Con el rugido de un dragón de tierra, el final de la batalla resonó a través de los cielos del Santuario.
Un dragón negro, que había embestido contra el herido Garfiel, dio el golpe decisivo en aquella pelea.
Este dragón, Patrasche, había acudido apresuradamente a la escena, como si compartiese un vínculo telepático con Subaru, y brindó maravillosamente una asistencia sin precedentes en la fase final del combate.
_Patrasche: —ϡ!
Éste era el segundo enfrentamiento entre Garfiel y Patrasche en el Santuario.
El primer día que ellos llegaron al Santuario, el carruaje que Patrasche tiraba, entró en combate con Garfiel cuando éste llegó para repeler a los invasores, y sufrió una derrota innegable.
Existe una línea divisora entre soldados y civiles. Nadie podía culpar a Patrasche por haber sido obligada a morder el polvo. Naturalmente, Subaru tampoco culpó a su corcel.
Pero los pensamientos de Patrasche al respecto eran completamente diferentes.
Ella había fallado en proteger a su maestro, y cayó en desgracia.
Para un miembro del orgulloso linaje de dragones de la raza Diana, esto era una deshonra que necesitaba ser revertida inequívocamente.
Como Patrasche y Subaru no podían comunicarse verbalmente, la rápida llegada de esta oportunidad no era un tema que pudieran discutir con una comprensión mutuamente perfecta.
Y así, incluyendo lo que ella no podía transmitir, demostró sus pensamientos a través de la acción.
Este rugido de dragón estaba dedicado a su maestro y a los antepasados de ella.
Al escuchar cómo el sonido se mezcló con el logro y la satisfacción, y al ver cómo el dragón acercó el hocico al Subaru inconsciente, seguramente cualquiera lo entendería.
※ ※ ※ ※ ※
Escuchando el rugido de Patrasche con su honor restaurado, Emilia dejó salir un profundo suspiro.
Se sentía como si la respiración hubiera estado prohibida. O, mejor dicho: semejante lucha hacía que uno se olvidase completamente de respirar.
Observa hasta el final, le había dicho Subaru. Mientras ella percibía agudamente su propia impotencia, observó la espantosa confrontación de los hombres hasta el final.
Subaru había escupido sangre, gimió de dolor, se desmoronó.
¿Quién podía imaginar cuántas veces Emilia estuvo a punto de gritar y correr hacia él?
Pero cada vez que el débil corazón de Emilia estaba a punto de rechazar seguir esperando, ese mírame que Subaru dijo y su mirada casi perfectamente sincronizada la detenían.
Ni sus acciones ni su discurso aquí eran perdonables.
Eso la frustró, y le costó soportarlo, pero no debía apartar la mirada.
No es que nadie se lo dijera.
Pero el corazón de Emilia percibió en silencio que ella no debía hacer eso.
Ella no entendía este sentimiento que se retorcía en su pecho y que la había detenido.
Subaru había mostrado una terquedad increíble, Garfiel había rugido con una ferocidad increíble, la confrontación finalizó después de que los dos agotados hombres lanzaran puñetazos descuidados — ¿En qué se basaba esta lucha? Ya que Emilia era una persona ajena a esta situación, y una mujer que luchaba por entender la lógica masculina, ella sólo podía entender algunas partes de la situación.
Pero Subaru había demostrado su tenacidad y fe en esta lucha, consiguiendo mucha ayuda para derrotar a Garfiel.
Y este hecho en verdad causó un sentimiento indescriptible que creció en el corazón de Emilia.
Aún impulsada por ese sentimiento, Emilia reconoció que la lucha de ambos merecía elogios.
Así que, el significado de su batalla no debía ser empañado en absoluto.
Y así —
_Emilia: ...Roswaal.
Con un sólo parpadeo, Emilia abandonó sus dudas y se giró para mirar hacia adelante.
Su mirada sobrepasó a Subaru y Garfiel, quienes yacían en el suelo ante ella, llegando hasta el espacio entre los árboles más allá.
— Donde, sin palabras, un brujo estaba de pie.
_Emilia: La gente se siente incómoda cuando te quedas así, callado. Empezarán a pensar que estás tramando algo.
_Roswaal: Va~ya vaya, eso duele. Y yo que vine aquí, empujando mi cuerpo herido, po~r el bien de Emilia-sama y por el de Subaru-kun...
_Emilia: Si realmente eso es lo que piensas, entonces me gustaría estar más tranquila, pero...
De los arbustos frente a Emilia, emergió alguien alto — Roswaal.
En estos días desde su llegada al Santuario, Emilia sólo lo había visto en cama. Que él estuviera afuera y merodeando por aquí hizo que ella tuviera un poco de cautela.
Roswaal era fundamentalmente un patrocinador de Emilia en la Selección Real, y su único aliado, políticamente hablando. También fue él quien sacó a Emilia del bosque y le presentó el camino al trono, y le sugirió que los aldeanos que dormían en el hielo podrían salvarse.
Y así, dejando a un lado sus idiosincrasias, hasta ahora Emilia nunca había visto realmente a Roswaal como un enemigo, o como alguien ofensivo o peligroso.
Hasta hace un par de segundos.
_Emilia: Los espíritus menores han estado inquietos y ruidosos desde hace un rato.
_Roswaal: ...H~mm.
_Emilia: Todos están diciendo que sienten algo taaan amenazador... Y ahora mismo, hasta yo puedo verlo.
Con una voz baja y tensa, Emilia descendía lentamente desde la entrada de la Tumba hasta la plazoleta.
Subaru yacía allí con cara de satisfacción, mientras que la de Garfiel estaba retorcida por el arrepentimiento. Entre ellos dos estaba Patrashe, y Emilia se puso junto a ella, posicionándose para proteger a los tres en caso de que algo ocurriese.
Proteger a los tres — en última instancia, ella debía tener ese pensamiento, basada en la vibración irregular que actualmente emanaba de Roswaal.
Una densa y anormalmente espesa concentración de maná estaba distorsionando la atmósfera alrededor de Roswaal.
¿Qué tan concentrado estaba el maná dentro de este hombre? Este era Roswaal L. Mathers, quien manejaba los seis tipos de magia, conocido como el mago más grande de todo el país.
Si este hombre explotaba su magia al máximo, ¿qué milagros podrían ocurrir?
_Emilia: —
Viendo borroso debido al denso maná, Emilia contuvo el aliento.
Patrasche se movió para pararse en un lugar donde bloqueaba la línea de visión de Roswaal hacia Subaru, estirando el cuello mientras le gruñía intimidantemente al brujo.
Ella también había sentido una amenaza en la atmósfera anómala de Roswaal. Viendo la precaución de ambas, Roswaal se encogió de hombros con la misma actitud de siempre.
_Roswaal: Qué miedo. Pre~feriría que se abstuvieran de mirarme a~sí. A~unque mi naturaleza hace que los animales, y por lo tanto también los dragones de tierra, me desfavorezcan ridículamente. Si lo mismo se aplica a los espíritus, eso explica por qué Beatrice no es cordial co~nmigo.
_Emilia: Deja de hacerte el tonto. Y estoy segura de que el motivo por el que ella no está contenta contigo es otro... Aunque no sé si eso siempre fue así.
_Roswaal: No~. Hace mucho tiempo... en verdad hace mucho tiempo, no era a~sí. Hablo de cuando no había dragones de tierra, cuando lo que solía pasar era que la gente venía aquí montando deprimentes bueyes — llamados Úfalos.
_Emilia: ¿Cuando, no había dragones de tierra...?
Emilia frunció el ceño.
Aunque ella no era exactamente la más conocedora del tema, los dragones de tierra eran criaturas firmemente unidas a la vida cotidiana, y la cultura y la historia que los rodeaba —su conexión con la humanidad— supuestamente existía desde hacía mucho tiempo.
Lo que Roswaal debía querer decir era en Lugnica. Sin embargo, los estudios de Emilia eran demasiado escasos para que pudiera señalar con precisión cuándo fue que los dragones de tierra comenzaron a ser densamente utilizados en Lugnica.
Roswaal suspiró brevemente ante la confusión de Emilia.
De alguna manera, eso daba una sensación de decepción anticipada.
_Roswaal: Así que Emilia-sama tampoco lo sabía. Bue~no, era de esperar. Aunque Emilia-sama haya heredado sangre de los longevos elfos, tiene poco más de un siglo de edad... Y ya que ha pasado la mayor parte de ese tiempo dormida, seguramente no recordará cómo era el mundo en ese entonce~s.
_Emilia: ...Estás diciendo cosas raras, Roswaal. Si vamos a hablar de esto, entonces tú eres mucho más joven que yo. Mmm, pero yo pierdo si nos referimos al tiempo que hemos pasado despiertos. 』
Haber pasado un siglo dentro del hielo, abandonada por el mundo y su época, era una historia que la avergonzaba.
Incluso considerando el mundo en general, ella debería ser claramente un anciano entre la población. Pero carecía de la experiencia y los conocimientos acordes a su edad.
Incluyendo su incapacidad para superar la Prueba, el tiempo que ha pasado ella en el Santuario hizo que reconociera que había muchas cosas en las que debía mejorar — incluyendo ésta.
Pero Roswaal sólo respondió a las preocupaciones de Emilia riéndose por la nariz.
Esa reacción fue inesperada. Las cejas de Emilia se levantaron de sorpresa.
_Emilia: Espera, Roswaal. ¿Por qué te ríes así?
_Roswaal: —. Por favor, discúlpame. Realmente no era nada i~mportante... Simplemente estaba pensando que la ignorancia ocasionalmente crea situaciones tan graciosas que es triste.
_Emilia: ...Quieres decir que te estás burlando de mí. Al menos puedo entender eso. 』
La declaración más bien insolente de Roswaal hizo que las cejas de Emilia se levantaran, y que aumentara su desconfianza.
Un extraño maná rodeaba a Roswaal. Como si esto le hubiera estimulado, la actitud de Roswaal hacia Emilia era diferente a la que había tenido hasta ahora.
Emilia nunca antes había experimentado un claro rencor por parte de Roswaal.
El Roswaal que Emilia conocía era alguien que siempre utilizaba un tono burlesco, que a menudo lanzaba bromas y se reía de Subaru y Puck por idiotas, pero al igual que ellos, él nunca había dicho nada despectivo o desdeñoso contra Emilia.
Ya que Roswaal necesitaba cooperar con Emilia con tal de lograr sus objetivos, e interactuar con ella mientras la colocaba en la posición superior de Gobernante del país.