—Nial ya no tenía realmente miedo del gobierno.
De hecho, nunca había tenido miedo de ellos antes tampoco. Era solo que a Nial le gustaba ser un poco más cuidadoso.
Eso no fue necesario después de lo que había sucedido en los últimos meses, especialmente desde que él hizo negocios con los rebeldes de la raza Shelturion, y ahora que los Linaton abandonaron los refugios humanos.
El único problema que quedó atrás fue cómo resolver el esquema del Contrato del Alma con la raza Linaton. Según la comprensión de Nial, podía decir que los Linaton desaparecerían y regresarían en unos años cuando el período de los Contratos del Alma llegara a su fin.
Y esa vez, los Linaton terminarían llevándose a todos aquellos que no pudieran alcanzar el rango Deux, que era una de las condiciones mencionadas en el Contrato del Alma.
Y ahí es donde entraba en juego el plan de Nial.
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