CAPÍTULO 85

Sin más mire a mis esposas y me siguieron a la habitación, pero Inui y Mizuhara tuvieron que ir con el resto de los jueces.

Así llegamos a la habitación, nos echamos a la cama y mis esposas empezaron a discutir ideas para el desayuno.

"Querido esposo ¿que cocinarás tú?" me preguntó Erina causando que todas me miren.

"No sé algo se me ocurrirá mañana, mejor hay que dormir, mañana será un día alocado".

Dije para luego proceder a dormir esa noche sin sexo debido a la prueba de mañana.

Al día siguiente nos levantamos y procedimos a bajar y llegar a la sala de desayunos.

Sin más me despedí de todas y nos dirigimos a nuestras respectivas estaciones.

Pude ver a Alice hablar con Souma, ya que este estaba preparando un desayuno no tan convencional.

Yo simplemente empezé a cocinar ya que haría mía a esa ojou-sama en el torneo de selección.

Separé las claras de las yemas del huevo y batí solo las claras ligeramente, sin que lleguen a espumar.

Derretimos una cucharadita de mantequilla en la sartén y añadimos las claras.

Removemos y vamos despegando lo que cuaje de las paredes y el fondo.

A medio cuajar añadimos las yemas rotas con el tenedor y el resto de la mantequilla y seguimos revolviendo hasta que los huevos alcancen el punto deseado.

Una vez hechos se salpimentan y se añade un poco de cebollino picado.

No me di cuenta que las personas empezaron a amontonarse debido al olor de mi plato.

Entonces ví a la gente que me miraban como cachorros pidiendo un pedacito de carne.

Sin más empezé a cocinar a gran velocidad y cada vez que sacaba los platos la gente se peleaba por ellos.

Así paso el tiempo y todos los estudiantes se sorprendieron al escuchar al chef Dojima hablar por el altavoz.

"!!Edward Stafford 600 porciones!!" dijo el chef Dojima sorprendido.

"!!Oye, eso es imposible!!", "!No puede ser!".

Dijeron los estudiantes en la sala, todo el mundo se sorprendió al escuchar esa cifra.

Sin más mis esposas y yo terminamos las tareas del día y al final fuimos al salón donde el chef Dojima nos dió un discurso motivacional y nos felicitó por haber completado la concentración.

Hizo pasar a los egresados, quienes habían cocinado para nosotros y como recompensa pudimos disfrutar de su comida.

Terminamos de cenar y todos nos retiramos a la habitación donde todas mis esposas pidieron una recompensa por haber terminado la concentración.

Llegó el día siguiente, despertamos, nos bañamos y alistamos nuestras cosas.

Al igual que Shigeno, Inui y Mizuhara decidieron mudarse con nosotros, dirigiendo sus restaurantes desde el dormitorio gracias a la ayuda System.

Bajamos y fuimos a nuestro autobús, dónde ahora habían dos mujeres más en él.

Sin más regresamos a la mansión dónde tuve que calmar a Shigeno y mostrar el dormitorio a Inui y Mizuhara.

Así llegó un pequeño receso a Totsuki, todos decidimos pasarlo en el dormitorio.

Todas aprendieron muchas cosas de sus nuevas hermanas y el sexo era algo muy normal en el dormitorio.

Pronto será el evento de selección de otoño me preguntó que cosas cambiarán con mi presencia.

Pasaron los días y publicaron los resultados del torneo de Otoño, todas mis esposas estaban dentro.

Nos dividieron en dos grupos, pero como Erina pertenecía a los diez consejeros no podía participar.

Estábamos viendo todo esto hasta que, "!!Así que tú eres Edward Stafford!!".

Gritó una chica de pelo morado corto, ella era algo alta y con figura envidiable.

"Si, y ¿tú eres?".

Le pregunté a la chica que se acercaba a nuestro grupo con una sonrisa.

"Soy Hojo Miyoko".

Se presentó mientras se acercaba a nosotros, especialmente mientras se acercaba a mí.

"Quiero saber más de tí, Kojiro Shinomiya estuvo entre los diez consejeros y tú lo derrotaste".

Dijo Hojo mientras me miraba y se paraba frente a mí.

"Puedo verlo, sin duda eres digno".

Dijo para proceder a besarme, cosa que me sorprendió a mi, a mis esposas y a todos los que nos miraban.

"!!Eeeeh!!".

Gritaron todos los presentes ya que esto no era algo común en la academia es decir quién te besa de la nada.

Bueno, sabía que Miyoko tenía una personalidad algo agresiva debido a lo que ocurrió con Megumi en el anime.

Pero sinceramente no esperaba que esta chica me besara, bueno no es que me queje.

Al cabo de unos minutos se separó de mí mientras se lamía los labios de forma seductora.

"Lo he decidió, quiero convertirme en tu esposa" dijo ella mientras sonreía.

Sin duda era una chica agresiva que iba por lo que quería.

"¿Que demonios a haces?".

Dijo Ikumi mientras el resto recién reaccionaba a lo que acababan de ver.

"Desde pequeña siempre busque un hombre que sometiera todo a la fuerza".

"Y puedo sentir que su aura es más aterradora de lo que aparenta por eso decidí convertirme en suya" dijo Miyoko mientras me miraba.

"!!Así que me tomarás si o si Edward Stafford!!" gritó ella mientras me volvía a besar.

Así gane una mujer a la fuerza, no sé si sentirme feliz o como, pensé para luego ver qué estaba en el grupo A del torneo.

Miyoko se mudó al dormitorio pese a las quejas de Erina cuando se enteró de lo sucedido.

Empezó a contar que ella era de China y empezó a conocer a todas las chicas de la casa.

Al llegar la noche se había unido a los entrenamientos que tenían las chicas pese a que Erina hacia pucheros.

En la noche ella fue la más agresiva demás mujeres en el dormitorio y fue la que más duró.

[Se registró Miyoko Stafford como esposa del anfitrión]

"!!Haaaaah, sin duda eres el hombre perfecto, pensar que mi cuerpo se comportaría de esta forma!!".

Miyoko gritó mientras seguía follando su interior y domesticando a esta agresiva chica.

"!!Lo estás sometiendo, estás haciendo tuyo todo mi interior, si sigues así nunca más volveré a ser la misma!!".

Miyoko siguió gimiendo mientras su lengua salía de sus boca y la saliva escurría de su boca.

Yo empezé a apretar sus jugosos pechos que rebotaban frente a mí, para luego jalar sus pezones.

"!!No, no mis pechos si lo hacer me voy a venir!!".

Dijo mientras se apretaba aún más y empezaba a besarme, sin duda me sorprende la resistencia que tiene.

Me preguntó cuanto aumentará cuando empieze a entrenar junto al resto en Gaia.

Así rellene una y otra vez a la sexy Miyoko quien movía sus caderas como una loca.

"!!Si, lo amo, desde ahora tu serás el que mantendrá alimentado mi vagina y mi útero con tu semen!!".

"!!A todas horas, cada día, quiero tu delicioso semen dentro mío!!".

Gritó Miyoko para luego correrse al sentir que liberaba otra carga dentro de ella y caer inconsciente.

Su vagina estaba algo roja e hinchada debido al duro sexo que tuvimos, su vientre estaba muy hinchado también debido al semen que liberé dentro de ella.

Solo suspire al ver a esta chica, su cuerpo era de primera y era adictivo igual que el resto de mis esposas.

Miyoko, su personalidad era comparable a la mía, no era malo que fuese mi esposa, pensé para abrazar a esta chica de pelo morado y dormir.

Desperté al día siguiente mientras escuchaba una pequeña disputa entre dos mujeres en la habitación.

"!Espera Miyoko, es mi turno tú ya comiste suficiente!"

Gritó Erina al ver que Miyoko seguía con mi miembro dentro su boca sin querer separarse de él.

"¿Oh?, mi hermanita está molesta porque le gané a la hora del desayuno".

Respondió Miyoko mientras empezaba a mover su cabeza chupando mi miembro.

"!Tú....no permitiré que me quites mi desayuno!".

Gritó Erina mientras empujaba a Miyoko y empezá a chupar también.

"Es lo más delicioso que he probado en mi vida, ni se te ocurra desperdiciar nada hermanita".

Dijo Miyoko mientras veía a Erina chupar la punta de mi miembro buscando mi semen.

*Slurp* *Slrp*

"Lo sé Miyoko,n o tienes que decírmelo, sé que no se debe desperdiciar el delicioso semen de nuestro esposo".

Dijo Erina para volver a lamer mi miembro junto a su nueva hermana Miyoko.

Al ver esto empezé a acariciar las cabezas de ambas mujeres quienes levantaron la vista y me vieron.

"Buenas niñas, por no haber peleado les daré lo que quieren".

Dije mientras ambas actuaban como perritos que se alegraban al ser acariciados por su dueño.

Así siguieron hasta que me corrí, ambas compartieron mi semen y lo tomaron todo sin desperdiciar ni una sola gota.