Zhang Ziwen estaba sin aliento, pero este asunto no era ninguna broma, así que insistió en hacer llegar el mensaje.
La situación era simple: mientras cortaba leña en la montaña, había escuchado sin querer a Xiao Lingchuan hablando con alguien más.
Las palabras exactas de Xiao Lingchuan fueron:
—¿Así que compró un terreno? Se ha ido al pueblo hoy, y quién sabe si siquiera podrá volver!
Su tono y comportamiento no eran para nada en broma.
Zhang Ziwen sintió que algo estaba mal con estas palabras, por lo que quiso advertir a Tan Zhenghong, pero ya era un paso demasiado tarde.
No es de extrañar que Xiao Lingchuan estuviera tan seguro, debía haber sabido que Tan Zhenghong ya había salido de casa.
—Xiao Lingchuan a menudo transporta mercancías fuera de la aldea y conoce a bastantes personajes sombríos. Si en el camino...
Sun Erhu pensó que era de mala suerte decir más y rápidamente cerró la boca.
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