—Creo... creo que estoy frente al puente arcoíris.
Su voz se rompía. Huo Mian podía notar que no solo se escuchaba triste, también estaba ebria y no podía pronunciar las palabras correctamente.
—Quédate ahí, iré a buscarte ahora mismo —dijo Huo Mian y colgó el teléfono y tomo su chaqueta del estante.
—¿Qué sucede?
Qin Chu podía notar la ansiedad en su rostro.
—Algo le sucedió a Lingling, iré a buscarla.
—Te llevaré junto a ella.
—No es necesario.
Ella sabía que Qin Chu estaba cansado por el trabajo, y no quería causarle ningún problema, así que planeaba tomar un taxi. Sin embargo, antes de pudiera terminar de hablar, él ya se había puesto su chaqueta. Tomo sus llaves y se dirigió a la puerta.
En verdad era eficiente.
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