarlo corte, pero era demasiado afilado para ser un golpe. Esta combinación de juego de espadas y fuerza que aplastaba a sus oponentes solamente pertenecía a Kurgan.

La repentina hoja de la Cuchilla Demoníaca que se aproximaba, pasó sobre la nuca de Garfiel, mientras éste se inclinaba hacia delante. Tras ese esquive por tan poco margen, los pensamientos de Garfiel corrieron a toda velocidad.

Garfiel debería ser capaz de escapar con un amplio margen ante un sólo un ataque. La velocidad de su pequeño y ágil cuerpo era muy diferente a la velocidad de ese enorme cuerpo con sus igualmente enormes brazos y armas.

Tras evadir el enorme ataque de Kurgan, atacarlo con una patada para despedazarlo con sus garras sería muy fácil. O más bien, debería haberlo sido.

 _Garfiel: —Guu.

Sin embargo, Garfiel se vio forzado a esquivar, pese a su ferviente deseo de asestar un golpe. Uno de los brazos laterales gigantes de Kurgan barrió hacia arriba, amenazando con mandarlo a volar si golpeaba su barbilla.

Esto fue tan inesperado ——no, el sentido del equilibrio era simplemente diferente.

Kurgan, nacido en el Clan de Múltiples Brazos, había movido y entrenado sus ocho brazos incesantemente para encontrar un estilo que se ajustara a su cuerpo.

Terroríficas técnicas bruñidas de su carne, las cuales eran completamente diferentes de lo que Garfiel entendía acerca de ejercitar cuatro extremidades.

Justo después de su ataque, el sentido común indicaba que su cuerpo quedaría expuesto, y las aperturas serían reveladas.

Si una mano estaba siendo usada únicamente para defensa, entonces el espacio restante podría ser usado para apuntar al punto ciego del oponente.

Pero, aunque pudiera bloquear el golpe mortal de un brazo, aún tendría que lidiar con los siete restantes.

Si no podía manejar todo eso, sólo le esperaba un único final de muerte.

 _Garfiel: ¡Ngh, ¡gaaaah!!

En frente del tembloroso Garfiel, los brazos del Dios de la Batalla parecían ser suficientes como para agitar al mundo.

Las rugientes Cuchillas Demoníacas atacaron desde todas direcciones, aplastando el cuerpo de su oponente con una fuerza violenta.

—Bloqueando un golpe con su escudo.

—Inclinándose para esquivar otro.

—Lanzándose hacia atrás para reducir el impacto del siguiente.

—Girando para evadir otro.

—Desviando uno con toda la fuerza de su cuerpo.

—Dejando al siguiente destruir su hombro para evitar una herida fatal.

—Desviando uno con su brazo convertido en bestia.

—Recibiendo un golpe que lo hizo caer sobre el adoquinado.

 _Garfiel: Uwa, huu.

——Ocho brazos.

Justo ahora, Garfiel se había lanzado totalmente contra Kurgan, y sólo había sobrevivido a duras penas el contraataque que siguió.

Semejante ataque tenía la mortalidad de una tormenta; y, aun así, para Kurgan, simplemente estaba agitando por sólo una vez cada uno de sus brazos.

Si esto era lo que significaba ser un Dios de la Batalla, si la pelea continuaba, Garfiel sería aniquilado tarde o temprano. Ahora, colapsado en el suelo, el ensangrentado Garfiel seguía respirando sólo porque el aún parado Dios de la Batalla no tenía intención de perseguirlo.