—Olvídalo —dijo Qi Chengyu—. Vivir o morir es parte del destino. Feng Ying, no tienes que-
—¡De ninguna manera! Feng Ying sonaba aún más preocupado. Ascendió a la inmortalidad solo para salvarla. ¿Cómo se podía rendir en este momento? —Hermano Lonemoon, ¿Sabe de alguna manera para entrar a los Cielos más allá del Cielo? Pagaré el precio que sea—. ¡Había estado cultivando por varios años, pero recién ahora había encontrado una mujer a la que se sentía atraído!
Lonemoon suspiró:
—Maestro de Torre Ying, no es que no quiera ayudarle. Es solo que no hemos estado en el mundo superior por mucho tiempo y nunca hemos estado en los Cielos más allá del Cielo. No conocemos a nadie que haya estado ahí tampoco, por eso…
—Yo sí —dijo Shen Ying de repente.
Todos quedaron en silencio por unos segundos antes de voltearan a mirarla. Todos lucían impresionados.
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