En este inusual momento, Regulus podía conseguir una aceleración que podría sorprender incluso a Reinhard… pero esa sorpresa se debía a que él no entendía cómo funcionaba su autoridad.
_Subaru: ¡Fuuu!
Acelerando con su pie derecho, sin dudarlo su cuerpo voló hacia la izquierda. El objetivo de Regulus era estrellarse contra Subaru, pero estaba limitado a sólo volar en línea recta.
En resumen, la momentánea habilidad superhumana de Regulus fue el resultado de aplicar la estasis a su propio cuerpo. El tiempo de su cuerpo había sido separado del mundo, por lo que no sería afectado; éste era el poder de aquel hombre. Si él atacara de esta manera, ya sea la gravedad, la resistencia al aire o la inercia, ninguna le afectaría.
No siempre estaba bajo este efecto, lo que significaba que debía de haber restricciones—
_Regulus: ¡—HK, MALDITOOOO!
_Subaru: ¡El que debería estar gritando eso soy yo! Tengo que encontrar una manera de contactar con Emilia.
La ubicación del corazón de Regulus era algo que absolutamente necesitaba ser comunicado.
Notificarlo y tomar decisiones. Había un método para—
Necesitamos a Emilia para salvar la ciudad.
_Subaru: Emili—
En contraste con Regulus, quien acumulaba impulso, Subaru miró hacia la catedral donde Emilia debería estar.
En medio de la calle devastada, una que no podía ser cruzada tras los estragos de Regulus, había una catedral medio destruida.
—Y justo entonces, ese lugar fue envuelto por un brillo azul y blanco.
*****
Los corazones de las esposas eran uno con el de Regulus.
Las conclusiones de Emilia habían causado temblores en todas las esposas que la escucharon.
La más afectada fue Sylphy, ya que ella era la que compartía el corazón de Regulus.
_Sylphy: ¿Mi… corazón y…?
Cuando la mano de Emilia retrocedió, el rostro de Sylphy se paralizó mientras retrocedía paso a paso. La mujer que estaba detrás de ella colocó su mano en la espalda de Sylphy, preocupada.
_Sylphy: ¡No me toquen!
Tras un momento, Sylphy habló reflexivamente mientras agitaba un brazo. Como si quisiera mantener a las demás esposas alejadas de ella, manteniendo esta postura miró a Emilia.
_Sylphy: ¿Segura que no es un error?
_Emilia: Los espíritus menores dicen que es anormal. Yo también puedo sentir una ligera sensación de superposición en el sonido del latido de tu corazón.
_Sylphy: …
Sylphy se llevó una mano al pecho y cerró los ojos como si quisiera confirmar lo que Emilia acababa de decir. La velocidad, la fuerza y el intervalo de su latido resonaban en su garganta, suspiró profundamente.
_Sylphy: Así que era eso. ¡¿Hasta qué punto ese hombre quiere pisotear las almas de los demás?!
_Emilia: ¡Espera un momento, ¿qué haces?!
Con una sonrisa increíblemente forzada, Sylphy caminó hacia el fondo de la catedral medio destruida por el ataque de Reinhard. En una esquina había esparcidos trozos del tragaluz hecho de un cristal exquisitamente tallado.
Sylphy tomó un trozo de cristal y se giró para mirar a Emilia.
_Sylphy: Lo entiendes ¿no? Los planes de ese hombre… Dando unilateralmente a otras personas su debilidad… y luego forzándoles también a tomar decisiones.
_Emilia: ¿Decisiones? …No me digas que…
_Sylphy: Detener mi corazón es la única manera de detener el corazón de ese hombre. Tal como él dice, "hasta que la muerte nos separe"; ¿no es éste el caso?
Mientras jugaba con el cristal, Sylphy habló con voz ligera. Emilia entendió a lo que se estaba refiriendo al mismo tiempo que captó el mensaje implícito. La decisión de Sylphy y la malicia de Regulus.
_Emilia: ¡Espera, no lo hagas! Tiene que haber algo, alguna otra manera…
_Sylphy: ¿De verdad crees que existe una manera conveniente? Con nuestros corazones unidos, detener el corazón de ese hombre sin detener el mío no puede ser posible, y—
_Emilia: ¡No te rindas tan fácilmente! Si permitiera algo como esto, ¡¿de qué hubiera servido… para qué salí de ese bosque?!
Una vez más, estaba a punto de haber una víctima.
Una vez más, debido a su falta de poder y conocimiento, un sacrificio estaba a punto de ocurrir frente a ella. Justo como les pasó a todos en el bosque. Justo como a Fortuna y Geuse. Como si quisieran enterrar lo que las manos de Emilia no podían alcanzar, todos excepto Emilia, estaban inclinados a usar sus propias vidas.
_Sylphy: Los días de ser tomada como la esposa de ese hombre fueron realmente agotadores.
Desesperadamente, Emilia buscaba cualquier otra opción.
Durante este tiempo, el corazón de Sylphy comenzó a calmarse gradualmente. Teniendo la claridad de que aquel final inevitable se acercaba, lentamente empezó a afirmar su decisión.
_Sylphy: Con tal de evitar la furia incontestable de ese hombre, mantuve presente la idea de morir. Permitiendo todas las crueldades de ese hombre, recibiendo las nuevas esposas… Sin importar qué, quise proteger a aquellas que se encontraban en mi misma posición; tal y como me protegieron a mí; tal y como protegieron a quienes hubo antes de mí.
Actuando como la representante de las esposas. Presentándose ante todas las demás sin importar qué. Y ahora, su verdadero propósito era claro.
Antes de ella hubo otras que habían experimentado el mal humor de Regulus y que se habían situado al frente de todas las esposas raptadas. Y ahora Sylphy había tomado ese papel; ya que, incluso ahora, esas esposas permanecían inmóviles.
_Sylphy: Aunque nuestros espíritus fueron contaminados por ese hombre, él nunca tocó nuestros cuerpos… ciertamente, si ambos hubiesen sido contaminados, hace mucho que no hubiésemos podido seguir soportándolo. Por lo que, hasta ahora, sin importar el lenguaje, la voz o el comportamiento de aquel hombre, hemos resistido y resistido y resistido y resistido… ¡Pero ahora—!
En ese momento, Sylphy, quien había estado mordiéndose el labio, alzó su mirada.
En sus ojos había enormes lágrimas y una furia abrasadora tan intensa que parecía capaz de evaporar aquellas lágrimas.
_Sylphy: ¡—La mano de ese hombre incluso ha contaminado mi cuerpo! Pensé que al menos podría proteger algo como mi cuerpo. ¡Pero, ni siquiera algo que tanto quería proteger estuvo a salvo en primer lugar!
Las lágrimas fluyeron como un rugido desde su propia alma rasgada, y la mano de Sylphy lloró sangre.