El gigante continuó lanzando su violenta ofensiva hacia el grupo. Su tamaño era un problema, ya que sus enormes extremidades siempre estaban en el camino hacia su pecho.
Noah estaba al borde de los escudos creados por los artículos defensivos. Luz dorada, cortes de viento, rayos y demás llenaban su visión, pero solo prestaba atención a los movimientos del gigante.
Sus puños, extremidades invisibles y cola golpeaban los escudos, pero el títere no tenía un estilo de batalla. Su ofensiva era solo una violenta sucesión de ataques.
Aun así, no mostraba ninguna apertura. Noah tenía que considerar también el camino hacia el centro de su pecho, por lo que necesitaba una larga oportunidad para asestar su golpe.
El hielo que se extendía desde sus pies no era un problema, pero él no tenía un arma larga como el Rey Elbas. Noah tendría que entrar en el aura densa que rodeaba su cuerpo si quería tocarlo directamente.
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