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Adaptación de Hollywood de Mushoku Tensei: “El Asesor de Agricultura de Rango Santo”

El antiguo soldado Rudeus decidió volver a comenzar su vida en una granja de Kansas.

En el momento que tomó esa decisión, él no tenía ningún conocimiento sobre agricultura. El

solo subirse sobre una cosechadora gatillaba su TEPT. Mientras se hacía cargo de las

semillas y pesticidas, la asesora de agricultura apareció ante él —Roxy Migurdia. En un

parpadeo, ella le había enseñado todo lo que sabía a Rudeus.

Ella además fue a verlo para su prueba de graduación…]

"Me saco el sombrero ante ti, Rudy. Pasaste," dijo Roxy mientras su hermosa pechera

se agitaba.

Ante nosotros se extendía el dorado campo de trigo que yo había plantado de la nada.

Incluso desde la distancia, podías ver claramente cada planta. Esta era la definición de libro

de texto de una cosecha abundante.

"¿Eh? Pero aún no has visto mis otros cultivos, ¿o sí?" pregunté.

Roxy respondió encogiéndose de hombros de forma exasperada. "No necesito hacerlo.

Están en la misma condición, ¿no? Durante la temporada de cosecha, el solo hecho de ir a

mirar los campos es un desperdicio de tiempo."

"Ah, entiendo."

Encendí el motor de mi cosechadora y empecé a cosechar.

Por recomendación de Roxy, yo había comprado una cosechadora usada. Sus

especificaciones eran adecuadas pero simples, lo cual la hacía fácil de usar. No mucho

después, esta se convirtió en una extensión de mis extremidades.

La cosecha se terminó en un parpadeo. Sin embargo, Roxy y yo estábamos sudando para

el final de ella.

"Felicidades. Te has convertido en todo un granjero," declaró ella, moviendo su flequillo

lleno de sudor hacia un costado y dándome un beso en la mejilla.

En ese momento, un sentimiento peculiar surgió desde lo más profundo de mi estómago.

Sabía lo que era: la sensación de logro. La había experimentado en Vietnam cuando yo

y mis compañeros completamos una misión y nos abrazamos.

Desde que comencé con la agricultura, esta era la primera vez que sentía que había dado

mi primer paso.

Al día siguiente, Roxy me dijo que ya no le quedaba nada que enseñarme. Lloré cuando

la vi partir. Ella me había regalado demasiadas cosas: conocimiento, experiencia, técnica. Sin

ella, yo seguiría siendo atormentado por mi TEPT.

En efecto. Lo más importante que ella había hecho por mí fue curar mi TEPT. Así fue

como pude ser capaz de manejar una cosechadora. Fue algo tan simple, pero ahora, ya no le

tenía miedo al sonido de la maquinaria.

Roxy había hecho lo que nadie había sido capaz de hacer por mí. Ni mi esposa, ni mi

hija, ni mis antiguos compañeros, ni mi doctor en el ejército.

Esa glamorosa y sensual mujer de cabello rubio merecía mi respeto.

Mientras observaba la espalda de Roxy hacerse más y más pequeña, yo juré de todo

corazón que nunca olvidaría mi respeto por ella.