Lo que Blake consideraba un lugar infernal en realidad no era tan malo. Después de la horrenda primera cena y la presentación del alfa a los miembros de la manada, que superaron las más locas imaginaciones de Amanecer, él le concedió su deseo de mantener las vidas de Kynes y Pyllo con la advertencia de que si volvían a actuar mal, no habría misericordia.
Cenit les mostró que solo había perdonado a las dos criadas porque Amanecer se lo pidió, de lo contrario, conocerían el mismo destino que Helecho.
Amanecer en realidad se sorprendió porque él cedió. Ella pensó que sería un intento inútil. Pero estaba feliz, no porque pudo salvar a estas dos chicas, sino porque se sentía escuchada.
Era una pequeña cosa, pero significaba mucho para ella.
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