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Episodio 6

Al final de la película, Xiao Yu no tuvo ningún sentimiento en especial, no porque no quisiera, si no porque las dos avejas a su lado le impidieron que prestara atención a la película.

La película, como había dicho Xiao Lin, tenía un final malo, por así llamarlo.

La protagonista era una mujer que había estado trabajando para sus padres. Su estudio, su carrera universitaria, su trabajo e incluso la persona con la que se iba a casar, todo fue decidido por sus padres. Había pensando que todo eso era normal, hasta que conoció a un chico totalmente distinto a ella. Su nombre era Gu Hai.

Gu Hai era una segunda generación rica. Sus padres querían que él estudiara medicina o negocios, sin embargo, lo que más amaba Gu Hai era la música, así que, contrario a los deseos de sus padres, dejó la escuela secundaria mayor, se fue de casa y cada noche, junto a su guitarra, tocaba canciones.

Lu Hei (la protagonista) y Gu Hai se conocieron cuando este último estaba tocando canciones en la calle.

A partir de ese momento, fue como si sus destinos se hubieran entrelazado.

Cada vez se encontraban más y, al final, establecieron una amistad. Lu Hei ayudó a Gu Hai a conocer a algunas personas de la industria musical, lo que hizo que la confianza de Gu Hai en la otra persona aumentara.

Los dos, en apariencia, parecían ser sólo jiejie y didi  normales, sin embargo, Lu Hei pronto se dio cuenta de que veía a este hermano menor como algo más.

A partir de ahí, Xiao Yu entendió cada vez menos la trama por las dos personas a su lado.

Aunque Lu Hei sabía que había comenzado a enamorarse de Gu Hai, también tenía un esposo y el chico del que estaba enamorada tenía veinte años menos que ella, así que soportando el dolor, le presentó a una chica a Gu Hai. Inesperadamente, Gu Hai y esa chica comenzaron a salir.

Los años pasaron y Gu Hai ya había cumplido veintidós años, mientras que Lu Hei ya tenía cuarenta y dos años.

La boda entre Gu Hai y su novia, presentada por Lu Hei pronto se celebraría (por alguna extraña razón que Xiao Yu no entendía, una pequeña estrella como Gu Hai ya estaba casi casado) y al mismo tiempo, Lu Hei descubrió que su esposo la estaba engañando.

Cuando encaró a su esposo, este se defendió con el hecho de que Lu Hei no podía tener hijos. Lu Hei le contó esto a sus padres, pero su madre sólo le dijo que era algo normal.

Sin saber que hacer, Lu Hei se emborrachó en un bar y, al día siguiente, cuando se despertó, estaba en la casa de Gu Hai.

Mirando su teléfono, Lu Hei se dio cuenta de que había llamado a Gu Hai por error. Sin saber que hacer, Lu Hei salió de la habitación y cuando se encontró con Gu Hai, este tenía una mirada complicada.

Las siguientes dos palabras hicieron que el mundo de Lu Hei se viniera abajo: —Lo siento.

¿Acaso no era obvio el significado tras estas palabras?

Lo siento, jiejie, no te amo.

Después de eso, Gu Hai se casó y Lu Hei asistió a la boda.

La última escena presentó a Lu Hei bebiendo una copa de vino mientras una gota de lágrima se deslizaba por su cara.

Cuando salieron del cine, Lao Qing le preguntó a Xiao Yu: —¿Qué te pareció la película?

Xiao Yu miró al otro con ojos complicados.

—Estuvo bien —respondió al cabo de un rato.

—Oh —respondió Lao Qing—. Entonces, ¿a dónde vamos ahora?

—Vamos a casa —respondió Xiao Lin—. Mi madre me matará porque no he estado en casa en todo el día.

Y así, el trío se dirigió a la casa Xiao.

Después de llegar, Xiao Lin tuvo que ir directamente a saludar a la abuela Xiao, mientras que Xiao Yu y Lao Qing se dirigieron a la habitación del primero.

Al entrar, Xiao Yu le pidió a Lao Qing que esperara mientras él iba al baño. Lao Qing asintió, sin importarle mucho. En secreto (no tan secreto), examinó la habitación de Xiao Yu.

No sabía si era porque Xiao Yu había llegado a China hace poco, pero la habitación estaba ordenada y sin decoraciones extras. Prácticamente tenía la apariencia de una habitación de hotel y no la de un adolescente.

Al poco tiempo Xiao Yu salió de la habitación y sin saber que decir, preguntó a la ligera: —¿Vas a volver en este momento? Xiao Lin dijo que parecías interesado en mis dibujos, ¿quieres verlos?

—¿Puedo? —los ojos de Lao Qing se iluminaron.

Xiao Yu se quedó en silencio. Otra vez sentía ese extraño sentimiento. Su corazón latía como loco y no sabía que decir. Quería evitar la mirada de Lao Qing, pero, al mismo tiempo, quería que su mirada solo permaneciera en él.

Después de unos segundos, Lao Qing pensó que Xiao Yu le iba a decir que no, sin embargo, no lo hizo: —Puedes.

Buscó en su mochila y sacó un cuaderno.

Pocas veces enseñaba sus dibujos, más por la otra persona que por él. Estaba cansando de que siempre le preguntaran, ¿y este quién es? ¿Te estás dibujando a ti mismo o es un personaje? ¿Puedes dibujarme? Así que solo le enseñaba los dibujos a sus padres o a amigos.

Le pasó el cuaderno a Lao Qing y se sentó a su lado, mientras observaba en secreto la reacción del otro.

Lao Qing sonrió un poco mientras veía los dibujos del otro.

—¿Te gusta mucho dibujar personas? —miró a Xiao Yu—. ¿Puedes dibujarme? No te preocupes, sé lo mucho que se lleva dibujar. Definitivamente te pagaré.

—Depende de que tipo de dibujos hables —Xiao Yu lo interrumpió—. Un retrato podría ser dibujado en unas veinticuatro horas o más, dependiendo de los materiales utilizados para hacer el dibujo, mientras que otros, rápidos, pueden tardar menos de treinta minutos. Basándose en esto, el precio varía —aunque no es necesario que me pagues, pensó Xiao Yu en su cabeza.

Lao Qing asintió después de escuchar la explicación del otro.

Avanzó más en el sketchbook de Xiao Yu y se sorprendió. Como dijo Xiao Yu anteriormente, un retrato se podía dibujar dependiendo de como el dibujante quería que se viera. Un retrato podía conllevar horas o días, dependiendo de los materiales, mientras que un portaretrato conllevaba menos de treinta minutos y varios de los dibujos de Xiao Yu eran dibujos rápidos.

—Tomaré una decisión mañana —dijo Lao Qing después de un rato—. Por cierto, ge, ¿cuántos años han pasado desde que comenzaste a dibujar?

—Unos ocho años —Xiao Yu frunció el ceño—. Comencé a dibujar a los diez, han sido muy pocas las veces que he dejado de dibujar —salvo ahora, que ya llevaba mucho tiempo sin tocar un lienzo.

Lao Qing volvió a asentir.

—Entonces, si quiero dibujar de esta manera —señaló el cuaderno de Xiao Yu—, ¿debo esperar ocho años?

Xiao Yu negó con la cabeza: —Hay dibujantes que pueden tardar años en aprender a dibujar bien, otros, si tienen un plan bien elaborado o cursos a los que asistir, pueden dibujar bien en unos pocos años.

-

Lao Qing duró poco en la casa Xiao.

Aunque ver los dibujos de Xiao Yu e incluso ver al mismo Xiao Yu le provocó un sentimiento de felicidad, todo volvería a la realidad cuando tenía que volver a su casa.

A Lao Qing le gustaba sonreír. Las personas a su alrededor le habían dicho que tenía una hermosa sonrisa y que era un buen chico, así que sonreía amenudo. Sin embargo, cuando llegaba a su casa, aquella hermosa sonrisa no importaba de nada y, a la vez, dejaba de ser un buen chico.

En cambio, se convertía en el pobre y lastimero Xiao Qing. El Xiao Qing que fue abandonado por su padre. El Xiao Qing que tenía un madre borracha y que vendía su cuerpo todas las noches. El Xiao Qing que no importaba más que su padre.

Lao Qing sacudió la cabeza y se quedó frente a la puerta de su casa por un buen tiempo.

El olor a alcohol era tan fuerte que incluso Lao Qing, que aún no había entrado a la casa, podía olerlo. Los sonidos de cosas cayendo al suelo eran especialmente ruidosas cuando era de noche.

La cabeza de Lao Qing bajó aún más. Apretó sus manos y forzó una sonrisa. Jiayou! Gritó para sí mismo en su mente.

Abrió la puerta fingiendo que no escuchaba el sonido de los trastes cayendo al suelo ni el olor a alcohol. Se quitó los zapatos en la puerta y mientras lo hacía, gritó: —¡Mamá, he vuelto!

Ni siquiera había terminado de hablar cuando sintió un fuerte dolor en su nuca: —¡Basura inservible, por qué no te quedaste afuera si ibas a volver con las manos vacías! —la voz de la mujer era fuerte, pero se escuchaba confusa. Más que hablar, parecía estar divagando—. ¡Vete a la mierda! ¿Cuántas noches he estado sin comer, esperándote, inútil? —otra paliza volvió a caer, esta vez, en la cara de Lao Qing—. Si te vas a seguir acostando con esas malditas mujeres, entonces ve. ¡Vete! ¡Vete y no vuelvas!

—Mamá —Lao Qing se ahogó en su propia voz. Mientras trataba de soportar los golpes de su madre, trataba de acercarse y abrazarla—. Mamá, ya. Todo está bien. Ya ha pasado.

—¡Suéltame! No creas que porque digas palabras bonitas voy a volver a perdonarte. ¡Sueltame!

—Está bien, está bien. Te soltaré, pero primero tranquilizate —sin importarle en lo más mínimo los gritos y los golpes de su madre, Lao Qing comenzó a acariciarle el cabello y tranquilizarla.

Poco a poco, Si Guang se fue calmando y después de unos minutos, solo se pudieran escuchar unos sollozos que se fueron desvaneciendo en el aire.

Cuando estuvo seguro que de Si Guang estaba dormida, Lao Qing la cargó y la llevó a su habitación. Después de dejarla con sumo cuidado en la cama, fue a la cocina. Efectivamente, había un plato vacío. Se podía notar que la persona se había comido todo el contenido en el plato.

Lao Qing soltó un suspiro, aliviado.

Se quitó el abrigo y lo lanzó a un lado, sin importarle el frío. Habían pocas losas pero aún así comenzó a fregar, porque el olor que desprendían era horrible. A los pocos minutos de terminar, comenzó a recoger las cosas que habían alrededor de la casa.

Al terminar, volvió a la habitación de su madre y después de ver que estaba durmiendo tranquilamente, cerró la puerta y entró al baño. Después de cepillarse y ducharse, entró a su propia habitación.

Se acostó y se quedó mirando al techo.

Estaba cansado.

Hoy había sido una buena noche. Al menos, solo fue confundido por su madre, era mejor que resivir el doble de golpizas y soportar el dolor del fuego del cigarrillo quemando su piel.

Se rió un poco mientras recordaba a Xiao Yu.

Xiao Yu era tan hermoso. Parecía indiferente ante el mundo, pero en realidad, era un buen chico. Si veía alguna injusticia en la que podía intervenir, lo hacía... quizás por eso Lao Qing lo admiraba tanto.

La historia de Lao Qing es un poco difícil. En realidad puedo maldecir todo lo que quiera, pero se me hace difícil escribir escenas donde el protagonista esté siendo abusado (con golpes o palabras). Tampoco describiré mucho la situación de Si Guang, porque no tengo mucho conocimiento sobre este tema y, además, la novela la comencé a escribir porque quería algo dulce, incluso si tiene un toque de realidad, no quiere que sea tan fuerte ni doloroso.

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