—No confiabas en mí, ¿verdad? —preguntó Nadia, mientras entraban al pantano, Zander la seguía detrás y esta era la primera vez que ella rompía el silencio y le hablaba a Zander.
El rey no sabía a dónde lo llevaría Nadia, pero la siguió de todas formas, observó cómo el pequeño espíritu de lobo que la rodeaba la seguía, jugando entre ellos, pero era solo el espíritu de lobo de Zade el que Nadia llevaba. El espíritu de lobo de Zade parecía enfermo y esto preocupaba a Zander.
—Intentaste matarme.
—Pero, no lo hice. Sigues vivo, ahora mismo.
Zander soltó una burla y Nadia se detuvo, realmente lo fulminó con la mirada, lo que hizo que él retrocediera un paso.
—Te dije que no te burlaras de mí.
Zander recordó lo enfadada que podía ponerse Nadia cuando él se burlaba de ella. No lo volvió a hacer cuando Nadia le echó un sermón por eso, pero justo ahora lo hizo de nuevo. La vieja costumbre regresó.
—¿Qué? ¿Ahora intentas quejarte?
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