CAPÍTULO 92

"Eres Edward Stafford, ¿El que derrotó a mi hija no es así?".

Me preguntó Leonora mientras me miraba y se sonrojaba al recordar todo lo que pasó esta última semana.

"Por eso yo tener muchas ganas de probar tu plato".

Dijo Leonora mientras caminaba a su asiento y me miraba de forma hambrienta, parecía un depredador que no había comido en años.

Bueno debo decir que Alice hizo un gran trabajo ya que no reprimió sus gemidos al momento de hablar con su madre.

"Estimado público, la final de la selección de otoño está por empezar".

Habló Isshiki, para que luego el techo del estadio se abriera dando paso a la luz de la luna.

"!Comienzen a cocinar!"

Gritó el viejo Senzaemon dando inicio a la competencia.

Sin más empezé a cocinar al igual que Hayama y Kurokiba.

Paso el tiempo y Kurokiba empezó a entrar en su extraño trance, gritando que le ganaría a Hayama.

Yo mientras tanto había escondido mi presencia y parecía que solo los dos estaban en el campo.

Así Kurokiba termino su plato, al momento que los jueces abrieron las bolsas sintieron que estaban en el océano.

"!Mi plato es un Cartoccio de sanma otoñal!".

Gritó mientras el aroma salía de su plato, entonces los jueces lo probaron y empezaron a elogiarlo.

Los tres jueces empezaron a elogiar, entonces Leonora empezó a brillar como si fuese una diosa.

El viejo Senzaemon se descubrió el pecho y todos aplaudieron su actuación.

Entonces Hayama se acercó a los jueces con un Carpaccio, causando que Kurokiba se pusiera furioso.

Pero luego con un soplete termino de sellar el Carpaccio, causando que el aroma enamore a todo el estadio.

Y tuvo una reacción más fuerte que el plato de Kurokiba, sorprendiendo a todos en el estadio.

Así empezó a explicar lo que hizo con su plato y como realzó los sabores de este.

Yo simplemente seguía cocinando mientras nadie me prestaba atención, ya estaba por terminar mi plato.

Algo único, mi segunda Specialité desde que llegué a este mundo.

Así todos pasaron a comparar los platos de Hayama y Kurokiba.

Como si fuesen dos gladiadores en una arena luchando sin cesar con dos grandes espadas, eso era lo que todos veían en ese momento.

El viejo Senzaemon se descubrió el pecho causando vítores en el estadio.

Ya que todos animaban a los dos concursantes, incluso llegaron a pensar que la final era entre ambos.

Entonces ví que la luna empezaba a ocultarse era momento de inicio al festín del dragón.

Mientras todos gritaban y vitoreaban yo terminé de emplatar y me prepare para llevar mi platillo ante los jueces.

Cogí los platos y eleve mi aura de forma aterradora.

Todos se callaron en ese momento y se sorprendieron al verme ya que no me habían visto cocinar.

Nadie sabía cómo pase desapercibido era como si fuera invisible a los ojos de todos.

Entonces mientras caminaba la imagen de un enorme dragón negro se proyecto detrás mío.

Dicho dragón los miraba a todos, era como si estuviera viendo directamente sus almas.

Todos tragaron saliva instintivamente ante semejante vista.

"Gracias por esperar aquí tienen".

Dije entregando mi platillo a los jueces, ellos quitaron la tapa y una bomba de olor invadió el estadio.

El olor alteró a todo el estadio, incluso Hayama temblaba al sentir el olor.

Todos solo por el aroma del platillo podían sentir que estaban en el mar con las criaturas marinas a su alrededor.

"Un platillo único igual que en las preliminares, algo que nadie más puede imitar".

"Una Specialité, es aquello que refleja las capacidades del chef, es lo que refleja su corazón y su alma".

"¿Como se llama tu Specialité Edward Stafford?".

Preguntó el viejo Senzaemon mientras podía ver qué su cabello cubría sus ojos.

Leonora estaba de la misma forma, ella se estaba mordiendo los labios y apretando los puños.

Podía ver un temblor en su cuerpo, sabía que estaba resistiendo las ganas de comer como si fuera un animal.

"La llamaré Atlantis, pueden comer".

Dije para todos como volvieran a tragar saliva, cogieran la cuchara y dieran un bocado a mi plato.

El viejo no aguanto y libero poderosas ondas de destape que afectaron a todos los presentes en el estadio.

Gracias a los anillos mis esposas no sufrieron el destape debido a las ondas pero aún así se sorprendieron.

El viejo pudo ver una cuidad perdida bajo el mar, los peces, sirenas y más criaturas nadaban de forma libre y majestuosa.

El estaba viendo la autentica cuidad perdida de Atlantis, la arquitectura, las criaturas todo era único.

Todo se sentía tan real que no podía creer que mi comida le haya creado semejante visión.

El chef Dojima tuvo la misma visión que la del viejo pero con Leonora el caso fue muy diferente.

Ella estaba atada con cuerdas que u pedían sus movimientos, mientras Alice y yo teníamos sexo frente a ella.

"!!Haaa, si, que bien se siente, mi cuerpo se va a venir debido a tu gran miembro!!".

Gritó Alice mientras ponía expresión erótica en su rostro.

Leonora mira todo esto y empezó a respirar de forma pesada mientras sus jugos empezaban a bajar por su pierna.

Ella vio como llene a su hija para luego acercarme al lugar donde se hallaba encadenada.

"Eres una mala madre Leonora, mojarte al ver cómo tengo sexo con tu hija".

Dije mientras me paraba frente a ella y mi miembro se frotaba contra su clítoris.

"E-Eso no es....."

Leonora no pudo terminar de hablar ya que empezó a gemir al sentir el roce de nuestras partes.

Así seguí hasta ella era un desastre mojado, entonces volví a hablar.

"Lo sé todo Leonora, se que te masturbabas al escuchar a Alice gemir mientras hablaban".

"Es más me atrevería a decir que solo llamabas para escuchar los gemidos de éxtasis de tu hija y masturbarte con ellos".

"Lo querías, no es así, querías ser devastada por el chico que hacía gemir así a tu hija".

Dije mientras empezaba a apretar sus pechos y a morder sus pezones.

Con esas sensaciones y esas palabras Leonora salió de la ilusión que había producido mi comida, lo peor de todo era que ella sabía que todo lo que dije fue cierto.

"Ah, Hayama, Kurokiba, tomen prueben ustedes también".

Dije procediendo a servir mi plato a los otros dos finalistas del torneo.

Al momento de degustar ambos vieron lo que miró el viejo y sufrieron un intenso orgasmo culinario.

El público veía todo con algo de miedo, los tres jueces, Kurokiba Ryo y Hayama Akira estaba desmayados en el piso.

Sus expresiones eran algo que nunca antes habían visto.

Poco a poco, los cinco empezaron a reaccionar, Hayama y Kurokiba simplemente miraron al piso.

Mientras el viejo Senzaemon se incorporaba lentamente, mientras todos ya tenían batas puestas, nunca entendí de dónde salieron.

"El ganador del torneo de selección de otoño es Edward Stafford".

Dijo el viejo de forma serena, cosa que asombro y asustó a todos.

Mire a Leonora con una mirada depredadora y ella se mordió los labios con mucha expectativa ya que sabía que era lo que pasaría luego.

Así pasaron a entregar los premios, recibí la medalla de oro para luego salir de la arena con Leonora a mi costado.

Ella me seguía sin decir ni una sola palabra.

Llegamos al dormitorio y subimos a la habitación, al llegar ella se abalanzó sobre mí.

"Mi querer hacerlo ya, no he dejado de sentirme caliente".

Dijo Leonora para luego besarme de forma salvaje, bueno creo que ella es mi recompensa por haber ganado el torneo.

Sabiendo que nos demoraría mucho puse una barrera para luego empezar a quitar el vestido de Leonora.

"Bueno, si ese es lo que quieres no te haré esperar Leonora".

Dije para luego ponerme encima de ella y meter mi miembro dentro suyo.

"!!Haaaaah, tan profundo, estás abriendo demasiado mi interior!!".

Gritó Leonora mientras sentía como entraba mi miembro dentro de ella.

"!!Haaah, haa, si que bien se siente, espera eso es, acaso tú...!!"

Leonora no pudo terminar de hablar ya que entre en lo más profundo de su interior causando que la hermosa mujer se corriera.

Sin decir nada empezé a mover mis caderas haciendo mía a Leonora.

[Se registró a Leonora Stafford como esposa del anfitrión]

"!!Detener, no poder pensar en nada, mi vagina estar hinchada por todo el sexo!!".

Gritó Leonora mientras sus ojos rodaban hacia atrás, ella ya tenía el collar de perro, el anillo en su mano, los piercings en sus pezones y clítoris y la marca en su vientre.