Antes de entrar, Lu Xinyi se quedó de pie junto a la puerta con Tang Lilou. Hasta sus compañeros de clase estaban hablando de los rumores sobre ella, olvidando lo que Meng Jiao hizo en el campamento. Cuando entró al salón, su mirada chocó con la de Meng Jiao. Se sentó en su asiento asignado, sin prestarle más atención.
Al verla, todos dejaron de chismosear. Algunos bajaron la cabeza de la vergüenza, mientras que otros miraron hacia otro lado como si no hicieran nada malo. Lu Xinyi odiaba a este tipo de personas. La opinión de la multitud los influenciaba fácilmente y temían de defender la verdad a pesar de que la conocían.
Nunca entenderían cómo se sentía estar acorralado. Nunca se daban cuenta de lo fuerte que era una persona hasta que ser fuerte era la única opción que tenía esa persona.
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